martes, 7 de julio de 2015

El nuevo Scioli con música de Montaner y coplas riojanas


Por Jorge Joury
¿Quién iba a pensar que desde el oficialismo  terminaría partiendo una señal de cariño hacia Carlos Menem?. Parece una utopía, pero de a poco y con la paciencia que lo caracteriza, Daniel Scioli le va cambiando el cordón al corcet kirchnerista. Una prueba de ello es lo ocurrido en La Rioja, donde el candidato presidencial elogió en público al denostado Menem y le agradeció haberle dado la oportunidad de incursionar en polìtica. No es poco lo del gobernador, que también logró que el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, reconociera  su cariño por el riojano. No olvidemos que Néstor Kirchner cuando le tomó juramento como senador,  antes tocó madera como una manera de despejar la mufa que se dice irradia el ex mandatario.
Las de Scioli son fuertes señales de reconciliación, poniendo a todo el peronismo en la misma bolsa con el firme objetivo de triufar en las urnas.
El mismo día de su elogio a Menem,  que desató la iras de los intelectuales de Carta Abierta, Scioli también recuperó el color naranja con otra sorpresa. Eligió como intérprete  para su  “Himno para la Victoria”, al cantante Ricardo Montaner, un acérrimo enemigo del régimen chavista venezolano. Con estos gestos, algunos señalan que de a poco y para no levantar olas, Scioli va imponiendo su impronta personal para el futuro.
A Scioli le molesta el intento de algunos dirigentes de la oposición por instalar que Cristina Kirchner le podría armar un eventual gabinete. Cerca suyo sostienen que en caso de triunfar, sumará a muchos hombres de su equipo de colaboradores que le ayudaron a equiibrar las finanzas, entre ellos la ministra de Economía, Silvina Batakis.
En el plano económico y frente a las declaraciones del ministro  Axel Kiccilloff, que si gana Scioli será una continuidad del mismo modelo, muchos lo ponen en duda . Arguyen que si  el hombre de La Ñata llega al gobierno se verá obligado a hacer algunas correcciones. Cuando habla de “gradualismo”,  Scioli no está haciendo otra cosa que decir entre líneas que tiene un plan para concretar lo que falta por hacer. Pero siempre se mueve con el  firme objetivo de diferenciarse de los que proponen el ajuste con que sueña el denominado “círculo rojo”. Scioli quiere conservar la matríz kirchnerísta, pero sabe que hay que dar una vuelta de tuerca porque en economía nada es definitivo y son las etapas las que marcan las correcciones.
Las últimas mediciones muestran también que la polarización  con Macri se ha acentuado. Además se observa que buena parte de los votantes de Massa se han fugado hacia el FPV. Entre los consultores hay coincidencia en señalar que si Massa sigue cuesta abajo, hoy está entre un 9% medido por Rouvier y  un 15%  de Federico González,  un gran porcentaje de esos votantes van a Scioli y otros a Macri, lo que le permite al candidato del oficialismo acercarse al 45%.
No obstante, envalentonado por las mediciones y sabiendo que es la única carta ganadora con que cuenta el gobierno, el mandatario bonaerense hace la plancha por aguas mansas. Por un lado satisface con su arenga continuista al electorado ultra K,  para garantizar el piso de votos que vendrán del cristinismo. Y por otro, apunta hacia los independientes, usando un tono dialoguista y conciliador. Con singular astucia, su guardia pretoriana ya ha instalado la sensación de que Scioli ya ganó y la mayoría de las encuestas señalan que más del 50% votaría por él, sobre el temor instalado de que por la vereda macrista podría venir el ajuste tan temido.
A todo esto, en el mundo político, empresario y periodístico la pregunta que más resuena es si Scioli podrá tener autonomía frente al rol protagónico que aspira mantener CFK en el futuro. La designación de Carlos Zannini como vicepresidente y el copamiento del cristinismo de paladar negro en todas las listas de legisladores nacionales, Parlasur y provinciales del Frente para la Victoria, son una expresión incuestionable del blindaje presidencial. No obstante, en los pasillos de la gobernaciòn se escucha que “a Daniel no hay que subestimarlo. El mismo va a poner a sus ministos y a la luz de sus acciones, terminará construyendo poder”.
Scioli de aquí en más seguirá sobreactuando su fe oficialista para asegurarse la bendición de Cristina, que entre otras cosas le ha permitido estabilizar la economìa, para que el candidato llegue a octubre con viento a favor en los bolsillos de la gente.
En este tramo de la campaña y después de mostrarse con Máximo Kirchner en Río Gallegos, a lo que apuntan las espadas naranja es fidelizar el 100% de la base electoral K y sobre todo atraer a los que pensaban votar por Randazzo.
Desde el entorno sciolista comentan que se han archivado por ahora la mayoría de los papers que le han acercado los economistas Miguel Beín y Mario Blejer. El gobernador en materia económica ha decidido sólo consultar a su contador de confianza, Rafael Perelmiter.  Además, sigue activo el nexo con el ministro de Economía, Axel Kicillof, y con su archirrival Ricardo Etchegaray, quien ya fue confirmado al frente de la AFIP si el FPV gana los comicios.
Scioli también se ha recostado en los gobernadores peronistas, sobre todo en Juan Manuel Urtubey. Hay quienes sostienen que un eventual gobierno del bonaerense tendrá como coraza una liga de mandatarios y la dirigencia sindical de mayor peso.Sería una manera de balancear el poder de fuego ultra K. Por el momento, los escenarios son hipotéticos y primero Scioli tendrá que ganar, para luego con el bastón en mano, demostrar que no es el chirolita de nadie. Algunos pasos ya está dando.

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