viernes, 8 de marzo de 2013

Los hospitales bonaerenses en estado terminal, por falta de insumos y la fuga de profesionales







Por Jorge Joury



El diagnóstico es tan cruel, como desesperante. Los hospitales de la provincia de Buenos Aires, en su gran mayoría, agonizan por la falta de presupuesto. Hay enfermos en los neuropsiquiátricos, que comen a cuentagotas y están cayendo en la desnutrición. Salas de terapia intensiva que se cierran por riesgo de electrocución. Baños que parecen letrinas, cielorrasos que se caen y carteles en las guardias, donde se anuncia que no se atiende por la falta de insumos. Gasas, suero, guantes estériles, sondas, catéteres y placas radiográficas, como también líquidos para su revelado, son las carencias que más se notan. Tampoco hay personal de limpieza, ni dotación de seguridad que garantice la vida de los profesionales de la salud, que según trascendió por lo menos cinco de ellos por semana, son víctimas de agresiones.



El diagnóstico es tan cruel, como desesperante. Los hospitales de la provincia de Buenos Aires, en su gran mayoría, agonizan por la falta de presupuesto. Hay enfermos en los neuropsiquiátricos, que comen a cuentagotas y están cayendo en la desnutrición. Salas de terapia intensiva que se cierran por riesgo de electrocución. Baños que parecen letrinas, cielorrasos que se caen y carteles en las guardias, donde se anuncia que no se atiende por la falta de insumos. Gasas, suero, guantes estériles, sondas, catéteres y placas radiográficas, como también líquidos para su revelado, son las carencias que más se notan. Tampoco hay personal de limpieza, ni dotación de seguridad que garantice la vida de los profesionales de la salud, que según trascendió por lo menos cinco de ellos por semana, son víctimas de agresiones.

En este marco de abandono, uno de los nosocomios en situación terminal, es el Evita de Lanús, "donde en las últimas horas realizamos un abrazo simbólico por la carencia de insumos básicos".

El que acercó parte del dramático cuadro de situación, es Alejandro Márquez, miembro de la CICOP, la entidad que agrupa a los profesionales de la salud de la provincia de Buenos Aires."El gobierno de Scioli votó el mismo presupuesto de salud que el año anterior y todo ha aumentado. Encima los proveedores hace 8 meses que no cobran y cuando se necesita algún insumo básico, hoy tienen que comprar y pagar 40 lo que vale 10, porque no hay licitaciones. Es un despropósito. Los profesionales de la salud sentimos hoy una sensación de abandono total".

Para graficar parte de la postal que se ve hoy en los nosocomios bonaerenses, Márquez puso como ejemplo el reciente cierre del sector de terapia intensiva del hospital Enrique Eril de Escobar."Fue por riesgo de electrocución. Y como si fuera poco, en ese edificio hace 8 años que no hay agua caliente porque no funcionan las calderas",expresó.

En cuanto a los neuropsiquiátricos, como el de Melchor Romero, ubicado en las afueras de La Plata, "los pacientes hoy comen salteado, porque los proveedores no llevan alimentos y ya se han detectado casos de desnutrición", añadió Márquez, quien también señaló al Open Door, de Luján " en estado de abandono total y casi sin medicación específica para suministrarle a los enfermos".

Según señalaron las fuentes consultadas en esta investigación, además de Lanús, en la zona Sur el cuadro es también de colapso en los nosocomios de Avellaneda y Quilmes, "no así en Berazategui y Florencio Varela, donde ambos municipios están auxiliando desde sus propios presupuestos, para mantener la eficiencia en los servicios".

Alejandro Márquez de la CICOP, también reveló que la situación salarial de los trabajadores del sector, "es muy preocupante. La paritaria no se cerró porque nos ofrecen el 16,8% más, pero fraccionado y que se terminaría de pagar en enero del año próximo. Con la inflación que sufrimos hoy, es plata que no sirve. En las próximas horas habrá un plenario del gremio, en donde decidiremos los pasos a seguir, pero seguramente la que viene, será una semana de paros ante la falta de propuestas departe del gobierno bonaerense".

Marquez también puso como ejemplo, "la fotografía angustiosa de los compañeros del hospital de General Pacheco, a quienes les adeudan desde hace meses 350 mil pesos de horas extras. Encima hoy somos victimas de todo tipo de agresiones, ya que la gente cuando viene a un hospital y se encuentra con un cartel que dice: hoy no hay pediatra, se ponen furiosos y arremeten a las trompadas contra nuestros compañeros".

Márquez luego añadió que "hace poco nos reunimos con el ministro de Seguridad, el doctor Ricardo Casal. Nos prometieron instalar los botones antipánico en los hospitales, para solicitar ayuda policial y evitar hechos sangrientos como los que se han vivido el año pasado, pero la realidad marca que de 77 hospitales que hay en la provincia de Buenos Aires, solo en 8 están funcionando estos aparatos. También estamos pidiendo que nombren personal policial para que nos cuide, como una suerte de serenos, gente que se comprometa con el sistema".

La ciudad de La Plata, sede de la Gobernación, tampoco es ajena al abandono que sufre el sistema de salud. Tanto el Hospital de Niños, Sor María Ludovica, que recibe a pacientes de toda la provincia y el San Juan de Dios, especializado en enfermedades respiratorias, ambos carecen de insumos básicos como guantes y sueros, además de haberse suspendido un subsidio por tuberculósis. Se trata de un beneficio de 600 pesos por mes que los enfermos reciben por ley y que no se cobra desde mayo del 2012.Otro importante faltante que tiene este último hospital, que es centro de referencia a nivel provincial en el tratamiento de Mal de Chagas, lepra, cirugía toráxica, SIDA, tubercolósis y cirugías cardiovasculares, es la carencia de reactivos para HIV, sífilis y chagas. Están faltando desde al año pasado.

También hay que decir que en el San Juan de Dios se han clausurado varias áreas por paredes que se derrumban, los techos se llueven y las cañerías explotan por la falta de mantenimiento, según denunciaron los profesionales consultados. Además, de 210 camas disponibles que existían en el año 2000, hoy HAY solamente 120,"lo que marca un deterioro ostensible y achicamiento progresivo para el tercer nivel de complejidad en salud pública", se lamentó otro de los voceros.

Una de las médicas consultadas indicó que " a falta de guantes estériles, nos lavamos las manos antes de cada intervención y tratamos de no lastimarnos. Si no hay catéteres para aplicar más de una medicación, pinchamos a los chicos en otro lado. Pero hay cosas que no podemos resolver, como las cánulas para las traqueotomía que algunos pacientes necesitan para respirar. Muchas veces hemos tenido que ir nosotros mismos a la farmacia con plata de nuestro bolsillo, para comprar insumos".

Lucía Ledesma, jefa del Servicio de Neonatología y secretaria de la Asociación de Profesionales del Hospital de Niños de La Plata, agrega otro dato estremecedor: "hemos perdido la alta complejidad. Hoy tenemos que reprogramar cirugías por la falta de insumos elementales o no lográs siquiera cubrir las guardias de quirófano, porque no hay suficientes cirujanos. Tenemos un serio déficit de profesionales que se van de los hospitales públicos, por los bajos niveles de remuneración".

Los profesionales consultados para el armado de esta investigación, coincidieron en otros ejemplos, añadiendo que "las compras de insumos que hace el Estado bonaerense, no alcanzan para cubrir las necesidades y se producen faltantes de manera regular. Una semana no hay guantes, la otra falta suero, después resulta que se acabaron los catéteres y se dan hasta casos de que nos quedamos sin un tipo de antibiótico que se le da a las personas inmunodeprimidas y de un día a otro, tuvimos que cambiarle a todos los pacientes, la medicación".

Pero allí no termina esta vía crucis. Otra de las preocupaciones de los médicos es la pérdida de anestesistas y enfermeros. El éxodo se da también de manera masiva hacia los centros privados, porque pagan mejores sueldos. A todo esto, la falta de profesionales en ciertas especialidades genera situaciones límite en algunos hospitales bonaerenses, como el de Guernica. Allí se ha llegado al extremo de evacuar todos los fines de semana los servicios de Neonatología, porque pese a contar con una sala muy bien equipada, no tienen médicos para atenderla los sábados y domingo".

El diagnóstico de lo planteado hasta aquí, es tan grave como terminal y próximo a una pandemia. Las mayores exigencias laborales, el riesgo permanente de agresiones y la vulnerabilidad extrema a las demandas por mala praxis que tienen hoy algunas especialidades, hacen que las nuevas generaciones de médicos, busquen otros rumbos que no sean los del hospital público, el más digno, pero hoy sin remedio frente a tanta desidia.

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