lunes, 22 de diciembre de 2014

El Manual del Poder K y una interna a palos que fortalece


Por Jorge Joury
 En el Frente Para la Victoria hay siete anotados que quieren timonear los rumbos de la Argentina desde diciembre del 2015. Ninguno de ellos tiene todavía la bendición de Cristina. Son demasiadas  plazas para una interna. Pero habla bien de una cantera con figuras de experiencia en la gestión. No obstante,  se especula con que pronto la lista comenzará a reducirse. Hoy por lo que marcan las encuestas y pese a que su relación con la casa Rosada no pasa por el mejor momento, el  gobernador bonaerense Daniel Scioli corre con cierta ventaja sobre el resto. Sin embargo, lo traiciona su ansiedad. Cada vez que intenta picar en punta, le hacen sentir el rigor. Desde Balcarce 50 sostienen que ” tiene que bajar un cambio. Cristina quiere que compitan todos con las mismas chances y que llegue el mejor. Una buena interna le hace bien al FPV y sirve para luego armar los alineamientos sin discusión. En definitiva, todos terminarán poniendo sus fuerzas detrás del que se imponga. “Es el ABC del peronismo. El que gana conduce y los demás acompañan”, reveló la fuente. El elegido para marcarle la cancha al ex motonauta, es el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, el maquinista predilecto del riñón K. Uno de los que más gestión positiva puede mostrar a la luz de cómo transformó el servicio. Es el más respetado en los cuarteles naranja, aunque creen que “Daniel le ganaría por más de 10 puntos en una interna”. A lo que temen, es que la interna se torne demasiado hostil y que la sangre llegue al rìo. En la misma dirección se hizo un análisis en la última reunión del PJ  en la calle Matheu. Comentan que Carlos Kunkel fue el que mandó el alerta y pidió bajar el tono de la confrontación interna, para que no haya que auxiliar heridos. Cristina, en cambio, apuesta a un debate saludable, pero quiere que todos transpiren la camiseta y pongan al partido en el centro de la escena.  De sus directivas se desprende que el barco es el mismo para todos y que el desafío principal no está en agosto en las PASO, sino en la general de octubre. Por eso lo mandó a Randazzo en las últimas horas a sacarse una foto con Scioli en San Vicente, durante la rehabilitación del subtramo 2 de la ruta provincial Nº 6, en un acto al que asistió también el  Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.”Cuando hay que mostrar obras, los quiero a todos juntos”, habría dicho la mandataria.
 PASOS ESTRATEGICOS
La jefa de Estado sabe que falta un año para entregar el gobierno, sea a propios o extraños. Conoce la potencia que tiene la palabra “cambio” en determinadas ocasiones de la historia. Tomó nota de que le queda por delante un período que sus colegas suelen temer. Son los meses en que los dirigentes y la sociedad comienzan a mirar el futuro con más interés que la actualidad. La Presidenta en ese aspecto cuenta con viento a favor. Arranca ese tramo con una dosis considerable de poder. Ha esquivado con pericia el síndrome del “pato rengo”, que afecta a los mandatarios que no tienen reelección. Hasta la propia oposición le reconoce que conservó la iniciativa política en casi todo su mandato. Será por ello que ensayará una nueva estrategia, también en el plano económico, para revertir el malhumor social provocado por la inflación.
Algunos economistas coinciden en que CFK apostará en los próximos meses a mantener anclado el dólar, a la luz de la desaceleración que viene experimentando la inflación. El atraso cambiario hará que el precio de la divisa norteamericana aumente a un ritmo menor al que suben precios y salarios. Por carácter transitivo, se despertará la euforia consumista de cara a las elecciones, algo que el oficialismo añora para captar el voto bolsillo.  Hay quienes se entusiasman con la perspectiva de que si  a ello se le agrega más gasto con obra pública y el Gobierno toma deuda en el mercado internacional, la economía despegará de la zona de recesión.
 EL DETONANTE
En lo que tiene que ver con la pirotecnia partidaria, es parte de la liturgia peronista. El que más manifestó su enojo contra Scioli, fue el intendente de Berazategui, Juan Patricio Mussi, hombre del riñón K y precandidato a la Gobernación. Fue el primero en tirarse a la pileta, después del sábado 29 en La Plata, al observar que uno de sus competidores, Fernando Espinoza, titular del PJ bonaerense, intentó teñir de naranja la reunión partidaria. Los tuist de Mussi fueron los que transparentaron la interna subterránea.“No me sentí representado por ninguno de los oradores”, publicó en las redes sociales el joven jefe comunal. “No me gusta que en un acto peronista no se haya nombrado a Néstor y Cristina”, agregó. Al día siguiente, en una entrevista, fue más allá: “El encuentro se transformó en un acto de campaña de dos candidatos” en el que “mientras hay un embate contra la Presidenta, el PJ se junta y no dice nada”.
Randazzo en cambio, encaró como una locomotora: “Un acto que se dice peronista sin un claro y contundente respaldo a Néstor y Cristina es un acto vacío de contenido”. Además habló de ir hacia “un peronismo comprometido en defensa de lo que se ha logrado en los últimos diez años” para evitar volver a “etapas en las que en nombre del peronismo se han tomado decisiones en contra de la mayoría del pueblo”. Y como golpe de gracia, nacionalizó la tarjeta SUBE para anotarse un poroto.

QUIEN DA MAS
Urribarri también lo cruzó duro a Scioli, luego de que el gobernador bonaerense se manifestara a favor de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner sea candidata a diputada del Parlasur el año próximo. “Dejen en paz a la Presidenta. En vez de buscarle destinos a través de los medios, dedíquense a defenderla de los intentos de desestabilización y a apoyarla gobernando”, criticó el entrerriano.
“Perón se hubiera frotado las manos. Decía que cuando hay muchas peleas internas en el peronismo,”es porque nos estamos reproduciendo”, recordó uno de los denominados barones del conurbano, que se inclinó porque Scioli baje un cambio y espere los tiempos necesarios. “Todos los muchachos deben tener su oportunidad, señaló la Presidenta. Y después, sobre el que gane iremos todos juntos a lograr una victoria en primera vuelta”, aclaró.
Desde La Plata tratan de bajar la fiebre. Sus primeras espadas le aconsejaron al gobernador a que de aquí en más se muestre la gestión, sin hacer ninguna alusión a lo partidario, para no desatar más iras. “Daniel es el que más ha estado alineado con Néstor y Cristrina. Otros lo que buscan es posicionamiento, pero él viene demostrándolo día a día desde el primer momento del gobierno de Néstor. Hoy la garante de la unidad es Cristina y nadie puede ganar sin ella. No vamos a entrar en esos juegos porque no nos conviene. Daniel siempre se preocupó porque su lancha sea la mejor y no porque se hundan las otras”, comentaron desde el entorno del gobernador. Por el lado del Gobierno ven con buenos ojos que la campaña muestre un poco de picante, es un poco la esencia del peronismo. El objetivo es  mantener la atención puesta en la interna. La estimación que se hace en los despachos de la Rosada es que los espacios opositores llegarán a agosto con los candidatos definidos, por lo que la principal atracción de las elecciones primarias será develar el nombre del candidato oficialista. Sueñan con que la tapa del lunes se la lleve el candidato del FPV, quien en definitiva será el delfín de Cristina.
 PASARAN POR EL FILTRO
Para lograr que ese escenario tenga el fuego sagrado, las siete ofertas presidenciales del oficialismo seguramente después del verano quedarán reducidas a dos o tres. Un veterano de la “rosca” política confió que “no es una buena táctica ir con media docena de candidatos que saquen cada uno menos de diez puntos”. A lo que se apunta, es a una compulsa cerrada que atraiga a los votantes independientes. Además de definir un candidato, el objetivo para agosto es que el Frente para la Victoria sea el lema que más sufragios sume entre todos sus postulantes. Desde el estado mayor sciolista también hacen una lectura positiva de la contienda. Creen que si se debate sin golpes bajos, pueden crecer todos los postulantes, “lo que ayudará a ganar en octubre. Hoy el FPV es el espacio más rico en propuestas y la gran mayoría de sus candidatos son hombres que ya han demostrado experiencia en la gestión. En las PASO hablarán las urnas y luego Cristina bendecirá al elegido”, confían.
En el análisis de los politólogos, Scioli es el mejor candidato con el que hoy cuenta el oficialismo para superar, no sólo la interna del Frente para la Victoria sino para competir con chances en las elecciones generales de octubre del próximo año. Cualquiera de los otros candidatos K, si Cristina Fernández los ungiera, podrían hasta superar airosos las PASO, pero dejarían un eventual balotaje servido a los opositores Mauricio Macri y Sergio Massa. La teoría de los tres tercios funciona entre Scioli, Macri y Massa, no con otros nombres.
No obstante lo que hace la Presidenta, es ir a los genes del justicialismo. Aplica la letra fina del  Manual del Poder:  nunca hay que designar anticipadamente al “elegido” para la sucesión porque, a partir de ese momento, los actores mirarán hacia el heredero y el monarca, automáticamente, perderá cualquier margen de acción. El peronismo ortodoxo, gobernadores, intendentes, legisladores, respaldan, algunos públicamente y la mayoría en privado, la candidatura de Scioli. No hay amores ni cuestiones ideológicas de por medio, sino el pragmatismo que ha convertido al peronismo en el único partido omnipresente a través del tiempo. “Scioli es el que más mide. Así de sencillo”, recita un viejo dirigente peronista del interior. Ese pejotismo ortodoxo no quiere perder lo que tiene. Del otro lado del mostrador, el kirchnerismo tampoco quiere dejar el Estado, las bancas y los cargos que hoy ostentan, entregándole la llave a Scioli gratuitamente. Tendrá su costo y será CFK quien le ponga el moño.
Aseguran que la estrategia presidencial es  dejar que se habra el juego y luego acomodar las cartas para que la apuesta sea a ganador. El dispositivo K alienta la postura explícita de que “hay una única jefa”, que es Cristina. Por esa condición o viceversa, quieren que sea “la gran electora”. Será ella la que intervendrá a partir de marzo, para ordenar el tablero oficial, dará los lugares y destinos a los que se lanzaron, varios por cuenta propia, a soñar con una candidatura de utilería.
Los observadores imaginan que alguna señal puede surgir en el acto del próximo sábado en Plaza de Mayo donde los caciques el conurbano buscarán reeditar otro histórico 17 de octubre. Esta vez será para defender a su jefa de lo que interpretan como una ofensiva judicial para proscribirla y sacarla de la escena. Sólo es el comienzo de la película que suele proyectar el peronismo, para demostrar que está vivo. El próximo capítulo será en las PASO y el final se verá en  las urnas.

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