martes, 3 de junio de 2014

Randazzo molesta a Scioli y por la Gobernación hay codazos


Por Jorge Joury


Mientras Scioli sigue ninguneado por los paladares negros del poder K, dentro de poco el Gobierno lanzará a Julián Domínguez para competir con él por la candidatura presidencial. Será una forma de ponerlo nervioso. Pero el plato fuerte que pondrá al rojo vivo las pizarras de los grandes operadores, no viene del apellido Domínguez, sino del de Florencio Randazzo. El ministro del Interior cuenta ya con el enorme apoyo del Estado y viene con el premio de la chapa que le esculpieron de “funcionario eficiente”. Hoy nadie puede negar que fue él, quien apagó el gran fuego de los trenes, después de la tragedia de Once. Consiguió en parte la recuperación del servicio ferroviario, uno de los órganos más sensibles de la gran mayoría de los habitantes. Pero también hoy, el hombre de Chivilcoy, gracias a su empeño, mide en alza en las encuestas. Ademas su figura no está rozada en hechos de corrupción y se le reconoce el plantarse con energía frente a los embates más duros del sindicalismo. Son conocidos sus duelos con el ácido y verborrágico dirigente Rubén “Pollo” Sobrero.

El domingo Randazzo se trajeó, se perfumó y se puso corbata. Se lo vio exultante subirse al escenario montado para los festejos patrios en la plaza de Mayo y repartir besos por doquier. “Vean las encuestas”, fueron algunas de sus frases preferidas para quienes lo saludaban. “Parece el candidato oficializado por Cristina”, se le escuchó decir a una de las filosas lenguas del cristinismo más ortodoxo. Pero nada de eso hay por ahora. Todo se cocina a fuego lento, pero que el río suena y cómo, nadie lo pone en duda. Es más, por estas horas todos creen que Florencio terminará siendo la carta brava de CFK para la continuidad del modelo.

Scioli ya está anoticiado de que se le viene una locomotora encima y hay quienes le aconsejan la definición de un programa de gobierno, para ver de qué lado del mostrador se va a colocar. Es la única manera de diferenciarse del gobierno y poder capitalizar al electorado que muestra sus antipatías con la actual gestión nacional.

BURBUJAS Y VOLUTAS DE HUMO PARA EL GOBERNADOR

En el interín, el gobernador también se da tiempo para el disfrute. El viernes pasado por la noche fue el invitado de honor en la fiesta con la que el empresario de medios Matías Garfunkel y la ex tenista y modelo Victoria Vanucci celebraron su casamiento. Y como amigos que lo son, tanto Scioli como Karina Rabollini acompañaron a los novios en la mesa principal del Salón Posadas del Palacio Duhau-Park Hyatt. Las preferencias quedaron en evidencia también con los “privilegios” de los que gozó Scioli por sobre el resto de los 140 invitados al ágape. Las malas lenguas comentaron, entre divertidos y asombrados, cómo en la mesa Uno se bebía champagne Dom Perignon, en vez del espumante nacional servido en las otras; se degustaban diferentes tipos de caviar, igualmente importados, y se fumaban habanos tamaño Churchill. Se sabe que a Garfunkel lo apasionan los cigarros tanto como los bastones, pero el gobernador sorprendió a todos ensayando él también volutas de humo. En el resto del salón, empresarios y algunos políticos, como el ex presidente Fernando De la Rúa, comían fideos fusilli cortos, con salsa fileto.

Mientras Scioli continúa deshojando la más difícil de las margaritas para su futuro, ya hay varios en el PJ que hacen cola para sucederlo en el sillón de la ciudad de La Plata. Por lo que se observa, la puja viene a los codazos para subirse al colectivo imaginario que hará el viaje hacia el 2015 con el sueño de conducir la provincia más poblada del país. Por lo menos hay seis que por estas horas sacaron pasaje. Pero el camino no será fácil para nadie. Menos en el peronismo, donde la competencia muestra motores de alta competición y pilotos con dientes apretados esperando en la linea de largada, dispuestos a embestir a quienes se les crucen.

EL MARTIN MAS CODICIADO, AL QUE TODOS QUIEREN PESCAR

No de casualidad, que el principal destinatario de las balas en el PJ sea Martín Insaurralde, con imagen instalada desde la última campaña electoral, en la que cayó derrotado pero ganó popularidad. Apadrinado por Daniel Scioli que ahora también alienta otras variables quizá como táctica preventiva, el ex intendente de Lomas de Zamora es resistido por un sector del kirchnerismo duro.

A pesar de que recientemente el diputado Carlos Kunkel se convirtió en su verdugo, del lado de Insaurralde reconocen que las ofensas terminaron ayudando al destinatario de las mismas, ya que lo instalaron con fuerza en el escenario informativo. Sostienen que Kunkel, de pura cepa K, cuando criticó su exposición en programas de la farándula y tildó de “bataclana” a su novia, la modelo Jesica Cirio, ” no hizo más que potenciar la figura de Martín”. Pero hay una segunda lectura del episodio que es más sutil. Hay quienes sostienen que el legislador disparó esos dichos desde un plenario del Grupo San Martín, un think tank vinculado a Julián Domínguez, que se mueve en el plano nacional, pero muchos lo ven como un seguro rival en la provincia de Buenos Aires.

Pero Insaurralde, al mejor estilo massista, sigue sorprendiendo a todos los que se lo disputan. Lejos de Cristina y de la fiesta en Plaza de Mayo, paseó el domingo por Tigre y coqueteó con el intendente. El novio de la modelo Jesica Cirio y ex mimado de la Presidenta, quien lo eligió para encabezar la lista K en las elecciones del año pasado, participó otra vez de un desfile de modas en territorio de Sergio Massa. El evento fue organizado por la comuna local e, inclusive, como sucedió con Massa a principios de año, Insaurralde se mostró sonriente ante los fotógrafos que retrataron el cálido y afectuoso abrazo con el Intendente del Frente Renovador, Julio Zamora.

Desde la Plaza de Mayo, la visita de Insaurralde a Tigre fue leída como otra señal política, “esta vez clara y directa”, según se señaló cerca del escenario donde Crisitna realizó su discurso. Entre los que se codeaban con la Presidente, señalaban que “Martinicito” está jugándose su futuro político bajo el paraguas de Daniel Sciioli, aunque nadie descartaba que sorprenda con un salto directo a las huestes de Sergio Massa.

EN LA OLLA DEL PJ SE COCINAN CANDIDATURAS A FUEGO LENTO

En medio de chicanas y pases de factura, hay quienes sostienen que sólo la unidad del peronismo va a determinar el éxito en las próximas elecciones. Fernando Espinoza, presidente del PJ bonaerense e intendente de La Matanza, un distrito que aporta un millón de votos, es decir, el 10% del padrón, tiene una visión positiva sobre el futuro. “Vamos a tener una gran primaria, que se presenten todos los que quieren”. Espinoza, que busca contener a la tropa más ansiosa, sabe que de los resultados de la interna, el peronismo terminará alinéndose para apoyar a los ganadores, bajo la emblemática frase : el que gana conduce y los demás acompañan.

Lo cierto es, que los dos últimos en subirse al colectivo de la discordia con parada en la Gobernación, vienen de canteras contrapuestas. Santiago Montoya, es uno, presidente del Grupo Provincia y soldado todoterreno de Scioli y Patricio Mussi, el otro, intendente de Berazategui y carta oficialista, que cuenta con luz verde de la Casa Rosada. Montoya, que se hizo famoso por perseguir a los evasores, es de origen cordobés y perfil técnico. El funcionario de la gestión provincial se abocó desde fines del año pasado a ir modelando el armado del gobernador en el interior del país. Le acercó empresarios y dirigentes, en un formato de presentación siempre envuelto de una pátina institucional. Hace un mes, después de una charla en La Ñata, Montoya supo que su misión cambiaba de hoja de ruta: incluye, además, un desembarco bonaerense.

Hay quienes aseguran que ahora diagrama un esquema de charlas con intendentes y se prepara para salir al ruedo. “Voy trabajar para apuntalar desde la provincia el salto al desarrollo que lidera Daniel”, contó en su círculo más íntimo. Su irrupción en la lista generó suspicacias acerca del vínculo con Insaurralde, que aparecía como favorito de Scioli. Hay que decir en este caso que sobre el hombre de Lomas de Zamora, siempre pesa la duda de un eventual pacto con Sergio Massa. Para despejar sospechas, desde ambos lados, enmarcan la reciente visita de Karina Rabolini a Lomas, como una señal de armonía.

También murmuran que a Patricio Mussi, intendente de Berazategui le llegó la bendición de “más arriba”. El mensaje, según dicen, partió de boca del ministro de Planificación, Julio De Vido, uno de los sponsors de Los Oktubres, espacio que congrega a intendentes bonaerenses ultra K y ahora se expande hacia otras provincias. El objetivo es mostrarse como verdaderos herederos del modelo y, por ahora, adoptan una posición neutral en la puja camino a 2015.

Patricio, a secas, como lo llamó en una reciente videoconferencia Cristina, representa la única pata del poderoso conurbano en el grupo, integrado por jefes comunales del interior. Con la Presidenta se verán el jueves, en su distrito, para la inauguración de una planta de Aysa. “Tengo ganas y voy a empezar a caminar”, le confesó el hombre de Berazategui a sus primeras espadas. Se trata de una figura joven de la política. De 36 años, heredó el municipio de su padre, Juan José, médico y veterano dirigente peronista que fue secretario de Ambiente en el segundo mandato de Cristina y ahora es legislador bonaerense.

MARIOTTO Y BOSSIO, OTROS QUE BUSCAN LLEGAR A BUEN PUERTO

Pero la lista no termina aquí, ya que otro de los más obstinados en llegar a la Gobernación, es Gabriel Mariotto. El vicegobernador impulsa un puñado de proyectos para modificar la “matriz productiva” de la provincia, entre los que incluye recuperar el control estatal sobre los puertos. Aunque no se sale de caja y mantiene la sintonía con Scioli, quizá se diferencie en lo discursivo, en base a sus propuestas para 2015. Es el postulante con mayor impronta ideológica y no tributa, ni de cerca, a “la línea Savaglio”, como dicen con ironía cerca suyo, en referencia al publicista fetiche del gobernador e Insaurralde.

Y como si fuera poco, en el generoso abanico del peronismo también aparece Diego Bossio. EL titular de la Anses, quiere subirse al colectivo y si fuera necesario está dispuesto a colgarse el estribo con tal de llegar. Bossio pergeña su estructura en base a informes sobre el estado de la situación bonaerense que le envían los equipos del instituto de formación Gestar. Luego, acelera sus recorridas. La semana pasada hizo base en Florencio Varela y para esta semana tiene en agenda pasar por San Isidro, San Andrés de Giles, San Vicente y San Nicolás.Frente a los constantes movimientos de pinzas, los barones del conurbano observan en silencio con la ñata contra el vidrio. Sacan cuentas sobre las perspectivas que cada uno de los candidatos tienen a nivel territorial. Nadie mejor que ellos, para agudizar desde el olfato las chances de cada uno. La frase que se les escucha es coincidente : “No todos van a llegar”. Ellos mejor que nadie saben, como viejos zorros que son de la política, que los candidatos se están instalando para acordar algún tipo de inserción en las listas o para molestar. Pero en definitiva se ajustan a la linea general en el PJ. Y tiene que ver con que habrá dos implacables ordenadores que darán la palabra final : el tiempo y los números.

EL AMIGO PATO Y LAS FUGAS POR UNA TORMENTA DE VERANO

Por el lado del PJ, todos tejen futuros andamiajes con pases de factura, llamados a la unidad, referencias picantes a las candidaturas y alusiones constantes de lealtad a la Presidenta. Pese a que se dio en el marco del 95° aniversario del nacimiento de Eva Perón, el segundo encuentro del Consejo del PJ de la Provincia de Buenos Aires que se realizó en Los Toldos fue el terreno en el que los presidenciables kirchneristas volvieron a mostrar sus dientes de cara al 2015. Tanto Daniel Scioli, Sergio Urribarri y Julián Domínguez se reunieron para las fotos, pero se enviaron diversos mensajes, algunos bien explícitos.

Acompañado por varios funcionarios de su Gabinete, Scioli llegó y se fue de Los Toldos, paradójicamente con el titular de la ANSeS Diego Bossio, quien busca multiplicar sus apariciones para afianzar su candidatura a gobernador. Luego, se les sumó sorpresivamente Sergio Urribarri y enfilaron juntos para recorrer una cooperativa textil local. Tanto Scioli como Uribarri, saben que se necesitan, sobre todo ante la aparición de la nueva estrella en el firmanente K : el ministro Florencio Randazzo, ya probándose el traje de presidenciable con la venia de Cristina.

Pero es para destacar en Los Toldos el gesto de Scioli hacia Uribarri. Durante su discurso en el acto de cierre y tras escuchar reproches y alusiones indirectas a su proyecto personal, el gobernador bonaerense se refirió a su par entrerriano como “el compañero Pato”. También criticó el gobernador a los que se fueron al Frente Renovador “producto de una tormenta de verano”.

De todas maneras Ranzazzo no alcanzó a escuchar la frase, ya que se bajó a último momento del acto. Cuentan que se comunicó con el titular de la Cámara de Diputados Julián Domínguez, el otro presidenciable K, y le avisó que no iba a poder asistir. En los cuarteles de CFK no descartan que ambos funcionarios terminen compartiendo la fórmula o, en la etapa final del camino, apuntalarse mutuamente.Semejanzas tienen, al menos desde lo discursivo. Y los dos coinciden en cuestionar la figura de Scioli.

“Los proyectos personales no pueden estar por sobre la conducción de la Presidenta”, remarcó Domínguez, cerca del diputado K Carlos Kunkel y ante la mirada del gobernador. “Quien conduce y marca los tiempos es Cristina, no debe haber ninguna actitud individual”, agregó.

Urribarri también reiteró su alineamiento con la Presidenta, al señalar que “el proyecto cambió la realidad del país y hoy se puede vivir con dignidad en la Argentina. No obstante, reafirmó su afinidad camporista y hasta citó al ex presidente venezolano Hugo Chávez, algo que generó cierto malestar en un sector del PJ.

Scioli, fiel a su estilo, hizo cintura frente a las lenguas punzantes y resaltó que la mejor manera de recordar a Eva “es recreando el camino que se empezó a transitar en 2003”. Pero en el final tomó ímpetu y cerró de manera contudente. Dijo que tuvo “el orgullo de ser elegido por Néstor para acompañarlo”. Lo que se dice un balde de agua fría para sus rivales, ya que ellos no pueden hacer ostentación de semejante cartel.

LA ECONOMIA SERA LA QUE MAS “GARPE” AL FINAL DEL CAMINO

Mientras el Gobierno ratifica día a día su voluntad de no aceptar pasivamente el papel del pato rengo en el tiempo que le queda de gestión, los candidatos arman esquemas de sobrevivencia para llegar lo más enteros posible a la próxima elección. Más allá de las bendiciones que reciban, todos saben que la economía será la que marcará el eje de sus perspectivas. El fantasma de la estanflación acecha. Pero no todo es negro, ya que a la vez se registran algunas posibilidades para la Argentina.

Ese es el entorno en el que la política electoral se desplegará en los próximos meses. No hay tendencias definidas en el voto. El empuje inicial de Massa, capitalizando el triunfo electoral de 2013, se va enfriando. Ahora se lo ve a Scioli consolidándose. Los operadores políticos creen que lo beneficia en parte su posicionamiento bien definido en ese eje de “continuidad y cambio” demandado por un amplio segmento del electorado. Pero desde ya que también, cuando el Gobierno navega en aguas más tranquilas él tiene más para ganar.

En la medida en que una parte del electorado demanda poca conflictividad y algo de continuidad, Scioli encuentra un terreno fértil para su proyecto. Massa, en cambio, si bien en principio cultiva un perfil similar y gestó su éxito electoral el año pasado desde ese lugar de la no confrontación, se ve exigido a jugar ahora más cartas opositoras, moviéndose a un territorio donde encuentra mucha competencia.

Allí están también las otras ofertas de este proceso electoral : el PRO, que se siente cómodo en el perfil que encontró –una mezcla adecuada de “gestión” e indefinición programática, cuyo mensaje llega a muchos votantes, pero no infunde mucho entusiasmo–, y los partidos de la UNEN, convencidos de que potenciarán sus fortalezas si efectivamente se juntan, pero no terminan de definir los límites de esa unión. Hoy parece probable que se repita el escenario de 2003, con varios candidatos compitiendo parejos por una pluralidad de votos muy fragmentada, con escasas definiciones programáticas o ideológicas.

No obstante, todos los que están en carrera tienen en claro que la sociedad pide diálogo y tolerancia. Si los políticos ofrecen eso, más gente se sentirá dispuesta a acompañarlos. Es lo que vino haciendo recientemente el senador radical Ernesto Sanz, manteniendo reuniones con dirigentes políticos de otros partidos, incluido Daniel Scioli. No para acordar nada, sino para conversar sobre los problemas del país. No fue una gran noticia para los medios de prensa, pero refuerza un enfoque en la política actual : es posible que gestos como estos puedan hacer más por acercar a la ciudadanía a la política, que cien discursos combativos altisonantes.

No hay comentarios: