viernes, 17 de abril de 2015

Con Insaurralde y tambores de guerra ya están los once para la gobernación


Por Jorge Joury
Nadie ahora  podrá en duda que la cantera del justicialísmo es rica en dirigentes y que la mayoría vienen de la gestión. Como un equipo de fútbol,  ya son once los que saldrán a la cancha para defender los colores del Frente Para la Victoria, ilusionados con llegar al sillón que dejará vacante Daniel Scioli. Todos quieren manejar la provincia más importante del país, que más allá de sus recursos económicos, es de un enorme peso político. Tiene el 40 % del padrón nacional e históricamente inclinó la balanza de una elección. El abanico está conformado por Cristinistas, sciolistas, peronistas clásicos y hasta progresistas sin vínculo con el PJ. La mayoría seguramente quedarán en el camino y serán dos fórmulas, las que mejor midan, las que llegarán a la recta final camino a las PASO.
El último en subirse al colectivo del oficialismo que va a la ciudad de las diagonales, fue el mediático y resistido, Martín Insaurralde, que convirtió al espacio en un volcán erupción. Provocó las iras del cristinismo puro, cuyos dirigentes lo acusaron de  traidor y de haberse cagado en todo el mundo y colocó a Scioli, que celebró la llegada como una conquista personal, en una difícil posición. El gobernador intuye que en medio de su luna de miel con la Rosada, algunas balas le picarán cerca. No es para menos, el lomense coqueteó con Massa hasta último momento. Pero cuando percibió olor a cala y observó que el tigrense se quedaba tercero en las encuestas, dio un golpe de timón y se abrazó sciolismo.
El nombre del diputado que renunció para volver a la intendencia de Lomas de Zamora se sumó a la larga lista que ya integran el secretario de Seguridad, Sergio Berni; el titular de la Anses, Diego Bossio; el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza; el viceministro de Desarrollo Social, Carlos Castagneto; el intendente de Berazategui, Patricio Mussi, y el presidente del Grupo Provincia, Santiago Montoya y el vicegobernador Gabriel Mariotto. Pero allí no se agota la rica cantera del FPV. Aunque todavía no salieon oficialmente al ruedo, dos nombres más suenan con insistencia para sumarse a la competencia. Ellos son el referente del Movimiento Evita Fernando “Chino” Navarro y el líder de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella, ex hombre del PC y del Frente Grande, que en su momento fue intendente de Morón.
Hace horas, Navarro anticipó que es “casi seguro” que se postulará. Sabbatella no hizo declaración alguna, pero los dichos de algunos de sus compañeros y el hecho de que haya aparecido en el podio de la interna kirchnerista en una reciente encuesta, dan a entender de que podría ser de la partida en las próximas semanas.
En intención de votos, aunque algo devaluado, el pelotón lo encabeza Insaurralde, cuyo lanzamiento puso la interna al rojo vivo y encolerizó a diversos sectores del FPV que lo trataron de “traidor y oportunista”. El propio jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, comparó al intendente de Lomas de Zamora con una “vedette” y disparó que le molesta que haya “despreciado” a sus compañeros de partido cuando coqueteó con dar el salto al massismo. “Se cagó literalmente en todo el mundo” cuando se trabajó en la provincia para hacerlo conocer”, y manifestó un “esquema de vedetismo” según el cual “él es más importante que el peronismo”.
En las últimas horas, gran parte de sus eventuales competidores se unieron al coro de críticas, bajo la dirección de la Casa Rosada. Disparon misiles dialécticos de extrema dureza que podrían traerle un dolor de cabeza al propio Scioli, a quien Insaurralde se subordinó manifestando que su gestión será una copia mejorada de la del actual gobernador. El coqueteo con el massismo, que le ganó en el 2013, le valió el veto K…y una caída en su imagen luego de encabezar todos los sondeos. Mientras en sus pagos recriminan que los golpes que recibe esconden un temor encuesteril, en el oficialismo juran que la bronca es meramente ideológica.
El malón de candidatos del FPV es una suerte de danza con lobos, donde se entrecruzan egos y ambiciones. Insaurralde, el señor MI, hoy es el centro de todas las furias por su pasado de devaneos massistas. Pero, más que nada, la molestia general es porque está en el top de los que mejor miden. En el frente partidario se comenta que con Mariotto se desprecian, Domínguez  lo ninguneó cuando aterrizó en el Congreso y Bossio lo sacude cuando puede. Fué el que le dijo hace horas que “se mareó en El Bailando”. Espinoza. a quien Insaurralde apoda “Cacho Rubio”, también está de punta  con el lomense. Le queda el Chino Navarro, también hombre de Lomas, con quien pactó una convivencia en su propio territorio.
Una de las señales que más molestó al oficialismo  es que el  único que respaldó la decisión de Insaurralde fue Scioli; incluso, su esposa, Karina Rabolini, se mostró con su esposa, Jesica Cirio, el miércoles , por la tarde, en Lomas de Zamora. El gobernador quedó solo bancando a Insaurralde. En el kirchnerismo no le perdonan al lomense su comportamiento zigzagueante desde que fue el primer candidato a diputado del FpV hace dos años. “Por más ganas que tenga de ser gobernador, difícil que en la Casa Rosada se la dejen pasar”, comentaban en el gobierno nacional, donde además destacaban que, a diferencia de lo que sucedía hace algunos meses, hoy hay otros precandidatos en el espacio que miden igual o mejor.
En la grilla de postulantes, también se encuentran muy bien posicionados el recientemente desembarcado, Julián Domínguez ,el titular del ANSES, Diego Bossio, Sergio Berni y Fernando Espinoza. Otros,  como Patricio Mussi, también  se ilusionan con ser los elegidos de la Presidente por ser los más fieles defensores del modelo. Un caso similar es el de Santiago Montoya, que en lugar de la bendición  de Cristina Kirchner, espera la de Daniel Scioli.
Algunos dirigentes, en cambio, saben que tienen pocas posibilidades tanto de imponerse en las urnas como de ser los elegidos por el dedo presidencial. Su apuesta apunta más a representar a su sector en la discusión del kirchnerismo y ganar posiciones para el debate de lo que vendrá. Es el caso de Castagneto y el “Chino” Navarro, por ejemplo.
La situación de Sabbatella es quizá la más particular de todas. Hace cuatro años enfrentó a Daniel Scioli como candidato a gobernador bonaerense con la colectora de Nuevo Encuentro dentro del Frente para la Victoria. Ahora se halla ante la posibilidad de tener que compartir boleta con su candidatura presidencial. Pero la decisión parece tomada: la intención es que sus nombres no aparezcan juntos.
Julián Domínguez, es  uno de los mejor posicionados, tanto por antecedentes, ya que fue intendente de Chacabuco, ministro de Obras Públicas bonaerense, titular de la cartera de Agricultura de la Nación y integra la grilla de  hombres de mayor peso en la sucesión presidencial al ostentar el cargo de presidente de la Cámara de Diputados. Con la venia de Cristina dejó de lado su candidatura presidencial, con la orden expresa de conquistar el teritorio bonaerense. En poco tiempo es el candidato que más poder ha construído en los sectores gremiales y de la producción y se cree que terminará siendo el alfil de CFK. La historia podría culminar con él encabezando la lista a gobernador, acompañado presumiblemente por un hombre de la Tercera Sección Electoral. Suenan como posibles Patricio Mussi, intendente de Berazategui, hombre que cuenta con el apoyo del jefe de los intendentes, el alcalde de Varela, Julio Pereyra o el de Fernando Espinoza, el jefe comunal de La Matanza, el partido con mayor padrón electoral que define la elección en la Provincia.
Once son los nombres que se ilusionan con la gobernación. Todos tendrán que bailar y remar fuerte en medio de un torbellino de intrigas. Saben que con el correr de las semanas, llegará la depuración y varios quedarán por el camino. No obstante, aunque hoy resulta improbable, no hay que cerrar la nómina. Hay tiempo para sorpresas. No sea cosa que a último momento tengan que correrse todos, ante la posibilidad de que llegue una nueva jugadora y Cristina termine siendo la candidata a gobernadora.  En el peronismo, nunca se sabe.

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