jueves, 11 de diciembre de 2014

La última brazada de Cristina y el desafío de la Plaza del 13


Por Jorge Joury
¿Ser o no ser candidata en el 2015?. Ese es el dilema de Cristina Fernández de Kirchner. Tal vez lo tenga claro en su fuero íntimo, pero la decisión la  marcan los tiempos de gobernabilidad. Como gran jugadora, sus percepciones tienen que ver con el marco de su ajedrez político. Más allá de lo que le aconseje su sentido común, es un hecho que la jefa de Estado querrá mostrarse hasta el último minuto de su mandato, como la dueña y señora del FPV. Y hasta es probable que estampe su nombre en las listas de candidatos, como reclaman algunos intendentes, entre ellos el presidente de la FAM, Julio Pereyra. Acumulación de poder es lo que le sobra y la oposición, que podría aprovechar el final de ciclo, no sabe cómo entrarle: la respeta y le teme.
Sin embargo, hoy el escenario en el oficialismo no es el más propicio para una fiesta.  Se presenta como el de un cierre de un año con complicaciones económicas, una guerra jurídica focalizada en CFK y con los peligros siempre latentes de eventuales desbordes y saqueos, alentados por grupos hostiles. No obstante, en una jugada de último momento, la presidenta logró descomprimir una protesta gremial, liberando de ganancias el pago del medio aguinaldo. Se trata de un regalo navideño que involucra a más de 10 millones de trabajadores. Será por ello que cuando el Gobierno se juega en ocho meses la continuidad de su proyecto político, el kirchnerismo, fiel a su estilo, sube la apuesta. Prepara para el sábado 13 una fuerte movilización para volver a instalar a CFK en el epicentro de la futura decisión electoral.
En un territorio incierto entre lo institucional y lo partidario, el FPV marchará a Plaza de Mayo, bajo el paraguas del Día de la Democracia, pero con la bandera de “Patria o buitres” y un anexo más criollo y mundano: contra “los caranchos”, término que rescató la mandataria para definir a opositores en medio de la polémica generada en torno al expediente Hotesur que traccionó el juez Claudio Bonadío. Cristina está convencida de que varios actores de poder se confabularon para que no termine su mandato. Supone que el plan consiste en que a la sociedad le llegue el mensaje que es un gobierno de corruptos y, de esta manera, sepultar definitivamente cualquier posibilidad de continuidad en 2015 o 2019. La presidenta pone en foco a sus eternos enemigos. Los grupos de medios Clarín y La Nación. Además le apunta a un miembro de la Corte Suprema, banqueros que supieron financiar campañas de los Kirchner y dos jueces federales envalentonados por sus visitas a la embajada de Estados Unidos y al Vaticano. Se trata de una verdadera bomba de tiempo de pesos pesados, pero es el pensamiento de las primeras espadas de la Rosada.
VA UN SABADO
Los organizadores dispusieron mudar el  acto originalmente previsto para el 10, hacia el 13 . De esa manera evitarán coincidir con la final de la Supercopa que juega RiverPlate ese día. Además harán  caer sábado la movilización, que según se cree se convertirá en una demostración de poder, por la cantidad de columnas de militantes. Los denominados caciques ya están  organizando movilizar a su ejército desde el corazón del conurbano. Será una manera de demostrar que el peronismo está vivo, de cara a la elección más difícil que le tocará afrontar en más de una década y en la que la mayoría de encuestadores coinciden en un probable escenario de balotaje.
Además, desde el planeta  cristinista ya comenzaron los primeros llamados a participar y concurrir desde el colectivo Convocatoria Popular, espacio multitarget donde conviven organizaciones sociales, el Frente Grande, socialistas y radicales K, todos alineados con el cristinismo.
7 AÑOS EN EL PODER
El 10 de diciembre será una fecha trascendental para el PJ. Se cumplirán siete años de la asunción de Cristina  y marcará el inicio de la cuenta regresiva del octavo y último año de mandato. Con esa motivación, pero sobre todo luego de la crisis buitre y con el reciente episodio de investigación judicial sobre la Presidente, el kirchnerismo decidió convertir el encuentro que habitualmente tiene un sesgo más bien institucional, en un episodio político . La idea es armar la “Plaza del Sí” para respaldar a quien define como su “jefa política y la gran conductora” del espacio. Ese día se espera que como cierre y entrada la noche, hable CFK . Las expectivas giran en torno a que Cristina de algunas pistas electorales. Voceros cercanos a la Casa Rosada dijeron que “no habrá definiciones en torno a candidatos. Ella respetará que los anotados diriman en las PASO. Lo que si habrá, es una encendida arenga para obtener otra victoria en las urnas, un fuerte pedido de compromiso con el Gobierno y con su conductora, acompañando todas las decisiones que surjan desde el P.E”.
ESPERAN UNA MULTITUD
Se espera que, como todos los años, la Casa Rosada despliegue arriba del escenario su festival de shows y recitales. No obstante, esta vez  encaran con energía a que la apuesta debe estar abajo. Quieren ver en los diarios del otro día, el dato soñado: superar las 150.000 personas que convocaron para la última movilización, el 25 de Mayo pasado. “Vamos a generar un hecho político inédito, con connotación electoral. Que se vea que el kirchnerismo está vivo y con posibilidad cierta de mantenerse en el poder”, confió uno de los organizadores.
Con Cristina como oradora central, la convocatoria buscará unificar en un solo acto lo que fueron las últimas presentaciones de las agrupaciones oficialistas, que arrancaron en el Luna Park, en medio de la pelea con los fondos buitre,Siguieron con el lanzamiento de Jorge Taiana de la mano del Movimiento Evita en Ferro, y tuvieron su punto más fuerte con las palabras de Máximo Kirchner en el acto que organizó La Cámpora en Argentinos Juniors, que reunió unos 40.000 militantes.Ahora, la idea es juntar todas las adhesiones para hacer una muestra de fortaleza política en el camino hacia el final del mandato de CFK.
EL ULTIMO ACTO
Será, además, su último 10 de diciembre. El próximo  encontrará a Cristina entregándole la banda presidencial y el bastón de mando a quien finalmente la suceda. Pero antes habrá pirotecnia partidaria. Cuando en el PJ quieren consolidar a Daniel Scioli como el candidato natural del espacio oficialista, desde la Casa Rosada buscarán mostrar que todavía lo más puro del kirchnerismo está en carrera y que la decisión final dependerá de la Presidenta.
Ése fue, de hecho, el mensaje central de Máximo cuando apareció por primera vez en un acto público: destacar a su madre como la gran electora en 2015. Las palabras de la Presidenta en el acto, servirán para desmenuzar el eje del discurso que pretenderá bajar sobre el escenario electoral.
GESTOS PARA TODOS
Hasta ahora, ella se limitó a enviar gestos hacia todos. Dejó de enfrentarse a Scioli, mientras el gobernador bonaerense emprendía un giro completo hacia el ultrakirchnerismo, y dejó correr todas las candidaturas de los hombres de su espacio, como Florencio Randazzo, Sergio Urribarri, Julián Domínguez o Agustín Rossi.
La orden que comenzó a bajar Máximo Kirchner, consolidado como el alfil de su madre a la hora de contener la tropa, es evitar que Scioli termine condicionando a Cristina.
Aún no está definida la consigna que será eje del acto, pero se analiza incluir alguna referencia al futuro.
Sobre la plaza se disputará más que nunca la pelea por la sucesión. Será clave el rol del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, habitual convocante de las organizaciones sociales, y de la cúpula de La Cámpora a la hora de permitir las banderas de campaña.
PASAR EL VERANO
Si hay algo que no se puede discutir, es la imagen positiva de casi el 40% con que cuenta CFK, según las encuestadoras, Cumplido ese objetivo, ahora el desafío es sacar el mayor provecho de la tendencia alcista de la popularidad presidencial. Para eso es necesario pasar el verano. Dar una vuelta de tuerca en la economía para revertir el malhumor social y posponer la discusión de las candidaturas hasta después de marzo. Dadas esas condiciones, los dirigentes que trabajan en la estrategia cristinista sostienen que la Presidenta tendrá mayor peso para incidir en su sucesión. “Hace tres meses estábamos haciendo las valijas para irnos y Scioli iba al Malba a saludar a Magnetto. Hoy se discute el grado de condicionamiento que tendría Cristina sobre una eventual candidatura de Scioli. No descarto que en tres meses más, Cristina pueda poner a un candidato que no está en la grilla hasta hoy”, explicó uno de los referentes del kirchnerismo puro.
NADA CERRADO
En La Cámpora desmienten la idea de que ya esté cerrado un acuerdo para que Scioli sea el bendecido, pero tampoco lo descartan. “La candidatura del Frente para la Victoria se va a definir en las PASO o, antes, si la Presidenta, que es nuestra conductora, así lo decide. Pero todavía no pasó ninguna de esas dos cosas”, dicen y repiten, para bajar la fiebre de los que buscan una definición urgente. El “operativo confusión” es enemigo de la urgencia, porque su finalidad es mantener viva la disputa interna, sin que el escenario se cristalice de antemano a favor de uno de los candidatos. En la búsqueda de ese fino equilibrio, los pasos se deciden día a día. “Si un día hubo una foto en un local naranja, al otro, nos subimos a un tren. Si hubo mucho sciolismo una semana, a la otra hay mucho randazzismo”, explica un dirigente.
Lo cierto es, que en pocos días, la calle será un espejo de lo que quiere Cristina para su proyecto político. A partir de allí, habrá que empezar a leer detenidamente la letra fina del contrato.

No hay comentarios: