viernes, 17 de abril de 2015

Un primer PASO contundente, con heridos y papelón de las encuestas


Por Jorge Joury – Más allá del mazazo politico tanto para el PRO, como para el FR en las PASO salteñas, quedaron en el tintero muchas otras historias, algunas con proyección de futuro.

Las encuestadoras también se ubicaron del lado de los grandes perdedores. Fue lo primero que explotó, ni bien Juan Manuel Urtubey picó en punta y en poco tiempo, mediante el voto electrónico, demostró que era inalcanzable. En la previa varios sondeos coincidían en que había una paridad total entre los candidatos más fuertes. Es más, algunos analistas observaban un escenario de “empate técnico”; entre ellos la medidora de opinión  ICQ. Y otros, como Datamática, destacaban  una victoria “sufrida” o por “escaso margen” de apenas un punto del dirigente que finalmente se impuso. Pero la realidad marcó algo totalmente opuesto.
La mayoría  de los vaticinios fueron a parar al canasto, después de que el escrutinio final arrojara que el líder salteño que representó al Frente Justicialista Para la Victoria obtuvo un 47 por ciento de los votos, un número que le alcanzó para superar ampliamente los 33 puntos del senador nacional Julio Romero, que contaba con el apoyo del Frente Renovador y del PRO.
Una muestra palpable de que el triunfo  de Urtubey estaba entre signos de interrogación, es que los principales dirigentes del Frente para la Victoria que lo apoyaron, como Scioi y Randazzo,llegaron a Salta recién cuando tuvieron “garantías” de que la victoria era un hecho. Pero más allá de los números que catapultaron a Urtubey a soñar con otro período, Romero difícilmente pueda remontar esa diferencia en 32 días. La elección destapó además una olla de tensión entre massistas y macristas que en las últimas horas buscaban respuesta a tan mala perfomance y se echaban culpas unos a otros.
Massa jugó sus fichas a la fórmula perdedora de Romero. Mientras Macri, mostrando sus debilidades territoriales se comprometió en una candidatura a la intendencia de Salta y no tuvo aspirante al ejecutivo provincial.
No obstante, no se puede asegurar con certeza de que este triunfo del PJ/FPV determine el futuro de las elecciones restantes, pero es una enorme bocada de aire fresco para el oficialismo que se golpea el pecho pensando en octubre.
Constituye una afirmación de la vigencia del kichnerismo y el comienzo de la desmentida del fin de ciclo que anunciaban algunos agoreros. Dentro de la heterogeneidad de nuestro país, Salta, como otras provincias, pertenece al grupo de territorios sociológicamente tradicionales, con una fuerte impronta conservadora. Hay que reconocerle a la gestión Urtubey  haber luchado reformando y obligado a conciliar pensamientos nuevos con tradiciones patriarcales. El viejo peronismo también se enquistó en dichos anacronismos y Romero es uno de los sobrevivientes del menemismo.
La mayoria de los votos de Urtubey, llegaron desde la Salta profunda, provenientes de los sectores más humildes. Son resultados que se explican en la buena gestión del Ejecutivo local con un trabajo de campo muy comprometido en lo social. Contribuyó además la  imagen de la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, que en toda la región supera al promedio nacional. Estos factores consolidaron el posicionamiento del gobernador, al que los salteños le renovaron sus esperanzas de igualdad y progreso. Uno de los más entusiastas por el triunfo de Urtubey fue Scioli, quien en las últimas horas manifestó que “lo que se ha expresado en Salta es a lo que siento que vamos también camino a nivel nacional. Vamos camino a que el pueblo argentino vote en el mismo sentido: lo confiable, lo superador”, sostuvo.
Pero en las alquimias de lo que dejó Salta en el plano electoral, hay que decir que las ambulancias  se quedaron sin llevarse  a Massa y a Macri, que nunca aterrizaron sus aviones ante la falta de festejos. El líder de Frente Renovador  debió conformarse con un triunfo más chico, la intendencia. Su candidato, Gustavo Sánz, le ganó la interna al postulande de Macri, Guillermo Durand Cornejo. Para que se entienda, ambos iban pegados en la boleta Romero-Olmedo. El macrismo, que aunque jugó menos, perdió todo. Comentan que el ministro de Educación, Esteban Bulrrich y el ex senador nacional Pablo Walte,  fueron los que más reproches recibieron en el estado mayor amarillo. “Le vendieron a Macri sondeos de que ganaba la interna y se quedó afuera”, revelaron fuentes confiables. Pero además, financiaron gran parte de la campaña , de allí la furia del líder PRO. El consuelo para Macri es que al menos se despegó de Romero.
Pero atención, las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias de Salta son los primeros comicios provinciales del año y el domingo siguiente, el 19, será el turno en Santa Fe y Mendoza, territorios que no le son favorables al oficialismo. Habrá que esperar las fotos del lunes.

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