jueves, 11 de diciembre de 2014

El tren de Cristina viene con Randazzo en clase especial


Por Jorge Joury
La guerra fría contra Scioli en el propio oficialismo, ya está en marcha. El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo y el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez son hoy los principales mosqueteros del “operativo ablande del gobernador”. Es evidente que el mensaje que viene de la Casa Rosada lo que le está sugiriendo al bonaerense, es que baje un cambio, calme las ansiedades y espere la interna para dirimir candidaturas.
Para muestra sobra un botón, Randazzo y Domínguez, como habíamos anticipado desde esta columna, desembarcaron ni más ni menos que en La Matanza. Llegaron hasta allí con la intención de mojarle la oreja a Fernando Espinoza, el intendente municipal y  titular del PJ bonaerense. El hombre que en el cónclave partidario en La Plata, dejó en claro su alineamiento con el equipo naranja y se olvidó de resaltar con fuerza la figura de Néstor y Cristina, algo que la liturgia K no perdona.
Ambos fueron los oradores en un acto organizado por el Movimiento de Integración Peronista, que lidera el histórico dirigente gremial local,Carlos Gdansky, quien a la vez es diputado nacional. El sindicalista elegido tampoco es una casualidad, ya que mantiene viejas antinomias con Espinoza, que aunque le tocó oficiar esta vez de visitante, igual se hizo presente y metió un bocadillo durante la convocatoria.
Durante el acto realizado en la cancha de Huracán de San Justo y en directa alusión a Scioli, Domínguez aseguró que “los desafíos que plantea el futuro se resuelven en la calle junto al pueblo y no en la pasarela del marketing”.
DIRECTO A LA CABEZA
También apuntó a la cabeza del ex motonauta al señalar que: “Los peronistas de verdad siempre vamos a defender el liderazgo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner”, en lo que se decodificó como un claro mensaje crítico al acto llevado a cabo en La Plata por el PJ bonaerense.
El convite se realizó a propósito del aniversario del Movimiento de Integración Peronista de La Matanza. Otras de las figuras presentes fueron  el ministro de Trabajo Carlos Tomada, el secretario general de la CGT Antonio Caló, diputados nacionales y dirigentes sindicales.
Gdansky  está abiertamente enfrentado a Fernando Espinoza y suele artillarlo con duras críticas, sabiendo de sus intenciones de postularse a la Gobernación de Buenos Aires. También, como prueba de su rechazo al jefe comunal, renunció a su cargo en el PJ local y a los pocos días anunció que iría por la intendencia. La idea es cruzarse en las Primarias con el alfil del hoy sciolista Espinoza, que podrían ser el senador Daniel Barrera o la diputada Verónica Magario.
En la contienda de pago chico, el  jefe comunal no se achicó y le respondió : “Que se presente Gdansky, así le ganamos 99 a 1″.
PUSO UNA FICHA
No obstante, Espinoza logró hablar en el acto en el Club Huracán y puntualizó que “les damos la bienvenida a todos los que hoy nos visitan en La Matanza. Y permítanme recordar que cuando a Néstor Kirchner nadie le abría las puertas, fue La Matanza la primera en recibirlo”. Lo que hizo Espinoza fue aclarar que el PJ  nombra a Néstor y Cristina, en respuesta a las críticas de Mussi y Randazzo, entre otros, después del encuentro platense.
“Los peronistas -continuó el jefe comunal de La Matanza- sabemos para dónde vamos y donde estamos y donde tenemos que estar, que hoy es incondicionalmente detrás de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner”, ratificó. También fue punzante contra los fondos especulativos, arguyendo que “a los buitres de afuera y de adentro no le vamos a permitir, desde este mojón peronista que es La Matanza, va a ser tronar el escarmiento con todos los sectores unidos del peronismo”.
Con el traje de candidato y con vistas a las elecciones del 2015, el Intendente del mayor distrito del país sostuvo que “cuatrocientos noventa y dos mil votos aportó La Matanza para el triunfo de nuestra Presidenta, por eso vamos por más, más trabajo, más educación y más viviendas”, y finalizo con una arenga, “el peronismo de la Provincia está en marcha con la unidad de todos los sectores y nadie lo va a poder parar”.
Pero por el lado de Balcarce 50 hay otros planes electorales. Eduardo Wado De Pedro, una de las primeras espadas de Máximo Kirchner y vocero de La Cámpora dijo hace pocos días de manera contundente que: “El candidato debe ser lo más parecido posible a Cristina Kirchner”, algo que en la residencia de la calle 6 en La Plata retumbó como un rompeportones.
SALEN CON TODO
Es más que evidente, que con la señal de luz verde, el ministro Florencio Randazzo salió a la cancha con gigantografías que afirman que “el desafío es seguir transformando”. Están ensambladas con llamativas fotos de Cristina y suyas, algo que se supone  sólo puede habilitar la Presidenta.Otro de los que se sumó al operativo empapelamiento fue Julián Domínguez, reelecto presidente de la Cámara de Diputados. También usó el mismo recurso de la foto compartida y proclamándose “el futuro del proyecto nacional”.
Además, el gobernador entrerriano Sergio Urribarri, amplió la apuesta ultra K Y ratificó que no se baja de su  candidatura .Recibió por ello, como gesto de buena voluntad de la Presidenta, la designación de Paraná como sede de la reunión del Mercosur que se hará en quince días.
Lo que irrita en la Casa Rosada son las tibias desmarcacionesde Scioli. que los hace imaginar traiciones inminentes y olvidar lealtades que quedaron escritas a fuego en la década.
El último gesto de molestia en la Rosada, derivó en el despido del secretario de la Unidad Presidencial Rafael Follonier. Se trata de un hombre que trabajó muchos años para los Kirchner en el armado de los lazos latinoamericanos y un funcionario con mucha llegada a los presidentes Hugo Chávez, José Mugica, Michelle Bachelet, Evo Morales y Rafael Correa, entre otros. El malestar de Cristina se vincula con que Follonier se convirtió en un puente entre Scioli y Bachelet y logró una foto del gobernador con Tabaré Vázquez, antes de que éstos se reúnan con la Presidenta.
EL LIBRO DE LA DISCORDIA
Otro hecho que no cayó bien, fue la movida encubierta de posicionamiento con miras al 2015, que se observó durante la presentación del libro autobiográfico de Scioli. Fue en pleno barrio del Abasto, donde se presentó un compendio de fotos de su vida personal, deportiva y política, cuyo único texto son los epígrafes que ayudó a confeccionar.Con 312 páginas, lleva el largo y sugerente título de campaña “Mil imágenes, testimonios, un hombre, un sueño: La Gran Argentina”. A 25 años del accidente en lancha, el ex motonauta apeló a un discurso sin voltaje partidario, que apuntó narrar su vida de novela. “Volví a correr con un brazo menos, pero con más corazón”, lanzó.
El cóctel juntó, fiel a su estilo, una platea heterogénea. “Estamos acá porque nos sentimos seguras”, comentó irónica Teté Coustarot. La miraba Alejandro Granados, ocasional custodio con pose de sheriff, único hombre en la mesa que coparon colegas de la modelo, como Teresa Garbesi. También se obsevó al empresario de medios Daniel Hadad, el fiscal Carlos Stornelli  y Mario Montoto, ex secretario de Mario Firmenich y próspero hombre de negocios vinculados a la venta de productos y servicios bélicos. Frente al escenario, se ubicó además Joaquín Galán, de Pimpinela, el productor Claudio Villarroel y Matías Garfunkel, socio de Sergio Szpolski en su grupo de medios, acompañado por su esposa, Victoria Vanucci. También estuvieron Gerardo Werthein (Telecom) y el empresario marplatense Florencio Aldrey Iglesias.

UN MANUAL CLAVE
Más allá de la asistencia perfecta de su gabinete, también hubo una comitiva política, en la que estaban su operador en las provincias, Eduardo Camaño, y uno de los enlaces con los intendentes bonaerenses, Franco La Porta. La tertulia sumó a los sindicalistas Omar Plaini (canillitas) y Carlos Quintana (UPCN), junto a un pelotón de jefes comunales del interior, cercanos a la ola naranja, como Gustavo Pulti (Mar del Plata), Aldo Carosi (Baradero), Cristian Popovich (Madariaga), Marcelo Racciatti (Lezama), Juan Caros Pellita (Lamadrid), Néstor Alvarez (Guaminí), Juan Delfino (Suipacha) y Gustavo Trankels (Tornquist), entre otros.La cuota kirchnerista la aportaron el director de la Anses, Diego Bossio, que llegó sobre el final.
La cuestión es que a Scioli no le dejan pasar una y no  se la van a hacer fácil. Como es público y notorio, el kirchnerismo puro está en combate para estirar el tiempo. Tratan de llevar hasta el último minuto la nominación de Scioli como candidato. Temen que una consagración anticipada le pueda hacer creer que ya no tiene necesidad de hacer tanta buena letra. Un importante cacique del Conurbano, que peina canas en la lucha partidaria señaló que “el manual del buen candidato reclama lealtad y obediencia siete días a la semana. Así se puede llegar al cielo. Nosotros observamos desde afuera y esperamos que la bandera de largada la baje Cristina. Antes, no vamos a poner las fichas para nadie”.

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