miércoles, 28 de noviembre de 2012

Cerca de 2 millones de celulares son robados al año y muchos se comercializan en "cuevas" de la zona Sur




Por Jorge Joury

Cerca de dos millones de celulares son robados cada año en el país. El dato surge de la fría estadística, que también marca con trazo grueso, que da un promedio de 5 mil sustracciones por día. Las cifras asustan y meten miedo, más teniendo en cuenta que el 35% de las víctimas son adolescentes, el principal blanco de este delito. Pero lo que aterra, es que esos teléfonos están manchados con sangre, porque son incontables las personas que pierden sus vidas al año.

"Es difícil precisar y discriminar por rubro y generalmente las estadísticas son ocultadas. Los celulares son el eje principal y el instrumento para consumar secuestros, estafas, extorsiones, arrebatos, intimidaciones y demás delitos. También hay casos de gente que ha sido arrojada a las vías de los trenes y resultaron con amputaciones", aclara el investigador y abogado, el ex comisario Luis Vicat, uno de los expertos más reconocidos en materia de seguridad en nuestro país.

Durante la entrevista con este especialista, Vicat apunta que " las zonas más calientes en que se multiplican a cada momento el robo de celulares, son los tres primeros cordones del conurbano. Y aquí pone énfasis especialmente en el corredor Sur, comprendido en la franja que va de Lanús, Avellaneda, Quilmes, Berazategui y Florencio Varela. En estos momentos en que estamos hablando le están sustrayendo un aparato a alguien. Los ámbitos elegidos por los delincuentes son los centros urbanos, las plazas, las zonas cercanas a los colegios y universidades y el transporte público. Esos son los sitios donde los arrebatadores se manejan con ojos de águila, poniendo atención en los aparatos más caros como los "smartphones", los que pagan a mejor precio en las cuevas, donde luego se pone en marcha el negocio de la reventa. Allí por un aparato que vale 2 mil pesos, pagan 200".

Vicat tiene la convicción de que "a las empresas de celulares poco les importa resolver el tema de los robos, ya que ellos van detrás de las facturaciones de llamadas. Mientras el ladrón le saque el chip original y lo entregue a terceros que se dedican a "operarlos" y el equipo rápidamente vuelva al sistema con otro número y a facturar, el negocio siempre les será beneficioso".

Vicat señala que "en la zona Sur hay muchas cuevas que se dedican a la reventa, porque es un negocio fabuloso sobre el que casi no existe control policial. Por ejemplo en Capital Federal todo el mundo sabe de un local ubicado en Corrientes, entre Pueyrredón y Callao que comercializa estos aparatos como pan caliente a toda hora".

El especialista en seguridad agrega además que "Argentina es un excelente mercado para este delito, ya que se calcula que hay 2 o 3 celulares por persona y hay hasta quienes tienen 5. También hay que destacar que el el 80% de los robos no son denunciados, porque los aparatos vienen de dudosa procedencia y nadie va a admitir que los adquirió en las cuevas".

Cuando uno comienza a rastrear los números de este fabuloso negocio de las telefónicas, se encuentra con que son más de 38 millones los equipos que actualmente funcionan en el país. Catorce millones se vendieron el año pasado, el 25% de ellos los denominados "smartphones", los más codiciados por los arrebatadores.

Para comprender la geografía del modus operandi de las bandas, hay que decir que desde el momento del robo a la vuelta al circuito legal, hay que dar los siguientes pasos:

1.- El equipo es robado a su dueño original, generalmente bajo la modalidad del "descuidismo", pero muchas veces recurriendo a la violencia del arrebato.

2.- El ladrón se deshace del chip original y entrega los teléfonos robados a terceros (las denominadas cuevas) quienes se dedican a "operarlos" con personal especializado.

3.- Mediante el uso del software se les borra el IMEI, es decir la serie de dígitos pre grabados que identifican a cada teléfono y que el equipo transmite al conectarse a la red.

4.-También se los desbloquea para dejarlos totalmente liberados, es decir sin dependencia de ninguna compañía prestadora del servicio de telefonía celular.

5.- Los ladrones los venden a comercios informales y ferias, donde pululan los denominados "piratas", quienes a su vez los ofrecen al público como equipos usados.

6.-El nuevo dueño del equipo robado compra por 15 pesos un nuevo chip de cualquier compañía en un kiosco y ya tiene una línea propia irrastreable para usar como desee.

Entre las recomendaciones que da el doctor Luis Vicat para que no seamos sorprendidos en la vía pública por estos delincuentes, primero es oportuno no exhibir los aparatos. Principalmente si son de alta gama, para que no los detecte el ojo avizor del depredador. Tampoco llevarlo a la vista. Y si alguien llama, buscar el palier de algún edificio o algún local comercial y siempre dando la espalda hacia la calle.

En lo que va del 2012 ya son al menos seis los jóvenes baleados al resistirse. Si bien la modalidad de rutina es la del “descuidismo”, en muchas instancias los delincuentes apelan también a la violencia. En lo que tiene que ver con la falta de denuncias, los especialistas señalan que la gente lo hace sólo cuando tiene un teléfono con abono y quieren que no le usen el crédito o lo cubra el seguro y hoy la mayoría de los equipos son prepagos.

Otro dato que aportan los entendidos, es que de los 14 millones de equipos que se vendieron el año pasado en el país, cerca de tres millones y medio fueron modelos para navegar por Internet, que resultan más caros que los de la generación anterior.

"Este es un botín más interesante y un motivo relevante para que haya robos con mayor agresividad", aporta el doctor Luis Vicat. Otro tema que pone de relieve el investigador es que " al no quedar registro de quienes compran los chips, los equipos robados pueden seguir utilizándose con nueva línea, sin que sea posible identificar al nuevo dueño, otro de los factores que dan impunidad al negocio".

Pero uno de los datos que representa la columna vertebral de este oscuro y millonario negocio, es que para que exista el delito lo justifica la presencia ávida de clientes. Como sucede con el robo de autos y los desarmaderos clandestinos, el circuito sólo es posible por la demanda de personas dispuestas a comprar equipos de origen dudosos. Muchas veces sin saber que no sólo se exponen a ser procesados penalmente, sino también a quedar involucrados en la investigación de posibles crímenes cometidos con ese teléfono.

Hacer la consulta en el terreno judicial, significa recibir de los fiscales reflexiones que ponen en valor esta cuestión: "hoy nos encontramos en casi todos los delitos con tres componentes determinantes: un arma de fuego de origen dudoso, un vehículo robado y un celular imposible de rastrear porque funciona con un chip comprado en la calle".

Con el secuestro y posterior asesinato de su hijo, Juan Carlos Blumberg presentó una iniciativa para que cualquier teléfono que fuera utilizado para cometer un delito, pudiera ser identificado. Blumberg consiguió que el Congreso de la Nación aprobara la Ley 5.891.La norma establece entre otras cosas, que las compañías de telefonía móvil deben llevar un registro con los datos personales de los compradores de equipos. Pero el problema es que esa ley, promulgada en el 2004, fue hecha en base a una tecnología distinta a la actual. Cuando se aprobó la norma, los teléfonos celulares no tenían chips, por lo cual la regulación no los contempla de manera explícita, dejando alrededor de ellos un agujero legal.

La mayoría de las fuentes consultadas para articular esta investigación, coincidieron en que el circuito ilegal se derrumbaría si las empresas de telefonía móvil solamente cumplieran con no prestar servicio a teléfonos desbloqueados o sin un titular identificable en sus bases de datos. Conviene entonces recrear una frase del doctor Vicat "eso es algo que claramente no les interesa. Su negocio es vender crédito telefónico y hacer mucho dinero". Y la pregunta obligada: ¿para que preocuparse por quien lo usa, ni con que fines?. Aún manchados con sangre, como los autopartes, los celulares son uno de los grandes negocios de la delincuencia de nuestros tiempos. No importa quienes mueran, lo importante es que suenen.

1 comentario:

yisus dijo...

actualmente hay paginas que con solo el
numero localiza el telefono sea el
dispositivo que sea de cualquier operadora