martes, 3 de junio de 2014

A Scioli le explotó una bomba laboral y temen efecto cascada


Por Jorge Joury


Daniel Scioli tenía previsto en su hoja de ruta que podrían llegar tiempos de conflictividad social a su territorio. Pero no un conflicto de la magnitud como el de Gestamp, la autopartista de Escobar, hoy convertida en un polvorín, por los 69 despidos y porque además la política comenzó a meter las uñas. Lo grave es que el gobernador fue anoticiado a mediados de la semana pasada, pero le habían señalado que la situación “era manejable” y no corría peligro de desmadrarse. Pero parece ser que a alguien se le escapó la liebre. El blanco de todas las miradas por estas horas es el ministro de la Producción, Ciencia y Tecnología, Cristian Breitenstein, el bahiense del apellido difícil.”El despelote se veía venir y a Daniel le explotó la bomba durante el fin de semana, cuando Cristina le apuntó a la cabeza y le pasó la factura”, reveló en voz baja uno de los escuderos del ex motonauta, preocupado por lo que esta por venir.

A decir verdad, adjudicarle toda la responsabilidad a Breitenstein sería un despropósito. Desde mediados de la semana pasada, a la primera línea del Gobierno provincial llegaron informes sobre la profundidad del conflicto. Desde entonces, se fue gestando un peligroso juego de expectativas de simpleza infantil. En Provincia esperaban que el problema lo resolviera la Nación . Y en la Nación, viceversa, como en el cuento del Gran Bonete. El sábado, cuando el tema empezó a salirse de caja , Cristina lo blanqueó en un discurso desde Santa Cruz, y pidió (sin nombrarlo) que Scioli diera la cara y dejara de sonreír en las fotos. Tras cartón, comenzó la avanzada de la ministro de Industria, Débora Giorgi, que apuntó a su par bonaerense y, de paso, sacudió a un ministerio mirado de reojo por la Nación.

LA SOMBRA DEL VASCO DE MENDIGUREN EN UN MINISTERIO

Todo tiene su explicación. El subsecretario de Industria, debajo de Breitenstein, es otro hombre de apellido complicado: Sergio Woyecheszen. Dicen las malas lenguas, que su figura genera dudas por la sintonía política y económica. En los pasillos de la Gobernación murmuran que: “Es un tipo de De Mendiguren. Llegó ahí por un acuerdo entre el ‘Vasco’ y Scioli”. En sus antecedentes, figura como ex “Jefe de Departamento de Pequeña y Mediana Industria y Economista Senior, de la Unión Industrial Argentina”.

No olvidemos que De Mendiguren, es vice de la UIA, es hoy diputado por el Frente Renovador de Sergio Massa. Aunque son curiosidades de la política, también hay que decir paradójicamente que el reemplazante de Breitenstein en Bahía Blanca, Gustavo Bevilaqcua, también se acercó al massismo. A Scioli le habían advertido sobre la existencia de caballos de Troya en su gabinete y se le sugirio una depuración. Lo cierto es que por estas horas, en los despachos de la ciudad de las diagonales, el horno no está para bollos. Hay total intertidumbre sobre cómo terminará resolviéndose el conflicto por los más de 60 despedidos. Sobre todo porque desde el SMATA se encendieron todas las alarmas apuntándose a un plan orquestado desde el Partido Obrero, cuyo efecto cascada podría afectar a otras empresas del ramo. Se podría materializar entonces el avance de la izquierda en los sindicatos, un tema del que el Gobierno nacional y los gremios grandes no son ajenos. Y para colmo de males, aprovechando la coyuntura, las automotrices paran sus fábricas cuando les sobra stock, sostienen los observadores. Las bengalas en el cielo laboral ya habían sido lanzadas por Hugo Moyano, tras los comicios de octubre pasado, ante algunas protestas de trabajadores. El titular de la CGT había advertido que la izquierda se estaba metiendo en las fábricas y desplazando –aunque muy lentamente aún con dirigentes combativos- a los gremios peronistas.

EL SAMATA SALIO CON LOS TAPONES DE PUNTA

En cuanto a la crisis automotriz que nos ocupa, el SMATA enrolado en la CGT oficial se ve en la posición impostergable de defender a sus representados evitando despidos y tabicando el avance de la izquierda. El secretario general, Ricardo Pignanelli, fue hasta el hueso y responsabilizó al Partido Obrero de los 69 despidos en la autopartista . Además sostuvo que el conflicto que desataron en esa fábrica se trata de “una prueba piloto” de lo que piensan llevar adelante en otras firmas del ramo.

Advirtió que ya no se trata de “un conflicto gremial” sino que “ya debería haber sido tomado como un delito”, y planteó que “una cosa es el derecho y otra cosa es el delito”.

Pignanelli, de lengua filosa agregó que “los despidos nosotros no los teníamos; los provocaron esos muchachos. ¿Qué tiene que hacer el Partido Obrero en la puerta de una fábrica, que tiene que hacer la nieta de los desaparecidos en la puerta de una fábrica?”, disparó Pignanelli que parece olvidar que hay nietos de desaparecidos en muchos cargos del gobierno K y eso le puede jugar en contra.

MASSA METIO LA COLA EN MEDIO DE LA PULSEADA

En este sentido, el dirigente de SMATA insistió con que el gremio había “negociado el licenciamiento al 80 por ciento de los salarios” y que esa opción había sido aceptada “por 550, 600 personas”, mientras “unas 70 personas empiezan a agredir a los compañeros que van a informar y, luego, toman la fábrica y están dos días sin trabajar”.

Scioli ruega por estas horas que el fuego se apague y se cumpla la conciliación obligatoria que le encomendó a su ministro de Trabajo Oscar Quartango, para que se normalicen las tareas en Gestamp. Pero ni lerdo ni perezoso, Sergio Massa también se metió en la contienda. El Frente Renovador presentará un proyecto en el Congreso para eliminar el impuesto interno votado a fines de 2013. La norma, que buscaba desalentar la salida de dólares para compra de autos importados, se transformó en un elemento más que perjudica a la golpeada industria automotriz.”Tenemos que hacer todos los esfuerzos para recuperar la tracción del sector automotor y del autopartista y defender así los puestos de trabajo”, declaró el diputado nacional.

La baja demanda desde Brasil, la caída del consumo interno, la devaluación y el impuesto son algunos de los factores que llevaron a la industria automotriz a un escenario complicado.Hoy lamentablemente las suspensiones en las terminales son habituales en las páginas de los diarios y en algunas autopartistas se registraron despidos.Un cóctel explosivo que le está explotando a Scioli en su territorio, justo cuando pensaba en poner la pelota en otra cancha con la llegada del Mundial Brasil 2014. Viento en contra para el gobernador. por la ciudad de La Plata se comenta que otro gremio, el SOSBA se encuentra en pie de guerra, ya que advirtieron que en cualquier momento puede colapsar Aguas Bonaerenses, ABSA, por la falta de recursos economícos para el mantenimiento del servicio. Como se ve, desde el plano laboral, algo huele mal en el complicado horizonte bonaerense.

No hay comentarios: