viernes, 17 de abril de 2015

Los sueños de Urtubey y Scioli en medio de un abril súper caliente


Por Jorge Joury
En los rincones de la gobernación se murmura con insistencia, que en su viaje de regreso de Salta, Daniel Scioli compró un deseo de máxima : que su compañero de fórmula sea Juan Manuel Urtubey. Nada más ni nada menos, que el hombre que con casi el 50% de los votos en las elecciones primarias se eyectó hacia el planeta de los presidenciales. Scioli lo considera dentro de su mismo molde político en la interna kichnerísta. Sabe de su sensibilidad por los más humildes, lo que le ayudó a traccionar la mayoría de votos de la Salta profunda. Pero tendrá que pelear con el ministro del Interior Florencio Randazzo y el gobernador de Entre Rios, Sergio Uribarri, dos de los que se pisaban para salir también en la foto a la hora de festejar. Aunque se abraza a los postulados del kirchnerismo, Urtubey tiene vasos comunicantes con el perfil de Scioli. Es abierto al armado electoral. No se ubica en el cuadro de los más duros. Y se distingue por ser dialoguista y no confrontativo.
El kirchnerismo de paladar negro no considera a Urtubey como integrante del riñón. Pero no lo torean y la relación es armoniosa.  Scioli lo sabe y cree que es un punto a favor en la búsqueda de un compañero de fórmula. Pero entiende que la última palabra la tiene Cristina. A diferencia del ex motonauta, Urtubey no necesita del Gobierno Nacional en su gestión, por lo que la independencia del salteño en el decidir del día a día, es mayor. No es un delegado de la Casa Rosada, no cree en los personalísmos y se califica “peronista”.
No obstante, Scioli tiene en claro que la presidenta puso su mirada en los despachos de Kicillof y “Wado” de Pedro, como sus futuros acompañantes. Deberá tragar saliva y esperar. En Salta ya se notificaron de los deseos de Scioli, pero señalan que Urtubey hoy está focalizado en las elecciones generales.”Después de mayo vemos”. murmuran por lo bajo y abren el juego: “nosotros hablamos con todos”.
Urtubey, a los 45 años tiene ganas de esperar la proxima horneada. Es uno de los gobernadores más jóvenes del país y aseguran que si algo lo caracteriza, es la paciencia. Tiene sus ojos clavados en el  2019 y difícilmente se aparte de ese objetivo. Compartir una fórmula sería asumir un riesgo que por ahora no quiere tomar, aseguran sus alfiles.
Además, realmente no quiere gobernar Salta por tercera vez consecutiva. Parece insólito plantearlo así, pero el joven mandatario se presentó como candidato a la re-reelección porque percibió como una amenaza el retorno de Juan Carlos Romero a la Gobernación. En su visión de la política, el senador del Peronismo Federal representa al “poder económico” y por eso hay que bloquearle el control de las instituciones para que la provincia se desarrolle. Urtubey entendió que el pueblo salteño no quería volver al pasado y se convirtió en una suerte de Güemes.
“Lo que va a pasar acá es como lo que sucedió en Irak cuando voltearon la estatua de Sadam Husein. Ese será el efecto simbólico de la derrota de Romero. La gente dará vuelta la página y a otra cosa”, había comentado Urtubey la noche anterior a la elecciones, en la que lució muy relajado y convencido de que ganaría por más de 12 puntos, como finalmente ocurrió. Por ende, su liderazgo quedó ratificado pero su jugada fue pensada en términos defensivos.
De esa manera se entiende que sus primeras declaraciones tras la victoria electoral, realizadas en el Hotel Provincial de la capital salteña, Urtubey anticipó que será candidato a presidente en 2019 y negó la posibilidad de ser compañero de fórmula de alguno de los precandidatos oficialistas a suceder a Cristina Kirchner. Así, avisó que buscará proyectarse a nivel nacional, como parte de una estrategia que debió postergar ahora para enfrentar y derrotar a Romero.
En el plano nacional, Urtubey dejó en claro que acata la conducción política de Cristina Kirchner, pero también dijo que apoyará al candidato que lleve el Frente para la Victoria, pese a que ninguno de ellos lo entusiasma demasiado. “¡Vieron cómo somos los peronistas, en medio año nos damos manija y tenemos un nuevo líder!”, afirmó entre risas el gobernador salteño. De acuerdo a Urtubey, la Presidenta sigue teniendo una buena imagen en Salta, mientras que sus comprovincianos van proyectando el recambio en la figura de Daniel Scioli.
Mientras tanto, en el sciolìsmo analizan que más allá del buen arranque salteño,  la situación electoral no da por ahora para descorchar champám, por más que la imagen de Cristina supera el 46%, segun las últimas encuestas. Salta es solo una foto. Es la primera de cinco elecciones: cuatro PASO y una general que se harán en tres fines de semana. Alli en las próximas cuatro, el oficialismo deberá hacer fente a un camino espinoso y todo apunta a  que por lo menos algunos de esos festejos le toquen a la oposiciòn.
La brújula marca que el domingo que viene habrá PASO por partida doble. En Mendoza será con tres postulantes peronistas: el senador Adolfo Bermejo, el diputado Guillermo Carmona y Matías Roby, frente al radical Alfredo Cornejo, que viene con el respaldo de Macri y Massa. Y en Santa Fé la pelea principal se dará entre el radical Mario Barletta y el socialista Miguel Lifschitz, por un lado y por el otro, el que se subirá al escenario a confrontarlos es el cómico Miguel Del Sel, uno de los centuriones macrista. Todos ellos aparecen por delante en las encuestas de Omar Perotti -candidato del FPV- y de Eduardo Buzzi y Oscar “Cachi” Martínez, en la interna del massismo.
Finalmente, el domingo 26 se levantará el telón en la PASO porteña, donde la pelea del PRO promete ser la prinicipal y  round a round, entre Gabriela Michetti y Horario Rodrìguez Larreta, dos pesos pesados amarillos. Todo augura que Macri tendrá allí un festejo seguro, ya que el resto de las internas quedan para un segundo plano. Pero el riesgo es un triunfo de la diputada que lo dejaría mal parado y debiltaría su iderazgo, ya que el actual jefe de Gobierno puso todas las fichas en Larreta.
Pero allí no termina la historia. Ese mismo domingo, habrá elecciones generales en Neuquén –la primera del año-, donde no hubo primarias. En ese territorio, el candidato del Movimiento Popular Neuquino (MPN, en el poder desde 1963), Omar Gutiérrez, enfrentará al radical Omar “Pechi” Quiroga (aliado de Macri) y el kirchnerista Ramón Rioseco.Según las encuestas, en por lo menos dos de los cuatro escenarios que hemos mencionado, se auguran seguros triunfos opositores. Y entonces serían otros los que podrían mostrar las fotos de las victorias de sus candidatos. Después de este súper abril, todos serán mojones de cara a las PASO de agosto y las elecciones generales de octubre. ¡Hagan juego, señores!.

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