Por Jorge Joury
Los intendentes lo venían masticando entre sus pares en un marco de absoluta discreción. Pero el jueves por la noche durante una reunión en Ituzaingó, tomaron ímpetu y definieron sus posturas de manera categórica. El primer objetivo es ponerle un cepo a las listas colectoras, “para dejar de hacerle el negocio a Sergio Massa”, como la mayoría sostiene. Por eso advirtieron que hay 50 distritos del PJ en riesgo, de los que puede sacar tajada el Frente Renovador. Y lo segundo, sacar al PJ a la calle para escuchar a la sociedad y mostrar unidad de cara al 2015. Con esos lineamientos el puntapié inicial se dará el próximo viernes en José León Suárez, partido de San Martín. Allí el peronismo pondrá su primer mojón territorial, con un acto homenaje a los militantes fusilados en 1956 por la dictadura encabezada por Pedro Eugenio Aramburu e Isaac Rojas.
El desembarco geográfico no es casualidad. Se realizará en la zona norte del Conurbano, un municipio en el que gobierna el Frente Renovador de Sergio Massa. La idea es mostrar alineamiento con el gobernador, el candidato que hoy por hoy más mide en las encuestas y dejar las peleas de lado. Se descuenta la presencia de Daniel Scioli, de intendentes y concejales del Frente para la Victoria de la Primera sección electoral, y del presidente del PJ bonaerense e intendente de La Matanza, Fernando Espinoza. El homenaje a los civiles y militares fusilados hace 58 años en el levantamiento encabezado por el general Juan José Valle contra la dictadura de Aramburu y Rojas se realizará en José León Suárez.
ENTRE TIRAS DE ASADO Y MOLLEJAS
Los intendentes del oficialismo venían charlando en privado estas cuestiones, para evitar despertar asperezas en las primeras espadas K. Pero después de que se tomó conocimiento de una orden de Cristina a su tropa para parar la mano contra Daniel Scioli, como lo expliqué en un artículo anterior, las cosas cambiaron. Los caciques del conurbano creen que ha llegado la hora de la unidad y el sentido común y sacaron pecho. A tal punto que el jueves por la noche, en medio de tiras de asado, mollejas y buen vino malbec, en el gimnasio del municipio de Ituzaingó, pusieron primera. Los principales jefes territoriales, aquellos que juntan los votos a la hora de las definiciones de peso como las presidenciales, aprovecharon un cónclave desarrollado en esa localidad con la presencia de dirigentes de todas las vertientes del Frente para la Victoria, para dejar en claro cuál es su posición de aquí en más.
“Si nos quieren enfrentar desde el propio Frente para la Victoria, que vayan a las Paso”, disparó uno de los alcaldes que participó de la tenida en la que, además, se acordó bajar los decibeles de la disputa dentro del oficialismo. La cuestión es simple: los intendentes del PJ, en particular los del Conurbano y otras ciudades grandes del interior bonaerense, no quieren saber nada con las listas colectoras que suelen aparecer con la bendición de la Casa Rosada.
No es poca cosa que esa posición la hayan manifestado frente a Eduardo “Wado” De Pedro, el diputado nacional y uno de los líderes de La Cámpora con línea directa a lo más alto del poder K, lo cual les garantiza un telegrama seguro a Cristina. En ese escenario, estuvieron intendentes de peso como Alberto Descalzo (Ituzaingó), Hugo Curto (Tres de Febrero) y el titular del PJ bonaerense y alcalde de La Matanza, Fernando Espinoza. Allí hubo coincidencia total, en rechazar las colectoras. La cuestión ahora ha vuelto a escena frente a un desafío aún mayor que el del año pasado: la mayoría de los intendentes del PJ buscará la reelección en 2015 y una posible reiteración de las colectoras con candidatos ultra K, podrían allanar el camino para el arribo de aspirantes massistas a varios distritos no sólo del Conurbano sino también del Interior.
EL CASO VARELA FUE UNO DE LOS MAS EMBLEMATICOS
La advertencia al camporista Wado de Pedro, es un tiro por elevación hacia las primeras espadas ultrakirchneristas. Varios de estos jefes comunales sospechan de que la Casa Rosada volverá a fogonear listas locales con candidatos propios para darle cabida a La Cámpora y otras expresiones nucleadas en Unidos y Organizados, todas de probado paladar K. “Van contra nosotros en la elección general y dividen el voto oficialista”, se quejan los líderes territoriales. Varios intendentes peronistas del Conurbano debieron padecer la competencia directa de listas auspiciadas por la Casa Rosada. Esa situación se registró en diversos distritos, donde algunos alcaldes no sólo vieron menguada su representación pura en los concejos deliberantes, sino también asistieron a una división del voto oficialista que facilitó en algunos casos el triunfo local del Frente Renovador.
Uno de los distritos donde más polémica se generó con las colectoras fue Florencio Varela, de los principales bastiones del peronismo en la Tercera Sección. Allí en las legislativas apareció una oferta de Nuevo Encuentro amparada por la Casa Rosada, que terminò siendo una piedra en el zapato para los jefes comunales y favorenciendo a Massa. No fue, en rigor, el único caso donde estas colectoras produjeron chispazos. Las hubo también en Ituzaingó, en La Plata, Mar del Plata, Bahía Blanca y otras comunas donde el oficialismo dividió el voto “abajo”.
SE ENCENDIERON LAS ALARMAS PARTIDARIAS
Las conclusiones que sacaron los barones del Conurbano, es que en la mayoría de estos partidos, el Frente Renovador o alguna otra expresión opositora terminó por alzarse con la victoria. “Si dividen el voto están en riesgo unos 50 distritos tanto en el Gran Buenos Aires como del Interior. Hay que dejar de hacerle el juego a Massa, que aprovecha las divisiones internas, saca tajada y encima se está llevando a nuestros dirigentes”, es la señal de alerta que lanzaron en las últimas horas algunos intendentes, quienes buscan un pronunciamiento formal del PJ para frenar la posible nueva intentona de la Rosada.
La primer puntada de lo que es una expresión mayoritaria, aunque no una rebelión, como se esfuerzan en dejarlo en claro los alcaldes, se dio el jueves por la noche en Ituzaingó. Y allí habría surgido una suerte de consenso en el sentido de no generar competencias del propio cuño a las listas oficiales. Los intendentes quieren certezas de que el experimento de los últimos años no prosperará. Sin ese compromiso, la situación puede tornarse grave para el Cristinismo, ya que algunos dirigentes podrían terminar dando el salto a los brazos de Sergio Massa, que espera ansioso y se frota las manos a la luz de las divisiones que generan estas jugadas riesgosas que se alientan desde Balcarce 50.
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