lunes, 4 de mayo de 2015

Después del “dedazo”, lo que ganó y perdió Mauricio Macri


Por Jorge Joury
Globos amarillos y vientos de victoria en el PRO. Un Mauricio Macri envalentonado, dijo en las últimas horas que ya tiene candidato para que lo acompañe en la fórmula presidencial. Por un lado, sembró el suspenso. Y por el otro, le cerró la puerta a la posibilidad de sellar un acuerdo con Sergio Massa. El jefe del PRO está eufórico, después del triunfo de su más filosa espada, Horacio Rodríguez Larreta en las PASO porteña. Pero deberá hacer una lectura fina de los efectos colaterales del “dedazo” con que terminó posicionando a su alfil.  Es evidente, que algo se resquebrajó en la matríz del planeta amarillo. Quedó en evidencia, que el líder del PRO ha dejado de ser diferente y se mostró como un caudillo más que hace valer su poder ante quienes quieran manejarle el mazo de cartas.
Aún cuando todos los votos de Michetti fueran para Larreta y su posición no se viera afectada a nivel nacional, Macri ha dañado su pretensión de ser considerado como lo nuevo por la sociedad argentina. La linea de pensamiento que impuso hacia adentro de su partido, dejó en evidencia un sesgo autoritario, muy propio de la polìtica. Ahora seguramente deberá someterse a los cañonazos de quienes lo cuestionarán por no representar el cambio que tánto pregona.
Habrá que ver además,  las veredas en que se pararán sus candidatos. El destino de Rodríguez Larreta está más claro. Probablemente sea el futuro jefe de Gobierno Porteño, sucediendo en diciembre al lìder que le abrió la puerta para entrar en las grandes ligas de la politica nacional. En cambio, el futuro de Michetti asoma dominado por la intertidumbre, casi como un castigo a largo plazo por atreverse a desafiar abiertamente al jefe supremo. Lo habìamos adelantado desde esta columna, cuando señalamos que el PRO después de la interna iba a dejar de ser un equipo y que quedaría como saldo vencedores y vencidos de gravedad.
Ahora estará en la virtud de la senadora, empezar a reconstruir su vinculo con la sociedad y hacia el interior del PRO, luego de que la campaña la mostró con un estilo propio, alejado de la estrategia “propositiva” del macrismo. Michetti, como nueva  en estas lides, se animó a abordar temas espinosos como el juego y la obra pública. Hizo cuestionamientos que agitaron las fibras más sensibles contantes y sonantes de la legión amarilla. Ahora una de las claves será como siguen las vidas de ella y de Horacio Rodríguez Larreta. Pese a que en Costa Salguero se trató de mostrar la foto de la unidad, hay rencores de la campaña que todavìa crujen y dificilmente cicatricen, por lo menos en el corto plazo.
Por el lado de Gabriela, sostienen que se tomará unos días para pensar. En su entorno aseguran en  principio que se quedará como senadora, donde tiene mandato cuatro años más. En la noche del domingo hubo rumores sobre ofrecimientos de parte de Mauricio Macri: desde que repiense ser candidata a vice hasta ministra de un eventual Gobierno nacional. “Fue todo un disparate. Esta elección terminó siendo contra Mauricio, y ellos pusieron todos sus recursos”, se escuchó decir desde uno de los bandos. Además hay que marcar que parte el gabinete quedó fracturado para un lado y el otro, ya que todos mostraron pùblicamente sus preferencias, la mayoria alineados con su jefe.
Michetti terminó agotada por una intensa campaña en la que careciò de recursos por desafiar a Macri. Además del esfuerzo físico que puso, queda claro que su relación con el jefe de Gobierno terminò dañada y hay quienes aventuran que será difícil que vuelvan a recomponer el vínculo fácilmente . Su prédica de “humanizar” el espacio, no tuvo campo fértil en la opinión pública. Tal vez, porque fue excluida rápidamente de la campaña proselitista ante la andanada de críticas que hizo sentir el grupo de dirigentes más cercanos al jefe de gobierno porteño. No obstante, Macri sabe de que ahora más nunca necesitará del aporte “humanizador” de la senadora  para consolidar el triunfo del candidato de Pro en la ciudad de Buenos Aires y sus propias perspectivas en el orden nacional. Pero pierde una carta que le aseguraba aire fresco en la polìtica. Algunos sostienen que el discurso del jefe de gobierno porteño pronunciado en el búnker de Costa Salguero pudo haber sido algo más generoso con la candidata derrotada, más allá de que su mensaje estuvo eminentemente dirigido a la ratificación de un proyecto para la Nación.
Los desafíos de Macri, además de ayudar a Rodríguez Larreta a vencer sin zozobras en la Capital Federal, pasan por consolidar una opción en el distrito que más dudas genera para el Pro: la provincia de Buenos Aires. En ese territorio, la ola amarilla muestra mayor debilidad, justamente donde se juega casi el 40% del padrón electoral. En segundo lugar, deberá  reconocer que, por el momento, el proceso camino a octubre en todo el país está marcando un fortalecimiento de los oficialismos, con la rotunda excepción de Mendoza, donde el justicialismo gobernante sucumbió ante una candidatura detrás de la cual se unió prácticamente toda la oposición..
En el caso de Rodriguez Larreta, de aquí en más tendrá el desafío de revalidar su condición de candidato. Encontrará, en su camino hacia las elecciones del 5 julio, un acompañamiento fuerte de su conductor, pero deberá enfrentarse cara a cara, tanto con Martín Loustau. como con Mariano Recalde, a quien el FPV promete ponerle toda la carne al asador para que el oficialismo sea la segunda fuerza. En el macrismo se entusiasman con sumar la totalidad de los votos que sacó Michetti y que Larreta se acerque al 50%. Una epopeya PRO difícil de conseguir pero que podría volver a sumarle mucho a la campaña presidencial de Mauricio Macri, quien se ve hoy más que nunca polarizando la elección con Daniel Scioli.

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