lunes, 29 de mayo de 2017

Los petardos de Carrió frente a los peligros que se avecinan sobre el propio Presidente

Cada tanto, Elisa Carrió con sus denuncias se da el privilegio de hacer crujir a la coalición gobernante que ella misma fundó. Pero lejos está de pegar un portazo, como lo hizo Chacho Alvarez con Fernando De la Rúa. Sabe que sería el fin de Cambiemos. A pesar que en gran parte de la guardia imperial del PRO, la detesta, hay quienes reconocen que el Presidente tiene con ella tiene una suerte de coraza contra las mafias.


En la última semana circuló con fuerza el rumor que Mauricio Macri habría recibido amenazas del narcotráfico, por lo que se decidió reforzar su custodia. Tendría que ver con la política de ir a fondo para erradicar este flagelo. Esas acciones, habrían permitido la disminución de un 30% del tráfico y venta de drogas en todo el territorio.  
La prueba de que Macri está más vigilado, fue observado a la salida del tedeum en la Catedral. Allí se vio a uno de sus custodios llevando un portafolios. Después se supo, que ese maletín es una suerte de coraza o chaleco antibalas que también utilizan otros jefes de Estado frente a cualquier contingencia que ponga en peligro su vida.
En los últimos días Carrió disparó otra bengala que tiñó de rojo el cielo de Cambiemos. Fue al amenazar públicamente con dejar el Gobierno, tras conocerse que había sido seguida a Paraguay por supuestos miembros de la Agencia Federal de Inteligencia, que responderían a Silvia Majdalani, la segunda de la AFI. 
La información fue divulgada a través de una investigación del diario Clarín, dando cuenta que en Asunción Carrió se reunió en un bar con un mayor retirado de inteligencia del ejército argentino (foto) .Se daba cuenta también, que fue constantemente seguida por dos autos. La diputada  confirmó luego a la prensa su viaje a Asunción y los datos volcados por el informante en un parte de inteligencia. Señaló que fue a buscar información sobre supuestos vínculos de Aníbal Fernández, el dirigente gremial del SOMU preso por corrupción, "El Caballo" Suárez y su empresa Maruba, con el narcotráfico en la línea del Río Paraná.
Es un secreto a voces, que Carrió hace rato que tiene entre ceja y ceja a Majdalani. Al igual que cuando el año pasado denunció al entonces jefe de la Policía Bonaerense, Pablo Bressi y tuvo que esperar once meses hasta que fue echado por María Eugenia Vidal, la legisladora sabe que la política requiere de un largo ejercicio de paciencia. Y en esa dirección, está dispuesta a no sacarle el aliento en la nuca a la número dos de los espías, porque cree que al final del camino se le dará la razón. La legisladora además sospecha que los tentáculos de "La Turca", como la llaman sus allegados, podrían llegar hasta la propia policía bonaerense. Cree que estaría integrando a efectivos de esa fuerza en las bases que siempre tuvo la ex SIDE en el conurbano. Muchos se preguntan si la finalidad escondería seguir de cerca los pasos de María Eugenia Vidal y de su equipo de colaboradores. Nadie lo sabe y tampoco por ahora existen presunciones sólidas.
Políticamente, hoy resulta descabellado pensar en un divorcio de Carrió con el Gobierno. Macri la necesita, aunque a veces lo incomode. La líder del ARI es el pasaporte de transparencia de la coalición gobernante, sobre todo en momentos en que sobrevuelan los tufillos mal olientes del caso Odebrecht. Lilita en este terreno se mueve como pez en el agua, invitando a la acción a Macri. Lo lleva a enfrentar la realidad de un sistema de contrataciones del Estado contaminado de corrupción y que puede salpicar a algunas espadas del propio Presidente.
No obstante, dentro de los sacudones periódicos que provoca, como lo hizo al denunciar al propio titular de la Corte, el doctor Ricardo Lorenzetti, Carrió beneficia a la coalición gobernante al tenerla como candidata en la ciudad de Buenos Aires. Su papel como una suerte de fiscal moral del Gobierno, seduce a muchos electores que tal vez no simpaticen completamente con Macri. Hay encuestadoras que aseguran que tiene una imagen positiva muy alta  en la capital, por sobre la del propio Presidente, ya que supera los 40 puntos. Junto a María Eugenia Vidal, hoy las dos mujeres son los soportes de un gobierno que aún no encuentra el rumbo económico, pero que sueña en octubre con el salvoconducto para la reelección de Macri.
Además, Carrió con su rol de cuestionar al Poder Eejecutivo cuando algo va mal y la vez darle su apoyo crítico, adquiere una situación relevante para desdibujar a las principales fuerzas opositoras. A diferencia de las denuncias que hacen otros partidos, habitualmente cargadas de un fuerte matiz electoralista, Lilita en cambio es casi siempre certera.
Es probable que con el inicio de la campaña, Carrió provoque otros remezones que sacudan a la Casa Rosada. Pero ofrece a la opinión pública un menú diferente a las otras fuerzas opositoras. Con sus petardos, el gobierno no correría el peligro de agrietarse por alguna estela de corrupción. El futuro dirá si esta presunción es cierta.

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