Por Jorge Joury
Si hay algo de lo que no se vuelve es del ridículo. Así versa una frase que apila seguidores en el cuño popular. Fue lo que le ocurrió al jefe de gobierno porteño Mauricio Macri, quien tuvo que salir a pedir “disculpas” por señalar que a las mujeres les gusta que les digan un piropo por la calle, incluso una grosería como: “que lindo culo que tenés”. El líder de Pro, cercado por la catarata de insultos que recibió a través de las redes sociales, admitió públicamente que : “Una de mis hijas me llamó y me retó por el tema de los piropos. Hice un comentario desde la galantería, pero si alguna mujer se sintió ofendida, pido disculpas”.
Lo que Macri no imaginó es que lo manifestado en la entrevista con la radio FM Masters, de Ushuaia no quedaría archivado en las tierras del fin del mundo, sino que replicaría con tánta fuerza y que haría derretir hasta los cubitos de las heladeras porteñas. “En el fondo, a todas las mujeres les gusta que les digan piropos. Por más que te digan alguna grosería como «¡qué lindo culo que tenés!»”, había expresado el ingeniero, ahora lanzado en pícaro. Lo que no midió es que el vértigo de las comunicaciones haría caer en Buenos Aires una lluvia ácida, que le puede jugar en contra en el caudal de votos femeninos para sus aspiraciones presidenciales.
Su acentuado machismo puede tener efectos colaterales. Por lo menos, ya provocó una rebelión en los tacos altos. A raíz de ello, ante el rechazo generalizado, el jefe de gobierno porteño intentó aclarar sus dichos: “Yo no hago ese tipo de piropos”. Tarde Mauricio para pedir disculpas, le susurraría un amigo al oído. O tal vez otro, ya más zarpado y en los pasillos de La Bombonera, le reprocharía : “fierita, con las brujas no te metas porque te hacen de goma y no te la perdonan más”.
No es para tánto, ni para que lo excomulgue el Papa. Pero hay que subrayar que el hecho toma visos de gravedad porque Macri es un político y como tal, debe guardar recato por su investidura de Jefe de Gobierno. No debe salir del molde de la cordura, aún queriendo hacerse el simpático, incursionando desde el humor. Se equivocó además Macri en elegir la parte del cuerpo, la más sensible al ojo masculino. Allí fue donde se desbarrancó hacia el mal gusto. Hay que decir que la jodita, hablando mal y pronto, le salió para el culo.
La pregunta es si lo de Macri podría encuadrarse dentro de
lo que los especialistas denominan como acoso callejero, algunas
metodologías de piropo. Son ni más ni menos que las formas naturalizadas
de acciones o palabras no deseadas que muchas mujeres padecen a diario.
Para la mayoría de los argentinos se puede configurar bajo la figura
del piropo. Pero para los que analizan estas cuestiones desde la
psicología, sostienen que hace tiempo que hay una delgada línea roja
entre el piropo y el acoso. Por eso es importante que la sociedad y
sobre todo las mujeres conozcan esos límites y cómo defenderse.
Vayamos por parte. El piropo está inscripto en una
frase o palabra construida con sagacidad, picardía y hasta cierta
inocencia. En cambio el acoso callejero es un tipo de interacción
focalizada con contenido alusivo a la sexualidad, cuyo ejercicio implica
diferentes prácticas como silbidos, comentarios sexualmente explícitos,
miradas fijas, cierre del paso, autoerotismo en público,exhibicionismo,
manoseo, seguimiento, sonidos, ofensas verbales que se dirigen a las
mujeres. Hay frases como: “Yegua, potra, caballo, fiera, bestia o si te
agarro te parto en dos”, entre otras, que ofenden y se convierten en
verdaderas cachetadas para el género femenino. Se escuchan a diario en
las calles y no aceptan atenuantes . Más bien, marcan a fuego el perfil
bajo de quien las pronuncia.
Un estudio del programa de Opinión Pública de la Universidad Abierta Interamericana (UAI) detectó
que el 72.4% de las mujeres encuestadas desconocidos le gritaron o
silbaron en el último tiempo. De ese total, el 59.2% manifestó haberse
sentido “incómoda o intimidada”. Si bien el sentimiento de incomodidad
es grande, el 76.2% de las mujeres manifestó no reaccionar ante el
hecho, quizás por temor. Como contrapartida, al 71.4% de los hombres
ninguna mujer le gritó o silbó nunca. A el 28.6% que sí le sucedió, le
gustó el hecho.
Para que los asesores de Macri tomen nota, la encuesta que
realizó la Facultad de Psicología y Relaciones Humanas de la
Universidad Abierta Interamericana se hizo entre hombres y mujeres de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Gran Conurbano de Buenos Aires
para conocer sus impresiones respecto de este tema.
En el marco de la Semana Internacional contra el acoso callejero entre el 7 y 15 de abril impulsada por la ONG Stop Street Harassment la encuesta de la UAI determinó que si
bien el acoso callejero es muy común, sólo el 6.6% de los hombres
encuestados reconoció llevarlo a cabo. De ese total, el 57.1% cree que a
las mujeres “les gusta” y ellos lo hacen para “halagar”.
Otro de los datos interesantes del estudio señala que ante
esta situación, el 56% de las mujeres manifestó que si ve un grupo
grande de hombres, cruza la calle y el 42.9% siente temor a la hora de
caminar sola. La mayoría de los encuestados (el 55.6%) de los
encuestados de ambos sexos, reveló conocer el término de “acoso
callejero” y el 86.6% estaría de acuerdo con que se prohíba por ley.
La licenciada en psicología Mercedes Aréchaga sostuvo que :
” analizar este fenómeno es entrar a hacer equilibrio en una delgada
línea roja. Hay que separar algunas cuestiones. Hay experiencias
negativas y humillantes, intimidatorias y agresivas de meras
aproximaciones de cortejo y coquetería. Dependen del machismo como
origen de comentarios contra las mujeres en los espacios públicos.
Responde todo a una teoría general del poder en el género. Suele ser un
componente invisible de las interacciones cotidianas, de breve duración,
que se presenta disfrazado de piropos, alabanzas. elogios y halagos”.
Hay varias formas de acoso sexual callejero (acoso
femenino, acoso homosexual a heterosexuales) con distintas
representaciones en la vida de los /las ciudadanos/as. Algunos centros
académicos proponen el estudio en profundidad para conocer realmente las
experiencias subjetivas, utilizando entrevistas de larga duración con
discursos que comprenden el uso de fotografías, diarios personales, que
permita obtener de las personas los significados que les atribuyen a
ciertos sucesos.
Otros especialistas define al acosador callejero como alguien que no está autorizado ni correspondido en su actuación
Otros especialistas define al acosador callejero como alguien que no está autorizado ni correspondido en su actuación y
genera un entorno social hostil. Además esta situación tiene
consecuencias negativas para quien las recibe, Muchas veces implica
desequilibrio en las relaciones de poder y ocurre en diferentes medios.
Es un problema social y no de patologías psicológicas individuales.
“Provoca temor, vergüenza, coraje e indignación. También
puede generar sensación de pérdida de control, disminución de
autoestima, distorsión en la valoración de las experiencias de acoso,
incremento en la inseguridad propia y desconfianza hacia hombres
desconocidos en general. Los daños a nivel psíquico pueden ser
importantes. Uno de ellos es a cambiar formas de vestir, lugares donde
transitan, hasta libertad para salir solas a la calle”, agregaron los
especialistas. Por lo que se ve, Macri lo que hizo fue cartonear un
poquito de fama, sin tener en cuenta su investidura de alguien que fue
elegido por el pueblo para dar el ejemplo. Pero convengamos que la
picardía, está lejos de la figura del acoso, con lo cual se le puede
perdonar el dislate. Pero atención, desde el punto de vista político
habrá que ver si en el futuro ellas no le pasan factura en las urnas.
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