viernes, 8 de mayo de 2015

La batalla por Buenos Aires obliga a los candidatos a cambiar el paso


Por Jorge Joury
A tres meses de las Paso nacionales de agosto, la tierra que actualmente gobierna Daniel Scioli, ofrece un corrosivo e inquietante escenario sobre todo para Mauricio Macri y Sergio Massa. Es la mayor asignatura pendiente que tiene el PRO para consolidar la candidatura de su lider, y es el mismo conglomerado electoral donde el mandamás del Frente Renovador aún registra la mayor intención de voto, a pesar del estancamiento que marcan las últimas encuestas nacionales.
El tigrense ya tiene proyectados 90 días de caravanas por diferentes puntos del conurbano para tratar de obtener un mejor posicionamiento. Avido de supervivencia para despegarse del escenario de polarización que plantea el gobierno entre Scioli y Macri, el líder del FR ahora apuesta a una suerte de “Tercera Posición”, en sintonía con la peronización que vive gracias a su incipiente alianza con el gobernador cordobés José Manuel de la Sota. Durante el acto en Vélez,  Massa retomó su perfil centrista del 2013 que le generó un aluvión de votos en territorio bonaerense. Por ello disparó que: “nos quieren vender que el país está dividido en dos veredas: la continuidad, con un lorito que repite lo que le dicen de La Rosada o volver al pasado y el ajuste”.
La frase llegó rápido a los oídos tanto de Balcarce 50, como en el gobierno porteño. No hizo falta mucho para entender que con sus dos rivales en la mira , Daniel Scioli (“lorito”) y Mauricio Macri (“ajuste”), Massa reveló su estrategia ante la polarización: “En el medio hay una grieta que desde hoy la transformamos en una ancha avenida”, disparó, dando a entender que intentará hacer pie por esa senda, para no caer al abismo que le tienen preparado sus contrincantes.
Desde ambas orillas casi ignoraron el relanzamiento de Massa, que buscó echar por tierra la hipótesis de abandonar sus aspiraciones presidenciales. Por el lado del macrismo sacan pecho con la buena racha electoral de su líder. Y por Balcarce 50 contestaron que ” la movida del FR en Vélez es el último cartucho que les quedaba. Ahora Massa se derretirá solo como un helado”. La euforia tiene que ver con que Scioli, el principal candidato del FPV, está al frente de las preferencias en las encuestas, mientras la economía corre por aguas tranquilas. En el interín, negocian el salto con una garrocha retráctil de un Darío Giustozzi herido de muerte por Francisco De Narváez. Además, como frutilla del postre, aguardan la foto de la movilización del próximo 25, al cumplirse 13 años de la asunción de Néstor Kirchner, junto a la inauguración del Centro Cultural que lleva su nombre.”Vamos a poner al país de pié para defender el modelo”, dijo uno de los alfiles cristinistas, que sueña con “un 17 de octubre K”.
Tanto desde la vereda del macrismo, como la del oficialismo orejean la evolución de los números más frescos de las encuestadoras. Un relevamiento de Giacobbe y Asociados lo deja claro: en las cinco elecciones provinciales hasta ahora (cuatro PASO y una general), votaron 5.170.189 personas. El PRO (que se presentó en cuatro distritos) obtuvo el 35,79% de los votos totales (1.850.730); el FpV (compitió en todos) obtuvo el 28,12% (1.454.332); mientras que el FR consolidó 15,01% (776.467).
“Massa esta tercero cómodo, pero ojo con Margarita Stolbizer”, recitan con ironia desde los laboratorios antagónicos. Pero el tigrense está agazapado. Espera su revancha para el próximo 5 de julio cuando se vote en Córdoba, en simultáneo con las generales porteñas que le serán ajenas luego de la estrepitosa derrota de Guillermo Nielsen. En La Docta estrenará escenario con su nuevo socio, José Manuel de la Sota. “Ojo que la incorporación de “Cacho” Buenaventura va a potenciar a Eduardo Accastello. Y con el acuerdo PRO-UCR,  Juan Schiaretti , delfín de De la Sota, no la va a tener fácil”, murmuran en los cuarteles sciolistas. No obstante, no todos en el peronismo están de acuerdo con la polarización con Macri. “No nos conviene un tablero partido en dos. Necesitamos un Massa que divida el voto opositor”, reclamó en voz baja un intendente bonaerense.
Buenos Aires tiene el 40% del padrón y allì están puestas todas las miradas del massismo. Más aún frente a la macrista María Eugenia Vidal, aún sin mover el amperímetro del Conurbano. “No se puede ser Presidente sin la provincia de Buenos Aires”, repiten. Se entusiasman además con que son12 los candidatos del FPV que saturan el firmamento K, sumado el jefe de Gabinete Aníbal Fernández. No obstante, CFK ya dio órdenes de que a lo sumo deben competir tes fórmulas en las Paso, tanto a nivel nacional, como provincial. “Tenemos que trabajar para ganar”, animó CFK a un grupo de 14 gobernadores a los que convocó para mimar en La Rosada.
El Pro es el más obligado a repensar  su campaña en territorio bonarense. Cruzar la General Paz, es la principal dificultad de Macri. Una megaencuesta de 8000 casos presenciales de La Matanza, indica que el líder porteño no supera allí el 9% de intención de voto. Es por ello que Macri encargó a su armador Emilio Monzó constituir una mesa peronista, que encabezará el candidato a diputado Fernando Niembro, quien ya puso un pie en la mayor cantera de votos de la Provincia. A lo que apunta es a captar intendentes del massismo. La presa más añorada, que nunca termina de morder el anzuelo, es Jesús Cariglino, el intendente de Malvinas Argentinas, quien con su hermano Roque, senador bonaeense, coquetean con vestirse de amarillo. También se han tirado redes con Darío Giustozzi, tentado por su antiguo jefe, Florencio Randazzo. Desde el sciolismo se pusieron en la fila y apuntan sus radares  para cooptar al hombre de saladillo. Sueñan además con más fugas del FR a medida que las encuestas les bajen el pulgar.
Hoy Macri examina todas las propuestas y la geografía electoral bonaerense, para apuntar con mejor suerte su brújula. Tiene en claro que necesita allí de la pata peronista para mover la rueda. Tiene que definir además su vice y por lo que se ve se le cae Carlos Reutemann, quien dijo que se siente manoseado con las ideas y vueltas. Pero hay una amenaza que lo atemoriza más: si Massa no logra recuperarse, no quiere ni pensar la posibilidad de que  vuelva a tocar el timbre de su puerta Francisco de Narváez. Hay que tener en cuenta que el “Colorado” duplica a Vidal en todas las encuestas. Además, se financia la campaña. Algo que es fundamental para Nicolás Caputo, el cajero amarillo. Para Macri, es como revivir una pesadilla. Al cabo de mil idas y venidas, su relación con De Narváez se volvió insoportable. Más que una candidatura llovida del cielo peronista, esa opción sería para el lìder del PRO, como una maldicion bíblica. Por el lado del Gobierno recitan en voz alta: “polarización a muerte”. La estrategia es mantener a Macri como rival, con el traje del ajuste calzado a pleno, algo que le viene de medida al cristinismo para mantener altas las banderas del modelo. La única duda en el FPV es que si Massa queda afuera en la primera vuelta, hacia dónde irán esos votos.Una vez más, en Buenos Aires los ejércitos ya están alineados estratégicamente para dar la madre de todas las batallas. Todos sacan sus cuentas y cambian el paso en la vasta geografía que define la elección.

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