miércoles, 3 de diciembre de 2014

Lectura en torno a las dos fotos que programó Scioli

Por Jorge Joury
Daniel Scioli no pudo terminar de cerrar el día perfecto el sábado pasado. En su apuesta a la seguridad, la foto le salió con la espectacularidad esperada. Pero la cumbre del Pj en La Plata, tuvo ribetes tormentosos y la postal se le puso sepia. Vamos por partes. En materia de seguridad, el gobernador tiene en claro que diciembre será un mes clave. Las alarmas que se dispararon desde el gobierno nacional alertando sobre posibles intentos de desmanes para las fiestas en algunas zonas del conurbano, es su preocupación mayor. Y la otra, garantizar a miles de turistas tranquilidad en las playas por el comienzo de las vacaciones.Sabe que si la movida le sale bien, se convertirá en la mejor carta de presentación para sus aspiraciones presidenciales. Será por eso que puso en marcha la mayor apuesta en materia de despliegue de hombres. Un verdadero ejército de 10 mil nuevos policías.
Se trata del mayor egreso de Sudamérica y una cifra récord, sin precedentes en la historia de la policía bonaerense. “Estamos minando la Provincia de efectivos para que los vecinos se sientan seguros y tranquilos”, ejemplificó el ministro de Seguridad, Alejandro Granados.
Pero lo protocolar no ocultó el trasfondo político del acto. Scioli enumeró logros de gestión y destacó su decisión de decretar la Emergencia en Seguridad en abril pasado. Lo hizo con números: 78 mil procedimientos –12 mil contra el narcotráfico–, 38 mil vehículos secuestrados, destrucción de 34 mil armas y el descenso de los homicidios en ocasión de robo en un 40% en la provincia y un 64% en el Conurbano, según estadísticas de la Procuración General de la Suprema Corte de Justicia bonaerense, de las que dimos cuenta en su momento en esta columna.
Ante una verdadera multitud que se dio cita en la sede de la Escuela Juan Vucetich, en el parque Pereyra Iraola en Berazategui, el gobernador ratificó que “la seguridad fue, es y será” su “prioridad hasta el último día” de su mandato y reiteró que “jamás prometió fórmulas mágicas” para combatir el delito. Aludió así a su principal apuesta en lo que queda de su gobierno, una cuestión clave con la que pretende potenciar su candidatura presidencial. Sabe de los riesgos que ello acarrea, en una provincia geográficamente grande como un país y repleta de amenazas en todos los rincones.
LOS LOGROS
Frente a los nuevos agentes y numerosos familiares, unas 30 mil personas, Scioli aprovechó la oportunidad para poner en la vidriera  los “avances” que se registraron en la lucha contra la inseguridad desde que decretó, en el mes de abril, la emergencia. “Los homicidios en ocasión de robo y otros delitos se redujeron un 40 por ciento en todo el territorio bonaerense y, en el Conurbano, donde más se reclamaba la intervención, se redujeron un 64 por ciento”, indicó dirigiéndose a los nuevos policías. También agradeció a “los intendentes de todos los sectores políticos por sumarse a la convocatoria por la nueva Policía” comunal porque, evaluó, así “los municipios demuestran su compromiso con esta lucha contra la inseguridad, que es una política de Estado en la provincia”. Del acto participó la totalidad del gabinete provincial, varios intendentes, entre elllos Julio Pereyra de Florencio Varela y jefe de los alcaldes agrupados en la FAM, quien se abicó a la derecha de Scioli en el palco principal, vestido con impecable traje gris claro. También hubo jefes comunales de la oposición y el secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien tuvo un rol protagónico junto al Scioli, al punto de que calificó de “histórica” la jornada.
Además se observó al alcalde de La Matanza, Fernando Espinoza; de Morón, Lucas Ghi; Berazategui, Patricio Mussi; Vicente López, Jorge Macri; el platense Pablo Bruera; Mariano West (Moreno) y Marcelo Skansi (Carmen de Areco), entre otros.
OTROS 15 MIL
Scioli afirmó que actuó “en todo momento con firmeza y prudencia” ante “las características que había adoptado el delito en la combinación de drogas y las armas. Destacó que el acto fue el de mayor egreso de la historia en la Bonaerense. Cinco mil de los nuevos efectivos tendrán como primer destino el Costa Atlántica porque formarán parte del Operativo Sol. El resto se repartirá por partes igual para ocupar puestos en los Comandos de Patrulla Comunitarias (CPC) y Rural (CPR) y para reformar la dotación de calle de comisarías. A estos cadetes se sumarán otros 15 mil uniformados que irán a prestar servicios en las Policías locales que funcionarán en unas 50 comunas. “Será a partir de junio”, dijo el ministro de Seguridad, Alejandro Granados. Entre los retazos del acto que dejaron tela para cortar, hay que destacar la presencia del secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni. “Siempre se llevó bien con Daniel”, admitió una de las primeras espadas del mandatario.El mismo informante añadió que hubo un punto de inflexión en la relación en abril del año pasado, cuando en medio de las inundaciones que afectaron a gran parte de la provincia, Berni desembarcó con su equipo para dar apoyo en el territorio. Durante la ceremonia, Scioli  le dedicó elogios al funcionario. Esta actitud apuntaló las versiones que señalan la posibilidad de que sea su delfín en Provincia, pese a que, hasta el momento dice que no quiere ser candidato “a nada” e impulsa a la gobernación al titular de la ANSeS Diego Bossio, también de buena sintonía con Scioli.
BUENA SINTONIA
Berni llegó acompañado de su mujer, Agustina, y su bebé Juan, de tan solo dos meses, y se sentó en primera fila, junto al ministro de Seguridad bonaerense Alejandro Granados. Desde allí, lugar que iba a ocupar el vicegobernador Gabriel Mariotto –ausente–, escuchó a Scioli, quien hizo equilibrio para destacar su trabajo sin generar recelo con la Casa Rosada. “Por instrucciones de Cristina, él toma permanentemente decisiones que nos apoyan, reforzando con su colaboración en determinadas circunstancias”, agradeció. “Son elogios de gestión, que hablan de lo que se pretende seguir haciendo. No hay que hacer una lectura política”, dijeron desde la residencia de la calle 6 en La Plata. Pero para los observadores políticos no escapó el detalle que fue la segunda vez este mes que Scioli y Berni se mostraron juntos. Hace quince días, en un congreso sobre seguridad habían coincidido en que “no hay soluciones mágicas” contra el delito. Precisamente, ese concepto volvió a ser parte del discurso de Scioli, quien tras remarcar que “la seguridad es, fue y será prioridad hasta el último día” de su mandato, les pidió “responsabilidad y compromiso” a los diez mil nuevos agentes y les recordó “que el verdadero poder es el servicio, como dice el Papa”. Berni y Scioli se abrazaron y el hecho quedó registrado en una foto que para los analistas, tal vez con el paso de los meses, pueda tener correlato politico en la provincia de Buenos Aires.
UN PJ AGITADO
En lo que tiene que ver con lo partidario, la foto no acompañó a Scioli. La unidad que el PJ bonaerense mostro fisuras y sufrió un fuerte cimbronazo como cierre de año. Estuvo muy lejos de aquella cordialidad costera de febrero en Santa Teresita, que unió a funcionarios, dirigentes de La Cámpora, intendentes, y distintos precandidatos presidenciales. Esta vez, el presidente del partido, Fernando Espinoza, y el gobernador no consiguieron encolumnar a la tropa. Lo que se observó durante el cónclave celebrado en el Pasaje Dardo Rocha en La Plata, fue la notoria ausencia de dirigentes con aspiraciones propias, como Sergio Urribarri, Julián Domínguez, Florencio Randazzo, Aníbal Fernández o Agustín Rossi, quienes decidieron no participar del último encuentro partidario en donde la “Ola Naranja” pondría toda la carne al asador. Tampoco La Cámpora puso fichas.
Scioli había planeado un sábado fundamental para su candidatura, el egreso de 10 mil policías y el acto del PJ, además de un concierto de rock para los jóvenes en el estadio Unico. Pero los discursos, tanto del mandatario como del intendente de La Matanza alteraron los ánimos. Scioli apenas nombró una sola vez a Néstor y Cristina Kirchner y Espinoza se encargó de elogiar la lealtad del ex motonauta y no detallar los avances “del modelo”, algo que erizó la piel de los ultra K. Las reacciones no tardaron en llegar. “Un acto que se dice peronista sin un claro y contundente respaldo a Néstor y Cristina es un acto vacío de contenido”, criticó el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.
“¿Techint dice que el Estado no debe meterse en el mercado y el PJ bonaerense no tiene nada para decir? ¿No hay nada para decir de la embestida judicial contra la Presidenta?”, disparó otro de los aliados incondicionales de CFK, el intendente de Berazategui, Juan Patricio Mussi.  El joven alcalde, bendecido en su momento por el ministro de Infaraestructura, Julio De Vido, tiene aspiraciones de suceder a Scioli. Sin pelos en la lengua señaló: “Los aprecio y no me parecen malos candidatos, pero no me resulta bueno que hablen en nombre del PJ sobre algo que aún no definimos”. Puntualmente, el hombre de Berazategui  se quejó sobre la proclamación de la candidatura de Scioli y el matancero que se buscó imponer en los actos. Su padre, el diputado provincial, Juan José Mussi, también aludió a la causa judicial que llevó al juez Claudio Bonadio a allanar la empresa de la Presidenta, Hotesur: “En un acto del PJ como el de hoy no se puede no manifestar nuestra solidaridad con Cristina Kirchner ante el ataque de un juez contra ella”. Las ausencias en el cónclave partidario, con la excepción de Sergio Berni presente en la graduación de los policías,  y la arremetida pública de Mussi, fueron mensajes que el gobernador bonaerense deberá decodificar para comprender que aún el kirchnerismo no lo eligió como su delfín. El camino todavía le depara muchas sorpresas y no le conviene hacer olas.

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