Por Jorge Joury
Llegó la cuarta jugadora y el tablero electoral para octubre, comienza a tomar forma. Margarita Stolbizer lanzó su precandidatura presidencial en las últimas horas apuntando hacia dos frentes. El primero, es tratar de captar al espacio del electorado que considera que puede seducir tras el acuerdo UCR-PRO. En esa franja están los radicales que quedaron heridos o decepcionados ideológicamente de la Convención de Gualeguaychú y que consideran que aliarse con Macri es como tratar de mezclar el agua con el aceite.
Margarita apuntará además a una franja que abunda más en las clases medias de las grandes ciudades, que se autodefine progresista, filo radical y antiperonista. Por eso no resultó extraño a los oídos de los analistas políticos, que en el discurso que dio la diputada hayan sido más frecuentes y más duras las críticas apuntadas a Mauricio Macri, que a Daniel Scioli o al gobierno nacional, a quienes también les dedicó párrafos.
Su adversario porteño disputa en un segmento similar al que la postulante del FAP envió buena parte de sus palabras. Además, Stolbizer saldrá a cooptarle votos a Sergio Massa, principalmente en su base bonaerense. Tiene los números que hoy ubican al líder del FR en el tercer lugar en las encuestas y ese dato la antusiasma. Intuye que allí existe un nicho del electorado que sospecha que el tigrense es “más de lo mismo”, a pesar de haber mostrado sus disidencias con el kirchnerísmo.
También la jefa del GEN intentará seducir a una brecha del electorado que hoy no está representado por los candidatos que más miden en las encuestas. “Venimos a ocupar el espacio que quedó vacante con la autodestrucción de UNEN y que antes ocuparon el Frepaso, el ARI, el Partido Intransigente”, explicó la flamante candidata. Entonces y durante el acto advirtió que el nuevo espacio no es “una ambulancia”. Aspira a convencer a los desencantados con la UCR por la alianza con Macri y con el primer kirchnerismo.
Stolbizer mostró descarnadamente el perfil liberal del macrismo y además le endilgó por elevación la cuota más cruda de insensibilidad social, como para que no queden dudas de lo que se esconde detrás del paredón amarillo. Fue por eso que disparó: “En esta ciudad, Buenos Aires, que ocupa el puesto 13 entre las más ricas del mundo, hay una política que expulsa a las personas a vivir en las calles. Vemos cientos de ciudadanos viviendo debajo de las autopistas”, remarcó . “Los legisladores del PRO suelen cuestionar el gasto en publicidad el gobierno nacional. Hay que informarles que el Ejecutivo porteño, en relación a la cantidad de habitantes, gasta mucho más todavía”.
El acto de Stolbizer mostró una postal austera. Se realizó en el Garage Argentino y la líder del GEN estuvo sentada en primera fila mientras hablaba la presentadora. Se mostró junto a Hermes Binner, quien le pasó la posta al bajar su propia candidatura presidencial, y el gobernador de Santa Fe, el también socialista Antonio Bonfatti.
Luego, en el escenario, a pocos pasos de Stolbizer se ubicó el diputado Manuel Garrido (UCR). Fue quien mostró el respaldo radical más explícito. No obstante, en la primera fila estaban sus colegas de bancada Fabián Rogel y Héctor Cachi Gutiérrez, ambos cercanos a Julio Cobos, quien envió una señal de apoyo a través de una carta, al igual que Martín Lousteau.
Otro de los ejes que eligió Stolbizer, y que pareció un lineamiento de campaña, fue cuestionar las gestiones de dos de sus rivales en la carrera presidencial, Macri y Scioli. La diputada intentó colocarlos en la misma bolsa. Las caracterizó como “de derecha”. Sobre el gobierno bonaerense cuestionó que “ni siquiera se sabe cuánta pobreza hay. Ni el gobierno nacional, ni el provincial la quieren medir”, acotó. Más adelante, al criticar la proliferación del juego, aprovechó para ubicar a Macri y Scioli en el mismo sendero, al subrayar que ambos “hacen negocios con ese sector, que lo único que hace es generar pobreza”. La foto que cada tanto puso como ejemplo contrario a esas dos gestiones, fue la socialista en Santa Fé, aunque esquivó mencionar el avance del narcotráfico en la ciudad de Rosario, uno de los puntos flacos de esa gestión.
Los dardos disparados hacia el cristinismo, estuvieron focalizados principalmente en el vicepresidente, Amado Boudou, y en el jefe del Ejército, César Milani, supuestos ejemplos, para Stolbizer, de las contradicciones del “seudo progresismo”, modo que eligió para caracterizar al kirchnerismo.
La líder del GEN también realizó una autocritica del proceso de conformación del Frente Amplio Unen (FAU), que nació en abril del año pasado y terminó hecho añicos. “Tenemos que hacernos cargo de que nos equivocamos”, sostuvo.
En los discursos que precedieron al de la diputado se destacó el Bonfatti. Señaló que el del FAP “es un espacio que reivindica con orgullo a la política y a las ideologías”, tratando él también de diferenciarse del PRO, principal rival del socialismo en Santa Fe.
Los primeros oradores definieron el nombre del flamante espacio: “Progresistas”. Por los radicales descontentos, habló el diputado Manuel Garrido (UCR) y dijo sin vueltas: “Muchos correligionarios estarán contentos con esta posibilidad”. En el escenario también estuvieron la intelectual Beatriz Sarlo y el artista Jairo, histórico del radicalismo. La diputada Victoria Donda dejó a su beba en manos de su marido, Pablo Marchetti y subió con críticas a La Cámpora.
El encargado de presentar a Stolbizer fue Binner, quien bajó su precandidatura en marzo. El ex gobernador levantó el brazo de la precandidata como si ya la proclamara ganadora. Al grito de Marga, Marga… la diputada nacional se llevó muchos aplausos cuando apuntó a la fractura de Frente Amplio UNEN. Los tildó de “arribistas que entregan sus banderas históricas” y se refirió además a los que “dan dos vueltas mortales para sumarse a otra lista que les garantiza un lugar”. En ese paquete entraron muchos, pero principalmente creen que Stolbizer apuntó a la cabeza de Carrió, la principal ideóloga de la alianza con el PRO.
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