miércoles, 31 de julio de 2013

La Tercera puso las fichas y se polariza el voto entre Insaurralde y Massa


Por Jorge Joury


A medida que los tiempos electorales se van acortando, los escenarios de intención de voto son cambiantes. Por ejemplo la última encuesta de Poliarquía señala que la elección se está polarizando entre Massa e Insaurralde, ya que entre ambos arrastran un 60% para dar la gran batalla de la provincia de Buenos Aires. Pero lo novedoso es que a 15 días de las internas del 11 de agosto, el candidato de Cristina Kirchner, Martín Insaurralde acortó a la mitad la distancia que lo separa de su rival del Frente Renovador, Sergio Massa. Hoy solo 5 puntos de diferencia separan a ambos. Y estos números son por obra y gracia del trabajo de campo de los intendentes oficialistas de la Tercera Sección Electoral. Sin embargo, en el macro escenario, el intendente de Lomas de Zamora enfrenta el difícil desafío de superar el techo del 30% en el principal distrito electoral del país.

Los números más frescos que se conocen pertenecen a la consultora Poliarquía, la que señala que el intendente de Tigre concentra el 32,5 por ciento de la intención de voto, frente al 27,4 por ciento del postulante kirchnerista. Lo de Insaurralde es más que meritorio, ya que a menos de un mes atrás, en el inicio de la campaña, esa distancia era de once puntos. En este caso los observadores políticos sostienen que más allá del trabajo de campo de varios intendentes, que mucho tienen que ver en estos guarismos, el aporte de Cristina Fernández y Daniel Scioli, quienes con sus exposiciones mediáticas en actos y sports de campaña le han acercado a Insaurralde el viento a favor que necesitaba para mejorar su actitud ganadora.

En términos territoriales, el achicamiento de la brecha entre Massa e Insaurralde se nota particularmente en el Gran Buenos Aires, donde la distancia pasó de 12 puntos a apenas un punto. El trabajo de los creativos ha sido muy acertado en mostrar a un Insaurralde más cerca de los problemas de los vecinos, como desde hace tiempo lo venía haciendo Massa, quien además le agregaba sus apariciones en el cantando de Tinelli, desfiles de modelos y otros eventos en su Tigre glamoroso.

Pero también hay que decir que la encuesta de Poliarquía no coloca en términos favorables a Insaurralde en el interior de la Provincia, donde Massa sigue consolidando su propuesta. Una prueba palpable de ello son las ciudades de Bahía Blanca y Mar del Plata, las dos ciudades más grandes del interior bonaerense que presentan un electorado más exigente y crítico con la gestión del gobierno, sobre todo en términos de inflación.

Si bien es cierto que Insaurralde recortó la diferencia con Massa en 5,8 puntos porcentuales en la Provincia, ahora su gran desafío será superar el piso del 30%. Algunos encuestadores afirman que todavía puede superar en dos o tres puntos su medición actual de 27,4% pero la incertidumbre está puesta en si logra perforar el techo, para lo cual tendrá que trabajar a fondo más territorialmente en el interior de la provincia de Buenos Aires, donde todavía su imagen no ha explotado del todo como pretenden desde la propia Casa Rosada.

En términos generales, Massa perdió un 1,2% de intención de voto (a principios de mes había registrado el 33,7%), mientras que Insaurralde sumó 4,6 puntos a los 22,8 registrados por la primera encuesta, realizada en la primera semana de julio.
En el tercer lugar, con 13,1% de las preferencias, se mantiene Francisco de Narváez, y cuarta sigue Margarita Stolbizer, con 11,7%.

Otro dato guarismo que pone en foco la encuesta es que Massa perdió terreno entre quienes dijeron sentirse "cercanos" al Gobierno: Pasó de 36% a 23% en ese segmento entre esta medición y la realizada por la misma empresa hace tres semanas. Además creció 4 puntos entre los que se consideran "muy lejanos" al Gobierno, trepando de 34% a 38%.Para quienes siguen de cerca la pulseada de las encuestadoras, esto estaría confirmando que la presidenta de la Nación está logrando parte de los objetivos de su plan, es decir sacarle a Massa hasta el último voto kirchnerista. Quienes están cerca del gladiador tigrense sostienen que con esos datos en mano, Massa cambió la estrategia por pedido de sus asesores. Es decir, ahora intensificará sus cuestionamientos hacia los jugadores del oficialismo que generan más rechazo, como La Cámpora, Guillermo Moreno y Luis D´Elía.

Ahí aparecen las dificultades de la Casa Rosada para subir perforar el techo de los 30 puntos. Es que la agrupación de Cristina y el secretario de Comercio son el corazón del Gobierno y quienes manejan -junto a la Presidenta- los hilos del poder.

El solo hecho de poner nervioso a Massa y llevarlo a protagonizar cambios de frente, es lo que pone contento a los maestros del ajedrez oficialista, quien hoy se sienten satisfechos en parte de que Insaurralde, pasó de ser un intendente desconocido para buena parte de la Provincia a alcanzar casi un 30% del distrito electoral más importante.

Pero fiel a su estilo, los observadores creen que Cristina irá por todo. No es la misma situación para la Presidenta. Cualquier derrota frente al intendente de Tigre dejará al descubierto los errores políticos de los últimos años y potenciará un eventual candidato hacia el 2015. El que está contento con estos escenarios es Daniel Scioli. En las últimas horas entrevisté en mi programa radial al politólogo, profesor de la UBA y especialista en temas electorales, el licenciado Gustavo Damián González, quien marcaba que en este escenario el que más gana es Daniel Scioli. "El gobernador de Buenos Aires no tiene nada que perder. En el peor de los casos, el que caerá derrotado será Insaurralde y si es por corta distancia, mejor. Una escasa diferencia con Massa dejaría mejor parado a Scioli en la carrera presidencial para el 2015 y probablemente lo obligaría al tigrense a entrar en una negociación que lo podría favorecer".

De todas maneras, el licenciado González señala que "aunque gane por poco, Massa se posicionará por su propio peso en la carrera hacia el sillón de Rivadavia, ya que estaría derrotando al gobierno más poderoso de las últimas décadas, el que obtuvo más del 54% en las urnas en las recientes elecciones presidenciales". No obstante ello, el politólogo no cree que Massa asuma su banca de diputado."Se quedará en el Tigre sin arriesgar, ya que allí se mueve como pez en el agua".

González coincide con Poliarquía, en el sentido que la intención de voto se va a poalrizar entre Massa e Insaurralde, sacando de carrera al persistente Francisco de Narváez, "que si bien tiene todos los recursos económicos, parece haber perdido el tren frente a un electorado ávido de otras ideas que no sean decir estamos hartos de...".

González también asegura que esos votos que perderá El Colorado, irán inexorablemente a un Massa, "que para estos últimos días de campaña no tiene grandes sorpresas y es básicamente de mantenimiento las tareas que le quedan pendientes". De todas maneras, para los espadachines massistas el desafío es salir a la pesca por el Conurbano, para recoger más votos, sobre todo en territorios adversos como La Matanza y la zona Sur, donde los intendentes locales han blindado sus campos de batalla con un trabajo de muchos años de siembra, amén de usufructuar de las dádivas de Balcarce 54 para asegurar los votos.
Es que la ubicación en el podio de la Tercera Sección son el escenario en el que ocurrieron los mayores cambios. Es allí donde Massa sufrió la mayor sangría de intención de voto y donde escaló Martín Insaurralde. Estamos hablando de territorios fuertes donde los barones del Conurbano, como Julio Pereyra (Florencio Varela), Patricio Mussi, Francisco Gutiérrez (Quilmes), Mario Ferraresi (Avellaneda) y Darío Díaz Pérez, hacen valer su historia de conquistas sociales.

En ese marco, algunos en el massismo y en el PRO consideran que fue un error la polémica de los últimos días con el espacio de Mauricio Macri, ya que el voto mayoritario de Massa es opositor al kirchnerismo al igual que el público del macrismo. Pueden ser espacios distintos, pero es evidente que son aliados en el objetivo central: Derrotar al Gobierno.

Acaso quien lo vio con más claridad fue Gabriela Michetti, que en las últimas horas minimizó las diferencias y afirmó que veía muy probable que luego de octubre, ambos espacios establezcan algún tipo de alianza en el Congreso. No obstante en el massismo se actúa con cautela y en lo subterráneo. Saben que tejer un polo netamente opositor con el PRO, sería identificarse con la derecha y darle pie a las críticas que provienen de los campamentos K, cuando los califican de rejunte. 

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