viernes, 25 de abril de 2014

A los que se UNEN, también los separan las diferencias

Por Jorge Joury

Algunos los califican como las estrellas de la semana. Los que ganaron la tapa de los diarios para erigirse en una opción política de recambio. Pero otros, advierten que son una bomba de tiempo que tarde o temprano terminará estallando. Lo cierto es que la constitución del Frente Amplio-UNEN, ya empezó a mostrar fisuras entre sus miembros y entraña una novedad de consecuencias complejas. Sobre todo en lo que tiene que ver con la pulseada interna para tejer la hipotética incorporación de Mauricio Macri que impulsa Carrió. Desde el justicialismo ya se pusieron en guardia y lanzaron los primeros misiles. Los califican de una suerte de “rejuntado”. Un calco de aquella Alianza que catapultó a De la Rúa y lo llevó al fracaso. Además apuntan a la cabeza de Carrió y le colocan la etiqueta de “la destructora de frentes”. Pero hay que reconocer que el nuevo espacio introdujo una modificación en la escena política y movió el avispero. Se trata de un jugador que viene a oxigenar la democracia, pero que aún no mostró atributos marquetineros, llámese plan o proyecto. No obstante, obliga a observar como se posicionará en el tablero del 2015, para convertirse o nó en alternativa de voto.
Desde la irrupción de UNEN en el teatro Brodway, lo que lograron es que tanto Sergio Massa, como Daniel Scioli y Mauricio Macri, desaparecieran de las primeras planas. En lineas generales la prensa apostó a mostrar a estos nuevos actores como una novedosa opción de cambio. Una de sus estrellas rutilantes, Elisa Carrió, por el momento no  ha mostrado intención de erigirse en candidata presidenciable. Dice que esperará hasta el año próximo y el veredicto de la gente. Pocos le creen dentro de su espacio, donde se menciona que ya surgieron los primeros cortocircuitos con el irónico Pino Solanas. “Al principio Lilita se encandila con la gente y ejerce una suerte de “noviazgo”, pero donde la contradicen, marca la cancha y les salta a la yugular”, confesó uno de los incipientes aliados.
Pero Julio Cobos, el radical Ernesto Sanz y Hermes Binner ya confesaron que jugarán fuerte para llegar a la Rosada. Ahora habrá que estar atentos  al peso y al despliegue de cada uno de los protagonistas. Pero el desenlace del torneo recién se sabrá en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Las reglas del juego potencian o retrasan la carrera de cada competidor. Son un actor en sí mismas. Carrió apuesta a sumar la pata del PRO y ya le mandó señales de humo a  su ayer odiado Mauricio Macri, que por el momento se hace el distraído esperando que cicatricen las heridas de las ofensas que recibió a través de los años departe de la mística dirigente.
En el escenario de luces rojas hay que decir que hay otros socios del espacio UNEN, como Hermes Binner, que ven en Macri una piedra en el zapato y sostienen que “sumar a un exponente de la derecha, sería un pelotazo en contra”.
Lo que Carrió intuye es que en una confrontación entre dos sectores del peronismo, Scioli vs Massa, se les facilita la batalla. En el imaginario e Lilita, por  la dispersión de votos, si suman a Macri,  podrían repetir lo de la Alianza en el 99, en un posible ballotage, como hoy pronostican las encuestadoras. “Hay que integrar a Macri para que el país no quede atrapado en una interna peronista”, es el argumento de Lilita a tambor batiente.
Los observadores subrayan que estas rispideces pueden abrir  un debate prematuro en una agrupación cuyo riesgo principal es convertirse en una torre de Babel. Los que plantean esa integración, como Elisa Carrio, Oscar Aguad y Julio Cobos,  están admitiendo implícitamente, además, que su fuerza es insuficiente por peso propio para superar a Scioli o a Massa.
Por el lado de Macri hay que decir que desconfía de la propuesta. Sobre todo por la inestabilidad emocional de Carrió, quien en su momento lo acusó de corrupto por su proximidad con Cristóbal López y Lázaro Báez . Pero los laderos del jefe de Gobierno porteño admiten que el ingeniero se siente halagado por el posicionamiento que se le ha  dado. No obstante, deja al descubierto  la idea de que la integración Frente Amplio-Pro es indispensable para derrotar al PJ. Esta hipótesis desnuda  que él también es incompleto para ganar la madre de todas las batallas con fuerza propia. Y esa suposición es verdadera.
Aunque parezca ridículo, en el PRO están esperando el lanzamiento de Showmatch de Marcelo Tinelli, para ver quienes de sus espadas aparecerán siendo imitados en el “Bailando con los Polìticos”. Tienen la esperanza de que los toque la misma varita mágica, aquella que dio nacimiento a la explosión  del Colorado De Narváez, que con la frase “alica- alicate”, lo popularizó y terminó derrotando nada más ni nada menos que al propio Néstor Kirchner. Aguardan entonces  ver si los ilumina el “buenas noches América”, para medir si alcanza con tropa propia para ir a las urnas, o habrá que sumarse al Frente Amplio que propone Carrió.
La nueva coalición plantea otra incomodidad tanto para Macri o Massa. Tiene que ver con que ofrece un marco operativo a la dirigencia intermedia de la UCR. Macri y Massa han intentado resolver su déficit de desarrollo territorial cooptando a radicales expectables: Ramón Mestre, José Cano, Gerardo Morales, Alfredo Cornejo, Horacio Quiroga, o independientes como Martín Lousteau.
La constitución de la nueva fuerza alambró ese coto de caza. El encierro es paradójico. Los líderes de la nueva agrupación están obligados a ofrecer a los candidatos locales una fórmula presidencial competitiva para conquistar las provincias donde la elección de gobernador coincide con la nacional. La insistencia de Aguad y Mestre en acordar con Macri expresa ese problema: al jefe de gobierno porteño le va de maravillas en Córdoba.
Otro de los dilemas que desvela a Macri es que el suyo no es un proyecto político, sino presidenciable que no está dispuesto a poner en juego en ninguna interna.  Su objetivo es llegar al sillón de Rivadavia. Y esa condición no negociable dificulta las alianzas. Sus seguidores, que lo saben, están atemorizados. Quienes recorren hoy las usinas del Pro, aseguran que el convite de Carrió disparó todas las alarmas de la derecha. Algunas de las preguntas inquietantes que se hacen son : ¿entregaría Macri a Miguel Del Sel en Santa Fe para pactar con Hermes Binner? Conservar Santa Fe es esencial para Binner. La otra, más osada: ¿entregaría a Horacio Rodríguez Larreta o a Gabriela Michetti en un acuerdo porteño con Carrió? Alguien de la mayor intimidad del ingeniero no lo duda : “Si eso lo lleva a la Casa Rosada, sí”.
Por el momento se murmura en su entorno que “Mauricio prohibió a sus espadas hablar de entendimientos con la nueva coalición. Las directivas es dar la sensación de que Pro puede llegar al poder sin asociarse con terceros”. El jefe de gobierno se entusiasma con el éxito que obtuvo en Mendoza. Allí, sin aparato, paladeó el éxito con una campaña subterránea y ubicó segundo al joven bodeguero Gustavo Senetiner en la elección de concejales.
Por otro lado en UNEN, hay radicales con la autoestima muy elevada, como el ex senador José María García Arecha, que sostiene que  “no hace falta aliarse con Macri. Cuando después de las PASO los simpatizantes no peronistas de Pro vean los votos que sacó el Frente, irán detrás de nuestro candidato. Las primarias serán, en realidad, la primera vuelta”.
También hay que decir que el surgimiento del Frente Amplio-UNEN fue una buena noticia para la Casa Rosada. Cristina sospecha que esa alianza puede del mismo modo conspirar contra Massa, quitándole capacidad de maniobra territorial. Además,  podría frenar el pase de dirigentes radicales al massismo y ganar municipios de clase media urbana como San Isidro, Vicente López, La Plata, Mar del Plata o Bahía Blanca, donde el massismo recolecta radicales descontentos.
Nadie duda en vaticinar de aquí en más un escenario pre electoral impredecible y para alquilar balcones. Vendrán meses de mucha rosca política donde todos los candidatos tendrán que hacer los deberes para calificar en lo más alto del podio. Sobre todo en el PJ, donde Cristina acaba de poner otra ficha y lanzar en el escenario una nueva estrella: Florencio Randazzo. Un hombre que con el impulso de los trenes. quiere parar también en la estación presidenciable. Lo cierto es que Randazzo abrió una nueva vía pidiendo paso y  haciendo sonar en los oídos de Scioli y Massa, el ulular de su sirena.
Lo único que falta para completar el argumento de novela política, y con un matíz de humor, es saber si desde el programa de Lanatta, del embarazo de Pino y Lilita, nacerá la nueva República.

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