viernes, 1 de marzo de 2013

Sangriento caso de justicia por mano propia en Ingeniero Allan, que enciende una luz de alerta





Por Jorge Joury


Decir que es tierra de nadie, no es para nada exagerar. Existe una amplia franja del barrio Ingeniero Allan en Florencio Varela, que se ha convertido en un lugar donde impera la ley de la selva. Y lo más grave, es que en muchos casos se hace justicia por mano propia. Allí abundan las cuevas del narcotráfico y los robos, asesinatos por ajustes de cuentas, además de sangrientas reyertas por el exagerado consumo de alcohol. Son el denominador común de un paisaje violento y marginal, donde a uno se le pone la piel de gallina, si está obligado a circular por esas calles de tierra, en medio de yuyales donde acecha el peligro a cada metro.

Para poner en valor el clima que allí impera, cuando el periodista requiere de los vecinos datos sobre estas cuestiones que estamos denunciando, se dan media vuelta y se marchan. Tienen terror de hablar por temor a represalias. Es que las bandas de los denominados "gorritas", jóvenes de entre 15 y 25 años, son de gatillo fácil y "matan sin asco", según reveló un informante.

"Los llaman así porque cobran peaje para circular por la zona, tanto a los abastecedores de los negocios del barrio, como a los vecinos que van a sus trabajos .Algo tienen que dejar para comprar la merca", mencionó la fuente.

Esta es la postal más dramática, pero tan real como descarnada, en esas calles de tierra donde la muerte acecha a la vuelta de cada esquina. A tal punto que un alto jefe policial calificó en las últimas horas a Ingeniero Allan, como "una cárcel a cielo abierto, donde pululan los delincuentes más peligrosos del conurbano, en su mayoría con antecedentes policiales. Hoy entrar a Allan, significa sacar pasaje a la muerte".

Tal vez alguno de los hechos que hemos mencionado, sirvan para graficar lo ocurrido en las últimas horas, cuando una turba enfurecida, presumiblemente por el robo de dos motos, penetraron a la vivienda de un ex convicto, lo mataron de un tiro en la frente y después le prendieron fuego al inmueble, no sin antes robar todo lo que encontraron a su paso.

Este grave suceso, que se suma a una larga cadena de ilícitos, se desencadenó pasadas las 22.30 de este martes. A esa hora, unas 15 personas que alegaban buscar dos motos robadas, se hicieron presentes muñidas de palos y armas de fuego, en una precaria vivienda ubicada en las calles Colodrero y Chaco, sobre la certeza de que encontrarían los ciclomotores. Hasta allí llegaron para acorralar a Carlos Gastón Soto, de 30 años, conocido por el mote de "Chuky", un sujeto, al que en la zona reconocen como taimado y prepotente y que además tiene antecedentes penales. A tal punto, que ya de joven conoció la cárcel por hurtos reiterados.

Después de comprobar que las motos no estaban en la vivienda, la turba enfurecida comenzó a increpar al tal "Chuky", generándose una violenta pelea. En esas circunstancias, el dueño de casa recibió un tiro calibre 22 en la frente, que acabó con su vida en el acto.

Posteriormente los vecinos depredaron la vivienda, llevándose cuanto objeto de valor encontraron y posteriormente le prendieron fuego. Afortunadamente, la madre de "Chuky" y sus dos hermanos, lograron escapar en el momento en que se iniciaban los incidentes.

Inmediatamente, concurrieron al lugar cinco móviles policiales y una dotación de bomberos, quienes procedieron a apagar el fuego que virtualmente convirtió en ruinas a la precaria casa, montada sobre una estructura de chapas, tirantes y cartones.

De las averiguaciones que realizaron los investigadores, se logró ubicar y detener al presunto autor del homicidio. Se trata de un individuo de origen paraguayo, identificado como Arnaldo Acosta, quien además presenta un frondoso prontuario, según informó el jefe de la Distrital Florencio Varela, comisario Walter García.

García señaló que "a pesar de que existía una denuncia sobre el robo de dos motos, no descartamos de que se trate de un ajuste de cuentas entre bandas o grupos marginales, por algunas otras cuestiones que desconocemos. El hombre que fue asesinado, Carlos Gastón Soto, conocido en la zona como "Chuky", presenta antecedentes por robo agravado. El caso no esta todavía cerrado pero pertenece a la geografía de un submundo que está totalmente fuera del Estado de derecho y en donde estos grupos tienen sus propios códigos, en donde la intolerancia y la violencia, prevalecen por sobre todas las cosas".

A todo esto, otra fuente digna de crédito manifestó que se está investigando si el tal "Chuky", es uno de los autores del intento de robo a una despensa de la calle Sequeira al 2100, hecho ocurrido a fines del año pasado. En ese lugar la dueña del local conocida como Roberta, en aquella oportunidad puso en fuga a cinco delincuentes que quisieron asaltarla y mató a balazos a uno de ellos, ya que tenía autorización para portar armas. A partir de allí, la protagonista de esta historia sufrió una larga cadena de amenazas , que luego se extendieron también hacia los periodistas del canal de televisión América 24 que se hicieron presentes en la zona para desnudar la descarnada postal de violencia que azota a Ingeniero Allan y cuyos negocios están enrejados de punta a punta.

El comisario García calificó a la zona como "muy peligrosa y a pesar de los intensos patrullajes, es difícil romper con los muros de silencio que levantan las bandas que están muy enquistadas en el lugar y a las que los vecinos tienen miedo a denunciar por las represalias".

El comisario García indicó que no obstante la gravedad de este episodio, "en un distrito tan numeroso como Varela, con 450 mil habitantes, el año pasado tuvimos 20 homicidios, tres de ellos sí de un carácter muy violento". García admitió que los episodios más conmocionantes fueron el brutal asesinato de la doctora Rosalía Kessler, el de un mecánico de apellido Fernández, que fue virtualmente fusilado en la puerta de su casa para robarle la moto y el caso de un jubilado que vivía en la zona próxima a la sede municipal, a quien le destrozaron la cabeza a martillazos para robarle los valores que tenía en su vivienda. Los tres episodios logramos esclarecerlos y detener a los responsables", señaló García.

También hay que señalar que la doctora Marisa Gianini, titular de la Anses local, el año pasado sufrió un robo violento en su casa, donde los delincuentes envenenaron a dos de sus perros, le robaron todos los objetos de valor y además la sometieron a un brutal castigo corporal.Luego le tocó el turno al director de Medicina Preventiva, el doctor Gabriel Nauda y su familia, quienes fueron víctimas de una violenta entradera.

A pesar de que la seguridad ha mejorado sustancialmente en el distrito, por la puesta en marcha de la Guardia Municipal que entró en funciones a fines del 2012, preocupa a las autoridades los hechos de justicia por mano propia. Y en tal sentido la crónica policial recoge en el trazo fino, una serie de episodios muy preocupantes. Uno de ellos, el más lejano, ocurrió el 2 de febrero del 2011.Ese día también una turba enfurecida, integrada por 50 individuos casi destrozó virtualmente a golpes a un sujeto de unos 50 años, que intento abusar de una menor de 15.Este hecho tuvo por escenario a la calle Teodoro Foll entre Río de Janeiro y Belgrano. El hombre no murió y logró ser detenido, por la llegada a tiempo de una patrulla policial al lugar.

El 5 de febrero del año pasado el distrito volvió a sacudirse, sí esta vez por un suceso de características trágicas. Tres hombres bajaron a empujones de un colectivo a un hombre en la zona de El Cruce y lo condujeron a un descampado, donde lo mataron a patadas y golpes. Después se supo, que uno los tres jóvenes protagonistas del episodio, de entre 18 y 21 años, había reconocido al sujeto como el que lo había violado a los 8 años.

El 29 de noviembre último, vecinos aledaños a la Plaza de Mailín estuvieron a punto de tomar las armas por la presencia de bandas de motoqueros drogadictos que asolaban la zona. Los hechos más recientes que tuvieron un desenlace trágico, podemos ubicarlos el 26 de febrero del 2012, cuando un ex convicto violador de una menor, fue asesinado a golpes por los vecinos y su cuerpo arrojado a las vías del ferrocarril Roca, con la intención de que el hecho pasara por un accidente. Finalmente, el 16 de este mes, un comerciante de 56 años, acusado de violar a una joven discapacitada en el barrio Villa Mónica, por milagro no terminó siendo linchado por los vecinos, ya que la policía intervino a tiempo.

Este sangriento episodio ocurrido en las últimas horas en Ingeniero Allan debe convertirse en un llamado de atención, de que en esa zona habrá que profundizar mayores políticas de seguridad, para evitar males mayores. Un barrio donde vive mucha gente honesta y trabajadora, no puede caer en manos de estas bandas que no siembran otra cosa que la intolerancia y la muerte, porque no conocen otro idioma, que el de las balas. Y lo más grave, sino se preserva el ESTADO DE DERECHO, la única ley que les queda a los vecinos de Allan, es la de la SELVA.

No hay comentarios: