martes, 19 de marzo de 2013

La historia inédita del Papa de los pobres que puso una pata fuerte en la zona Sur

 
 
Por Jorge Joury


Arrancó de la manera más austera. Tal como se esperaba. No quiso usar la cruz de oro de los pontífices durante las primeras ceremonias y se colocó una de plata vieja. Y además, ya es un secreto bajo siete llaves en El Vaticano, que el martes, cuando sea entronizado como el rey de la Iglesia Católica, se dice que "el anillo del Pescador", que los orfebres están construyendo, podría ser realizado en bronce y no en oro, como eligieron los últimos pontífices. Una muestra de austeridad, que se remonta a las costumbres de la época renacentista.

Algunos ya lo llaman "El Papa de la gente" o "El Papa de los pobres". Lo cierto es que en menos de 24 horas, Jorge Bergoglio se ha convertido en una leyenda viviente que no deja de sorprender y que ha dado sobradas muestras de cómo será su pontificado. No viajó en primera clase a Roma. Lo hizo en la turista y pidió que donen la diferencia a los pobres. Pagó el hotel donde se hospedó y su primer viaje como sumo pontífice, lo hizo en micro, dejando de lado los vehículos lujosos y grandilocuentes que utilizaban sus antecesores.

Este hombre, que por su bajo perfil de asemeja a una joya que no se muestra por su enorme valor, no solo dejó su huella en la capital federal, sino en muchos rincones del país, pero en especial de la zona Sur. Sobre él se cuentan muchas historias que transparentan su gran sentido solidario y su compromiso por las causas más nobles.

Comentan por los pasillos de la diócesis de Quilmes, que cuando puso un pie en el distrito para poner en funciones a monseñor Carlos Tissera, se interesó sobremanera por la realidad social y hasta pidió visitar las villas de la zona, para tomar contacto con los más necesitados. (Ver comentario en lugar aparte de este portal).

Desde ese momento, un tal Jorge Bergoglio empezó a encandilar a muchos feligreses de la región. Aseveran que con monseñor Tissera mantenía charlas periódicas para preguntar como iba la ayuda de la Iglesia hacia los más necesitados y hasta preguntaba si hacía falta que él traccionara más elementos, como comida, medicamentos, ropa y frazadas. La tristeza la dolía y la solidaridad le brotaba por los poros, así lo definió alguien que lo conoció y dijo que "siempre le asombró el brillo que irradiaban sus ojos y la sensación de paz que dejaba su palabra serena".

Ese Bergoglio que estamos comenzando a conocer de a poco, ya estaba en el escenario de la Iglesia en los años de la represión y fue allí cuando se comprometió de manera inequívoca con muchas personas perseguidas de este lado del conurbano bonaerense, para ayudarlas a salir del país.

La abogada Alicia Olivera, que conoce a Bergoglio hace 40 años y que en los años 70 era jueza, hasta que el Proceso Militar la echó, da prueba de esto."Jorge prestó su documento personal y hasta la sotana, para que algunos perseguidos por cuestiones políticas cruzaran la frontera. Fue un hombre que se jugó siempre por las causas más nobles y no tuvo reparos en ir a pedir a Videla o a Massera por algunos desparecidos. Se jugaba la vida, ya que en esa época había que tenerlas bien puestas, para hacer lo que hizo Bergoglio".

Los curas de la región que se encandilaron con este hombre de austero sobretodo negro y traje gastado por el uso, también comentan que "Jorge nunca ocultó su condición de peronista. Es más, el contaba con orgullo que cuando era estudiante secundario, un día lo amonestaron por llevar en la solapa el escudo del partido. Los dicen que era de derecha, es porque no lo conocieron".

Otro de los sacerdotes consultados en esta investigación, también añadió que "Bergoglio siempre preguntaba como estaba el avance de la droga en la zona Sur. El mandaba a decir que en las homilías había que insistir con la prevención y marcar que el narcotráfico se estaba llevando puesta a una generación de jóvenes. Hay que sacar a los narcos de la sociedad, insistía. Lo mismo marcaba con la trata de personas, la esclavitud sexual, el trabajo clandestino y la explotación laboral. Hay referentes de la zona, como Osvaldo Tondino, de la Federación de Instituciones, un hombre comprometido en estas luchas que puede dar fe de estas prédicas. Lo mismo que Gustavo Vera, presidente de la ONG "La Alameda" a quien Bergoglio ayudó a empujar sus denuncias para frenar estos terribles flagelos".

El mismo informante reveló que Jorge Bergoglio cuando ocurrió la tragedia de Cromañón, recibió a los familiares de las casi 200 víctimas, muchos de ellos también de la región a quienes dio amparo, contención religiosa, buenos consejos y hasta usó sus contactos con prominentes jueces, para que pudieran encontrar la justicia que buscaban.

Además, el 23 de septiembre pasado Bergoglio viajó en tren por la línea Roca hacia La Plata, pra casar al matrimonio de Gastón y María Emilia, ceremonia que se realizó en la Iglesia Nuestra Señora de Pompeya. Y aquí, uno de los presentes comentó una anécdota sobre el por entonces arzobispo que lo pinta de cuerpo entero. Cuando los novios lo invitaron a fotografiarse en el atrio de la Iglesia, el respondió: "Perdonenmé que no lo haga, pero las estrellas son ustedes".

EL PERFIL DE UN HOMBRE ILUMINADO POR LA HUMILDAD

Fue la gran sorpresa para todos los argentinos. Nadie lo tenía. Tal es así que las cadenas de medios locales pendientes a lo que pasaba detrás de la cortina del balcón de El Vaticano, cuando escucharon la designación, casi no reaccionaron.

No entendían como un tal Jorge Bergoglio, al que nadie le había puesto una ficha como candidato firme, porque hasta pocas horas antes todas apuestas se las llevaba un brasileño, iba a convertirse en el nuevo Pontífice. Alguien, que de aquí en más, llevará el nombre de Francisco Primero.Y no es una casualidad que este santo sea el que lo acompañe con su nombre, porque fue uno de los que más reivindicó a la Iglesia con la pobreza. Hay que tener en cuenta, que la austeridad fue una de las cartas más preciadas que exhibió Jorge Bergoglio, en un ámbito que mucho no se distingue por esas bondades.

Sin embargo, aunque el asombro fue generalizado, comentan en los pasillos de El Vaticano, que Bergoglio ya había recibido un guiño de su antecesor, Benedicto XVI. Antes de hacer efectiva su renuncia, el entonces Papa lo designó como miembro de la Pontificia Comisión Para la América Latina, CAL. Los entendidos en estas cuestiones, aseguran que la "bendición" estaba en marcha y poco después el purpurado porteño y hoy líder máximo de la Iglesia, partió hacia Roma para participar del cónclave, que terminó por ungirlo en el trono más alto, a la diestra de Dios.

El nuevo Papa es un hombre al que lo califica la austeridad y en su momento se ha puesto muy firme en ser un duro crítico hacia los gobiernos, en su lucha contra la pobreza. Lo hizo con Menem y también con los Kirchner, lo cual lo alejó de los círculos del poder político y fue pocas veces consultado o tenido en cuenta por los mandatarios.

Para pintar algunas acuarelas de la vida de Jorge Bergoglio, se puede decir que vivía hace años solo en un sencillo departamento del edificio de la Curia, ubicado frente a la Plaza de Mayo y próximo a la Catedral Metropolitana. Se manejó siempre de manera esquiva a las apariciones mediáticas. Los que conocen sus movimientos, señalan que eso le permitió por ejemplo viajar en el subte, sin ser advertido como una personalidad de la Iglesia, mezclándose entre la gente como uno más.

No fueron pocas las veces en que este hombre dio muestras de su bajo perfil. Cuando fue ordenado cardenal solicitó que le ajustaran la ropa de su antecesor, monseñor Quarracino, en lugar de ordenar nuevas prendas.Y es más, en los pasillos de la Curia se comentó siempre que cuando viajaba a Roma, evitaba siempre utilizar la indumentaria del cargo y lo hacía con un sencillo sobretodo negro.

Jorge Mario Bergoglio tiene 76 años y nació en la ciudad de Buenos Aires un 17 de diciembre de 1936. Es hijo de un matrimonio de italianos, conformado por Mario Bergoglio, un ex empleado ferroviario y Regina, ama de casa. Gente humilde y de trabajo. Egresó de la escuela secundaria ENET número 27, Hipólito Yrigoyen, con el título de técnico químico. Pero en 1957, a los 21 años su vida dio un vuelco radical, cuando decidió ordenarse como sacerdote y consagrar su vida a Dios.

Por ese entonces ingresó en el seminario del barrio de Villa Devoto, como novicio de la orden jesuita. Allí dio el puntapié inicial en su larga carrera eclesiástica, que lo consagró en 1992, como cardenal de Buenos Aires.

Pero por aquel entonces la salud le jugó una mala pasada y sufrió problemas respiratorios que derivaron en una compleja operación que lo dejó con un pulmón menos.

"Mientras Dios me deje respirar, consagraré mi vida a los pobres", le dijo a los más íntimos, después de reponerse del difícil trance. Pero más allá de ser un hombre de lleno consagrado a la Iglesia, Jorge Bergoglio es un apasionado del fútbol y confeso hincha de San Lorenzo de Almagro.

Tal es así, que en la época en que el "Beto" Acosta se había convertido en el rompe redes de los Gauchos de Boedo, el plantel le regaló al cura, una camiseta autografiada por los jugadores.

Fútbol, mate y tango, son las pasiones que acompañaron la vida del nuevo pontífice, quien de chico acompañaba a su padre al viejo Gasómetro, porque éste jugaba en el equipo de básquet azulgrana.

Hay anéctodas que pintan de cuerpo entero el fanatismo de Bergoglio por los colores de su club favorito. Tal es así, que durante una misa, una vez recordó al equipo campeón del 46, con Farro, Pontoni y Martino y confesó no haberse perdido uno solo de esos partidos.

En el 2008, el entonces cardenal recibió de manos de los dirigentes, una camiseta y su carnet social como "socio centenario" del club. En el plano institucional, Bergoglio tuvo además un rol preponderante dentro de la cumbre eclesiástica argentina. Fue presidente de la Conferencia Episcopal durante 2 períodos.

También hay que decir que sus relaciones con el gobierno, no transitaron precisamente por los caminos de la concordia. Fue muy crítico con las políticas sociales de Néstor y Cristina Kirchner y lo proclamó a tambor batiente en muchas de sus homilías. A la relación de Bergoglio con el matrimonio K, podría calificarsela de tensa y distante. Hubo solo pocos encuentros, a través de lo meramente protocolar.

Para muestra basta un botón: con la Presidenta no se ve las caras desde el 17 de marzo del 2010 y los encuentros entre el nuevo Papa y los Kirchner, en total fueron apenas 4. Al nuevo Papa nunca le cayeron bien los discursos del matrimonio presidencial, criticando el rol de la Iglesia durante la Dictadura Militar.Tampoco a Néstor y Cristina le agradaban las periódicas devoluciones del cardenal, con sus llamados a combatir la pobreza, la inseguridad, la corrupción o la desigualdad social.

Pero la relación alcanzó su punto más álgido y desató olas, cuando Bergoglio en octubre del 2009, afirmó en un seminario que "los derechos humanos se violan no solo por el terrorismo, la represión, los asesinatos, sino también por la extrema pobreza".

También el disgusto llegó a lo más alto del poder político, cuando Jorge Bergoglio consideró que el matrimonio igualitario que aprobó el Congreso de la Nación, con absoluta mayoría K, "era una movida del Diablo". Pero allí no terminaron los embates.El purpurado también se opuso al aborto no punible, indicando que "nunca es una solución" y reclamó "que se respete y se preserve, tanto la vida de la madre, como la del niño por nacer".

No obstante los vientos de tormenta que acompañaron a la relación de Bergoglio con lo más alto del poder político, el arzobispo tuvo una consideración especial, al pedir gratitud cuando falleció el ex presidente : "hoy estamos aquí para rezar por un hombre que se llama Néstor Kichner, que fue recibido por las manos de Dios y fue en su momento ungido por su pueblo", aseguró.

Lo cierto es que ha llegado "El Papa del Fin del Mundo", como lo llaman desde Europa. Es argentino y tiene mucho por hacer para ordenar una Iglesia que está en múltiples cuestiones bajo la lupa de sus feligreses. Por lo pronto, tiene varios atributos a favor. En nuestro país izó las banderas de la lucha contra la trata de personas y la explotación inhumana en los talleres textiles clandestinos. Quienes lo conocen dicen que es partícipe de la tolerancia cero con los curas pedófilos y la corrupción dentro de su propio reino. Dios, tiene la última palabra...

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