martes, 14 de julio de 2015

Scioli habla con fotos, en medio de una interna bonaerense en llamas


Por Jorge Joury
Primero Daniel Scioli debió hacer equilibrio para sostener su candidatura frente a los embates de sectores del kirchnerísmo que lo resistían. Y hoy le toca un escenario parecido en la interna caliente del FPV bonaerense, convertida a menos de un mes de las PASO, en una guerra sin cuartel y hasta con las llagas indisimulables que dejan las denuncias de campaña sucia.
Aníbal Fernández abrió los grifos de la polémica porque le pasararon el dato que cerca de 20 intendentes le podrían esconder sus boletas. El jefe de Gabinete mide bien en las encuestas, aunque es atacable. Desde el Frente Renovador lo tomaron como blanco en la campaña contra las drogas y no paran de pegarle. Domínguez, aunque con imagen aún en construcción, ya que no es tán mediático como Aníbal,  en cambio asegura corrección en las formas. Lo cierto es que a la manera de Montescos y Capuletos, fernandistas y dominguistas se muestran  los dientes, incomodando a los barones del conurbano, que soñaban con la candidatura única de Randazzo para asegurar la madre de las batallas y hoy no encuentran la manera de balancear el peso de las dos candidaturas.
Ambos jugadores están en las antípodas y las diferencias se ven a cielo abierto. Uno es conservador y el otro, claramente audaz. Uno se apega a la estructura del Partido Justicialista. El otro integra a sectores comprometidos con el frente electoral creado por Néstor y Cristina K y representa más al interior bonaerense.
Julián cuenta en su fórmula con el valor agregado de un peso pesado como Fernando Espinoza, lord mayor de La Matanza,  la capital del voto. Le garantiza una lluvia de sufragios en el territorio más próspero en materia electoral. Aníbal, en cambio, debe lidiar con el contrapeso de Martín Sabbatella, reprobado por la mayoría de los alcaldes por haberles dinamitado en su momento sus territorios con las denominadas colectoras.
Scioli vigila que la batalla no se desmadre. No obstante, habla con las fotos y algunos aseguran que ya tiene el foco puesto en lo que mejor le viene a su paladar. Si se contabiliza la cantidad de veces que el candidato presidencial se ha mostrado en público con las fórmulas, Domínguez-Espinoza, estos llevan las de ganar. La última fue este sábado durante una caravana en La Matanza. Aníbal, en cambio minimiza la apuesta y dispara que “se cuelan en los actos de Scioli para la foto”.
En la esgrima electoral, Espinoza es el que se encarga de torear a Fernández y lo obliga a sacar de su verborrágico album frases irónicas para redoblar la apuesta, como aconsejarle al alcalde que vaya al psicólogo por ningunear las encuestas que lo favorecen. Domínguez, en cambio, observa y se calza el traje de moderado. Es el ropaje que mejor le sienta, frente a una opinión pública que hoy demanda consensos, propuestas y mayor diàlogo.
Aunque Scioli no lo diga, los pergaminos de Domínguez y su relación con el Papa Francisco, son los que mejor le vienen para construír el triunfo bonaerense, donde aguardan 12 millones de votantes. Además el presidente de la Cámara de Diputados cuenta con el apoyo de más de 60 intendentes y poderosos gremios, como la CGT de Antonio Caló y la regional José Ignacio Rucci de La Plata, Berisso y Ensenada, que timonea Julo Castro, secretario general del SOSBA, hoy convertido en uno de sus importantes armadores territoriales.
Perón solía decir que “cuando los muchachos se pelean para adentro, es porque se están reproduciendo”. Es una vieja práctica del folcklore justicialista, pero el tono de los discursos han encendido las alarmas en lo más alto del poder. Hoy la paz kirchnerista alcanzada a nivel nacional con el “baño de humildad” de Florencio Randazzo, este escenario de fuego cruzado, está haciendo crujir los cimientos bonaerenses y podría causar daños a la hora de salir a la caza del voto independiente que necesita Scioli para ganar en primera vuelta. “Está claro que no suma, pero por ahora tampoco resta. Que compitan y el que salga elegido será el mejor”, dijo, pragmático, un colaborador cercano de Scioli.
El tema que preocupa en la residencia de la calles 6, es que, los cruces se  han intensificado  en los últimos días. El principal foco de conflicto es la presencia de Sabbatella en el binomio con Fernández. El líder de Nuevo Encuentro es rechazado por la mayoría de los jefes comunales peronistas de la Primera y la Tercera, que lo consideran como una maldición bíblica en el espectro partidario.
Por el lado del presidente de la Cámara de Diputados  se golpean el pecho señalando que “Domínguez no resta. En cambio, con Aníbal en la boleta Scioli pierde entre cuatro y seis puntos. La mayoría de los intendentes, el sindicalismo y los movimientos sociales nos acompañan”, aseveran.
Mientras intenta instalar su postulación, principal preocupación de su equipo de campaña, Domínguez  que estuvo este domingo en la mesa de Mirtha Legrand, cosechó la adhesión de un ex socio de Sabbatella: Carlos Heller, que se alejó del titular de la Afsca tras las primarias en la ciudad.
Desde Nuevo Encuentro minimizaron el cambio de Heller -“tiene una mirada gorila”, manifestaron y descartaron que Fernández intente invisibilizarlos para evitar mayores fugas de peronistas y aliados.
“La foto de Sabbatella no está en la boleta por decisión nuestra. Tenemos la tranquilidad que nos dan los números, que son excelentes. La única preocupación es que no haya trampas en las elecciones”, resumieron desde Nuevo Encuentro.
Algunos sostienen que Cristina le puso a Aníbal el peor compañero de fórmula posible para ir a una interna y lo tiró a los leones.
Todo había sido diferente al principio, porque cuando Aníbal anunció que se lanzaba a la Provincia una larga cola de intendentes lo recibió con brazos abiertos. No es para menos, maneja al dedillo el paño político y se pelea con el que haga falta. Y además tiene pasta de jefe y conoce las necesidades de los patrones municipales, ya que el mismo lo fue en Quilmes, aunque en una etapa de sobresaltos que prefiere olvidar. Para ello tiene como cancerbero al Barba Gutiérrez que hoy maneja esa porción del Sur y  que constantemente se lo recuerda.
Otro dato que preocupa a Aníbal Fernández es que algunas de las primera espadas de Scioli hicieron correr el rumor que como candidato a gobernador le puede causar al candidato presidencial un perjuicio directo en la Provincia, haciéndolo bajar de 4 a 6 puntos en intención de voto. Sería como echarle flit, porque Scioli puede quedar nocaut en la competencia con Mauricio Macri, que le ganaría en todos los demás grandes distritos: Capital, Córdoba, Santa Fe y Mendoza.
De este rumor hecho circular por el sciolismo puede deducirse que el ex motonauta estaría más cómodo con Julián como gobernador. Las señales en esa dirección son cada vez un poco más fuertes, graduales como le gusta decir a Scioli.  Algunos hoy se preguntan si hay entonces una maniobra de pinzas para perjudicar a Aníbal, coordinada entre Cristina que le encaja a Sabbatella de vice y Scioli que le elogia al rival.
Es lícito especular con cualquier cosa, pero quienes conocen este juego aseguran que si hay un eje que actúa para estropearle la candidatura a Aníbal es el que se estableció entre el Vaticano y La Ñata. Son terminales de imposible equivalencia.
De Julián, se dice ya abiertamente, es el preferido por el Papa en esta pulseada bonaerense. Algo de este tenor se escuchó hace pocas semanas en una reunión privada entre sectores de poder, de boca de las más altas autoridades de la Iglesia en el país. Por como se muestra de picante por estas horas el escenario del peronismo bonaerense, se supo en las últimas horas que desde la Casa Rosada se pidió un alto el fuego, para  evitar que las cloacas del pasado y del presente sigan removiéndose y complicando el paisaje en las próximas semanas. Aníbal tiene como refugio su popularidad. “La gente común lo ve todos los días en la tele y para ellos es un personaje más que un político”, explica un candidato que lo llevó hace poco en su municipio. No obstante, el jefe de Gabinete habría admitido ante amigos que Julián ya le recortó la mitad de la notoria ventaja que él llevaba al comenzar la carrera. A menos de cuatro semanas para las PASO, Aníbal sabe que le van a tirar con todo. Por eso propuso que una de sus primeras medidas en caso de lograr la gobernación, será la creación de una agencia especializada en la lucha contra el narcotráfico. Para Domínguez la seguridad es una de sus prioridades y marca la diferencia con énfasis: “A los narcos a veces me dan ganas de matarlos”, opinó en las últimas horas. El tiempo de las PASO se achica y los candidatos saben que es hora de parar la mano con las ofensas y marcar la diferencia con propuestas.

No hay comentarios: