martes, 6 de noviembre de 2012

Cuando se enciende la luz, hay alguien que huMilla por El Bosque platense




Por Jorge Joury


José Lemme comenzó a frotarse las manos. Mira la tabla de goleadores y lo ve a Cristian Milla en el tope. Con 8 pepas encabezando el lote. Sabe que su hombre ya cotiza en Bolsa. En La Plata muchos se quedaron con la boca abierta cuando a los 15 minutos del primer tiempo, Milla se le escapó a la marca de Barsottini y ni bien pudo darse vuelta, le pegó al arco con el botín derecho. La pelota se desvió en Blengio, hizo un viborazo y se fue a la red. El Bosque platense comenzaba a sufrir el primero de los tres ACV. Y encima, el arquero Fernando Monetti vio como se terminaba un invicto de 315 minutos, uno de los más prolongados que haya tenido el torneo.

Milla también se convirtió en el responsable de este revés, que pone al puntero del campeonato en riesgo de que ahora lo pase Olimpo, justo en vísperas en que Pedro Troglio se había ido de lengua y ya veía a su equipo para ser campeón, como el mismo lo dijo por primera vez en lo que va del torneo.

Pero esto es fútbol y está Milla, al que nadie hasta ayer había anotado como capaz de tocar timbre por La Plata y anunciar que el cartero, a veces llega tres veces.

Milla hoy es el comentario de muchos gurúes, que ven una buena inversión en el corto plazo. Dicen que hasta Sabella que miraba el partido por TV, en su casa de Tolosa, se levantó electrizado.¿Y este pibe, de dónde salió?.

Es que goleadores de estas características no abundan en el fútbol argentino. Lemme también saca cuentas y se felicita de haber recuperado a este chico, que nació un 9 de junio de 1984 en la capital federal y que con 28 años y 1,77 de altura, hoy se lo ve como para llevar varias carretillas de goles por delante. Ni qué hablar de Jorge Almirón, otro de los que nadie daba un peso por él, sobre todo cuando pasó el rastrillo y practicó 8 cambios. Almirón había hablado a solas con Milla durante la semana y después de ver varios videos de Gimnasia, sabía que El Lobo platense tenía flaquezas por las bandas y que si se le jugaba rápido y a contra pierna, contaban con poca capacidad de retorno. "Pibe vos podés y demostralo en la red", le dijo Almirón a Milla, después de ponerle el brazo en el hombro, en uno de los rincones del predio de Bosques.

Por estas horas muchos buscan ahondar en la historia personal de Milla. Un pibe que no tiene muchos pergaminos, pero está para que se lo tenga en cuenta para el futuro cuadro de honor.

Milla debutó en el 2002 en Chacarita, donde jugó durante cinco temporadas. Luego pasó a Almagro, donde la suerte le fue esquiva y tuvo que volver al funebrero. Allí logró enderezar la nave y salió goleador de la B Nacional en la temporada 2007-2008. Hasta que en junio del 2008 fichó para la Universidad de Chile, que compró la mitad de su pase en 450 mil dólares. Pero en el 2009 regresó a Chacarita, donde cumplió la peor campaña del equipo de San Martín.

En el segundo semestre del 2010, con su bolsito al hombro hizo su primer entrada en Varela. Pero no logró descollar en Defensa y después de una corta estadía en el 2001 volvió a Chile para jugar en el Rangers, un equipo de la B trasandina. Allí fue goleador y el haber recuperado la pólvora le valió un pase al Cobreloa, donde el equipo llegó hasta los cuartos de final, perdiendo luego ante la Universidad de Chile. De allí fue despedido, escándalo de por medio que apareció en los diarios chilenos, porque se dijo que no se presentaba a entrenar.

El rebelde de San Martín tuvo que volver a cruzar la Cordillera y en el segundo semestre del 2012 volvió a Defensa y Justicia, porque dicen que alguien se lo recomendó a Villa como "un diamante en bruto".

Hasta aquí la corta historia del hombre del que hoy hablan todos los diarios del país y porqué no decirlo, a primera hora fue el comentario obligado del primer café que pidió la barra de amigos del café Los Angelitos en la peatonal Monteagudo de Varela.Las chanzas también asoman en twiter y en las redes sociales. ¿Cómo se dice, humille o huMilla?, le escribieron esta mañana a un tripero envenenado de La Plata.

Lo cierto es que humille o huMilla, anoche por la Plata pasó un tornado que venía de Varela y como era de noche, nadie se dio cuenta que el cielo se ponía negro. Y menos que iban a caer tres rayos, sellando una paternidad que nació un mediodía del año pasado en el Tomaghello. Aquella vez fue un morocho (Piriz Alvez). Esta vez un rubio, Cristian Milla, la nueva estrella en el firmamento del Nacional "B" y la Locomotora que estrenó el Halcón para recuperar la vía del éxito. Buenos sería un doblete, esta vez frente a Central. El fútbol siempre enseña que a nadie hay que darlo por muerto. Menos, hacer futurología. Porque si alguien leyó a Fontanarrosa, hasta lo imposible se da en un campo de juego cuando empieza a rodar la pelotita. Clinc, caja.

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