jueves, 30 de octubre de 2014

La paritaria municipal en un callejón sin salida


Por Jorge Joury
Todos reconocen que los municipales bonaerenses son un gremio poderoso. Lo componen, ni más ni menos, que  118 mil trabajadores y una larga historia de luchas. Pero la paritaria que reclaman, es una piedra en el zapato para la mayoría de los intendentes. No porque los alcaldes del PJ no quieran reconocer los derechos laborales, sino porque están casi con la soga al cuello con sus recursos. Lo que buscan es un punto intermedio que no haga tambalear sus presupuestos, de por sí deteriorados por el impacto de la inflación. Hoy los costos que deben afrontar para el mantenimiento de los servicios esenciales, suben día a día. La media sanción que tiene el proyecto del diputado Herán Doval, perteneciente al FPV,  también mantiene en vilo a más de un sector en el Senado bonaerense. Encima, sobre llovido, mojado. A los legisladores les ha caído el proyecto de Presupuesto 2015 que ha enviado Scioli. Son dos bombas de tiempo que habrá que desactivar en el corto plazo. Si es posible, antes de fin de año.
El massismo ya abrió el paraguas y prometió rechazar el proyecto. No obstante, los legisladores oficialistas buscan conciliar posiciones ante las presiones que ejerce la Federación Argentina de Intendentes, FAM, que ya avisó que lo que buscan es modificar el proyecto para que vuelva a Diputados. Y en el medio del sandwich, se encuentra el radicalismo que tiene 3 senadores propios, quienes se corrieron de la pulseada y propusieron dirimir la cuestión en el marco de una audiencia pública.
GANAR TIEMPO
Por lo que se comenta en los pasillos de la legislatura en La Plata, la jugada consistiría en convocar a intendentes y la representación gremial para noviembre. Sería una suerte de estrategia para dilatar la discusión hasta que pase el año. Se apunta a que se enfríen las posturas de ambos bandos, para obtener mayor racionalidad en el futuro reparto. Así se lo transmitieron a los intendentes, los legisladores de la UCR durante una reunión que mantuvieron para empezar a sentar posiciones en torno al Presupuesto 2015.
Los especialistas en la materia, que ya han sido consultados por varios jefes comunales, sostienen que los municipios radicales tienen “un poco más ordenado” las relaciones laborales con el sector municipal. Pero el inconveniente viene de las sedes del conurbano. Más aún con la cláusula que le pone un tope del 20 por ciento de contratados del total de la planta de trabajadores. El otro 80 deberá estar regularizado bajo el salario mínimo, vital y móvil. El clima que se vive en la zona metropolitana bonaerense entre los alcaldes, es de generalizada incertidumbre. Una de las causas es que en muchos municipios ha descendido la recaudación por los efectos inflacionarios y ello ha debilitado los ingresos. Y si además, ante la eventualidad de que se produjeran retrasos en el envío de los recursos coparticipables, más de un municipio quedaría al borde de la quiebra, comentó uno de los principales jefes territoriales.
“Queremos acordar y sabemos que es un derecho de los trabajadores. Pero hay que buscar un punto intermedio que haga viable la cuestión. De que vale el logro laboral con las actuales descompensaciones, si después no podemos afrontar a futuro el pago de salarios”, agregó otra de las fuentes consultadas.
HAY MAS EMPLEADOS
Otro dato a tener en cuenta es que en la mayoría de los distritos, el número de empleados comunales ha crecido demasiado, y la proporcionalidad entre el personal estatal y la población se ha reducido de modo sustancial. La consecuencia directa es que los trabajadores dependientes de los ejecutivos locales aparecen con los salarios más bajos de la administración pública, si se compara con los sueldos de Nación y Provincia. La equiparación significaría, empero, un cimbronazo imposible de afrontar para algunos distritos.
El tema, les quema a todos los protagonistas. Se presume que la presión sindical avanzará con el paso de los días. Los legisladores, en tanto, se encuentran en un callejón sin salida. Algunos sostienen que por lo pronto, el Senado recurriría al salomónico cambio del texto para volver a mandarle el compromiso a Diputados. “Ellos nos metieron en esto, ellos que nos saquen”, se le escuchó decir ante otros colegas a un senador del oficialismo que se niega a votar la ley así como está.
LA MIRADA DE SCIOLI
A todo esto, en  la Gobernación se sigue de cerca la situación. Aseguran que Scioli dio orden a sus legisladores a que busquen una salida que conforme a las partes. El mandatario no quiere que el tema haga olas. No quiere tener a los barones del conurbano intranquilos en esta última etapa que deberá transitar camino al sillón de Rivadavia. Necesita del  trabajo territorial de ellos para la cosecha de votos. Tampoco desea toparse con un conflicto gremial de consecuencias impensadas, más aún,  cuando se vuelve a agitar el fantasma de un fin de año con saqueos y alteraciones del orden público, tema que hemos abordado en otra de las columnas .
Lo cierto es que a Scioli le llevaron el chimento que el vicegobernador Gabriel  Mariotto se comprometió a sacar el proyecto ante el secretario general del gremio, Rubén “Cholito” García y el legislador Hernán Doval, autor del mismo. Los municipales tienen raíz combativa. Es el gremio donde se destacara por sus luchas reivindicatorias, el legendario Gerónimo Izzetta, un justicialista puro, de bigotes prominentes como los del socialista Alfredo Palacios.
UN VERDADERO CAUDILLO
Izzetta ejerció durante muchos años la conducción gremial con mano firme, desde la vieja sede de la avenida Mitre, en Avellaneda, epicentro de actos memorables del justicialísmo. Fue quien logró el  nacimiento de la nueva entidad, que  se produjo el 8 de noviembre de 1958, cuando se obtuvo la Personería Gremial, hecho que dio lugar a la celebración del “Día del Trabajador Municipal”.
Izzetta aquilató una historia rica en el peronismo. Sufrió la cárcel y el destierro. Fue diputado Nacional durante los años 1963 y 1966. Miembro de la Confederación General del Trabajo. Presidente del Congreso que consagró a José Ignacio Rucci Secretario General de la C.G.T. Y además, se constituyó en uno de los personajes más importantes que actuó por el retorno al país del General Perón, al que pudo visitar en España, durante el exilio de Puerta de Hierro. El golpe militar del 1976 no lo relegó en su accionar y en el año 1977 fue detenido nuevamente al gestarse el primer Paro Nacional contra la dictadura, denominado “de los 25”. En la cárcel, su salud comenzó a deteriorarse y fue trasladado más tarde a un centro sanitario. Pudo ver el regreso de la democracia continuando con su labor y con su ejemplo de sacrificio y austeridad. Al decir del propio general Perón: “Fue uno de los hombres más importantes del Peronismo” y  uno de los nexos durante su exilio con el Movimiento Obrero Organizado.
Tuve el privilegio de conocerlo. Cuando el Diario Popular instaló su sede periodística en Avellaneda, me entregó una distinción y nos dio la bienvenida con todo su afecto. Aún ante la crítica, se mostraba contemplativo. Decía que ayudaba a corregir acciones. Con él compartí largas charlas en el “Club de Pato Barracas al Sur”, casi pegado a las vías del Roca. Allí organizaba sus asados y hablaba con fervor de las viejas contiendas sindicales. Murió el 21 de julio de 1991, en una casa que sus propios compañeros de época le recomendaron e insistieron en que compre. Según me comentaron, fue el único bien material que le dejó a su familia. Eso lo marca como ejemplo.
LA JUGADA DE MARIOTTO
Teniendo en cuenta la historia de este gremio, los protagonistas de la actual negociación deberán ser cuidadosos en sus pasos. Sobre todo frente a las bengalas que lanzan los intendentes por la falta de recursos financieros. Los caciques del conurbano se enteraron de la promesa de Mariotto al sector sindical y pidieron una reunión con él. Bajo un marco de discreción, se materializó en un almuerzo celebrado la semana pasada. Los que llevaron la voz cantante fueron los intendentes Fernando Espinoza, de La Matanza, Hugo Curto, de Tres de Febrero, Pablo Bruera, de La Plata y Julio Pereyra, de Florencio Varela, quien además es presidente de la FAM.
Los alcaldes le señalaron a Martiotto que no están dispuestos a ponerse en contra de los trabajadores. No obstante,  dejaron en claro que la realidad financiera de sus administraciones hace virtualmente imposible asumir el compromiso de afrontar el gasto en personal que implicaría la derogación de la ley 11757. Por lo que se filtró de fuentes seguras, el próximo paso lo darán los jefes comunales agrupados en la FAM. Buscarán durante la semana presentar un nuevo proyecto que respete las autonomías municipales. Los asesores ya se encuentran trabajado en la redacción del mismo. Mientras tanto, en la Legislatura, al decir de un senador oficialista, el diferendo es como “una papa caliente”. Por estas horas, el criterio mayoritario es que el proyecto vuelva a Diputados con modificaciones o en el peor de los casos que se pase a Comisión en la Cámara Alta, tal como pasó con la Policía Local.
Algunos intendentes del Frente Renovador, como los de Tigre, Olavarría y Almirante Brown anunciaron que otorgarán a fin de año una suma plus para sus empleados. En lo que aparece a todas luces como una estrategia para aflojar tensiones con el gremio, aclararon que ese beneficio va a ser otorgado por única vez y no forma parte de la Paritaria Municipal. Se trata de una ayuda para que las familias puedan afrontar los gastos en las fiestas.
En las jornadas que vienen, todas las miradas estarán puestas en el Parlamento. No es para menos, nadie quiere asumir el costo político de no reconocerle las paritarias a un gremio como FESIMUBO, con 118 mil trabajadores. Pero los intendentes alegan que no tienen la varita mágica para generar más recursos. Más aún, cuando ven que los gastos se van acrecentando cada día con los costos de poner en marcha  las denominadas Policías Locales.

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