lunes, 22 de diciembre de 2014

Con Luna lleno, Scioli puso un pie en territorio macrista


Por Jorge Joury

Cauto, para no herir susceptibilidades y con un estadio lavado de política, Daniel Scioli puso un mojón en el territorio de Mauricio Macri, en otro paso firme camino al sillón de Rivadavia. Con más timidez que otras veces, sin banderas partidarias, pero con sombrillas afuera y un telón enorme, la denominada  “ola naranja” desplegó  su última demostración de fuerza del 2014, en el mítico Luna Park, colmado de simpatizantes y microemprendedores.
Entonado por ser el precandidato presidencial del Frente para la Victoria que mejor mide en las encuestas, Scioli eligió mostrar gestión, para disipar las críticas que recibe de sus rivales internos y externos. La excusa fue entregar allí  el microcrédito número 100 mil del Banco Provincia, desde 2009, cuando se lanzó el programade ayuda. El beneficiario resultó el albañil y carpintero Jorge Villalba, paradójicamente un vecino de Tigre, el distrito de su competidor Sergio Massa.
Scioli no ahorró críticas hacia “el capitalísmo salvaje” y tiró también a la cabeza de la banca privada, en línea con el pensamiento de la Casa Rosada. No obstante, a puro show conducido por el periodista Alejandro Fantino y con la actuación del dúo Pimpinela, el bonaerense hizo un vuelo rasante con una apelación al futuro. “Estoy seguro que lo mejor está por venir”, dijo en medio de la euforia partidaria. Los organizadores fueron muy cuidadosos en vedar el ingreso de cotillón y banderas, para evitar otro pico de tensión con Balcarce 50 y enmarcar el evento puntualmente en la gestión.
Otro de los momentos de mayor euforia en la concurrencia, fue cuando el gobernador disparó :”Mientras algunos abandonaban a las familias a los vaivenes del mercado yo aposté a la economía social”. Eso fue en el preciso instante en que entregó el microcrédito 100.000 del Banco Provincia, una herramienta diseñada para sectores populares que no acceden a préstamos por no contar con los requisitos formales. Minutos antes, habían pasado un video y, en un living informal dispuesto sobre el escenario, tres beneficiarios del programa contaron sus experiencias, junto a los funcionarios del banco, Gustavo Marangoni y Guillermo Francos, que hicieron las veces de co-conductores.
Scioli apuntó su discurso de 18 minutos, ayudado por un telepronter, en la reivindicación del crédito para la producción. Fue entonces en que disparó contra el accionar de los bancos privados y se colocó  muy en línea con el pensamiento de Cristina Fernández. Apeló entonces al pensamiento del Papa Francisco y expresó que: “El nos mostró el camino para orientarnos al trabajo digno y rechazar el capitalismo salvaje y la especulación financiera por las injusticias sociales que generan. Es la lucha que viene dando nuestra Presidenta “, agregó.
El marco fue de cauta euforia, en un estadio colmado por más de 6 mil personas, en su mayoría clientes que suscribieron el programa, provenientes de distintos rincones del interior bonaerense. Hubo extremo cuidado que no se filtraran cánticos, ni exhibición militante que tenga que ver con  la política. Además de los funcionarios de la gobernación bonaerense, circularon algunos intendentes cercanos, el siempre explosivo Alberto Samid, vicepresidente del Mercado Central y amigo de Scioli, y María José Lubertino, una kirchnerista porteña que ya se sumó a la tropa del ex motonauta y, como para que no quedaran dudas, lució un vestido en estridente tono naranja.
Otro de los detalles que no pasó inadvertido, fue el rol que cumplirá en esta campaña política, Karina Rabolini, la mujer de Scioli, que no se movió de su lado. El gobernador le atribuyó la iniciativa social, inspirada en el sistema de pequeños créditos ideado por el bengalí Muhammad Yunus, Premio Nobel de La Paz.
Los observadores políticos leyeron claramente que la exposición del gobernador en territorio porteño, fue el punto de partida para apuntalar la figura de Gustavo Marangoni, presidente del Banco Provincia y una de sus principales espadas, a la jefatura de gobierno de la Ciudad. No de casualidad, el mandatario también mencionó en su intervención a Jorge Telerman, ahora con rol de vocero de la campaña y coordinador de la comunicación, también siempre dispuesto para la pelea capitalina.
Finalizado el discurso, Scioli posó para los medios y se marchó. En su estado mayor se mostraron satisfechos. “De aquí en más vamos a mostrar gestión, que es la mejor carta del gobernador”, dijo uno de sus voceros, en lo que se interpretó como un tiro por elevación hacia algunascríticas surgidas desde el propio oficialismo. Otro de los objetivos fue que Macri tomara nota que la denominada “ola naranja” puso un pie en tierra firme en su propio territorio.

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