miércoles, 26 de marzo de 2014

El fabuloso negocio de las “pymes” de la droga con los narcoclanes del Conubano



Por Jorge Joury | En su momento hablamos desde esta columna sobre los “soldaditos de la droga”. Los que cuidan el negocio y trasladan la mercancía. También mencionamos la utilización de jubilados en situación de necesidad como correos. Todo le cae bien a las organizaciones mafiosas para el menudeo. Ni que hablar de barrabravas que operan en las hinchadas de los estadios, donde la marihuana estalla en un solo grito. Las cocinas clandestinas para estiramiento de drogas sintéticas, que se nutren de personal profesional como farmacéuticos. Y en la periferia están los policías corruptos y peces gordos de la justicia que ofician de paraguas al más fabuloso de los negocios, llevándose tambien una porción de la generosa torta.

Todas estas ramas y algunas más, son las patas de la “industria de la muerte” en la Argentina.Los denominados narcoclanes, una suerte de “pymes” son los que ocupan por miles esa mano de obra de características devastadoras. “Son un verdadero ejército y sólo con fuerzas militares se los puede desbaratar, como ocurrió en Brasil”, sostiene el presidente de la Asociación Antidrogas, Claudio Izaguirre. Pero lo cierto es que la estrategia de los narcos permanentemente se renueva, sube la apuesta y pone en jaque a las fuerzas de seguridad, como lo veremos a continuación.

EL NARCOMENUDEO ES LA LLAVE DEL NEGOCIO
Los especialistas están convencidos que el flagelo se ha podido multiplicar exponencialmente, sobre todo en el Conurbano, por la venta minorista o el denominado narcomenudeo, cada vez con características más sangrientas. Hoy esta verdadera plaga que siembra el terror y genera a diario situaciones de violencia en todo el país, toma el nombre de narcoclanes, que se reproducen a la luz de los recursos que les van acercando los carteles, ya sea en armas, tecnología y perfecccionamiento de la logística. En el Conurbano por ejemplo, se han descubierto viviendas donde funcionaban polígonos de tiro. Allí pibes de entre 12 y 16 años, eran adiestrados para matar, en caso de ser necesario, para preservar el negocio.

Todo esto fue ocurriendo con el transcurrir de los últimos años, mientras las fuerzas federales intentaban frenar el ingreso por las fronteras o tratando de taponar las 1.500 pistas clandestinas que existen en el Norte del país. En los barrios más humildes los narcos empezaron a tejer pacientemente este nuevo frente, hoy difícil de vulnerar porque opera con protección y de manera casi blindada en el corazón de muchas villas. Allí, los capos han reemplazado a los históricos “punteros” políticos y se han ganado de la confianza de la gente. Son una suerte de “patrones del mal” que socorren a los más humildes ante cualquier contingencia, pero a cambio de favores en el circuito de comercialización.

LAS ESTRELLAS EN EL FIRMAMENTO NARCO
Hoy se sabe porque lo leemos en las crónicas de los diarios o vemos los informes en la tele, que familias enteras se consolidaron alrededor del negocio de la droga. En la zona Sur, Quilmes es una de las estrellas en el firmamento del narcotráfico. Unos kilómetros más allá, en Ingeniero Budge, en el partido de Lomas de Zamora, la vida también vale poco y nada. Se vive y se mata para comprar una dósis de cocaína o de Paco. Y viniendo hacia capital, en la Villa 1-11-14 están los nidos de los carteles peruanos, vinculados a Sendero Luminoso y temibles por su capacidad de fuego y la forma de utilizar sicarios para dominar voluntades en la lucha territorial de la manera más sanguinaria.Recientemente fueron ametrallados cinco sujetos en un bar de la villa 1-11-14 en lo que se cree que fue un ajuste de cuentas.

Hay quienes llaman a esta mutación que hoy genera recursos multimillonarias a diario, como economía narco de subsistencia. Conviene señalar en tal sentido que muchas familias del conurbano, cercadas por la marginalidad, crecieron y formaron clanes para ganar un mejor estandard de vida. Y acompañaron la mayor circulación local de cocaína para conquistar territorios a fuerza de sangre y fuego. En un reciente reportaje, el ex ministro de Salud bonaerense, Claudio Mate explicó que “el modelo narco local se apoya en el mercado interno de consumo. Es diferente de lo que ocurría en Colombia, con una estructura que apuntaba a la exportación de la cocaína”.

EL AUTOABASTECIMIENTO DE LOS CLANES FAMILIARES
Los especialistas focalizan en que en esa mirada se encuentra una de las principales razones para el incremento de la presencia narco en el país. La actividad de las bandas es territorial y más visible que las redes estructuradas para ocultar cargamentos con destino a Europa o Estados Unidos. El autoabastecimiento que lograron los clanes familiares de vendedores de droga facilitó su dominio de territorios en diferentes puntos del país. Hoy los más importantes son Rosario, Córdoba, Mendoza, Salta y gran parte del conurbano bonaerense. La muestra palpable de la cantidad de droga que allí se elabora, son los laboratorios -y no sólo cocinas artesanales- que terminaron desbaratadas en los últimos dos años. Estas bases del narcotráfico fueron operadas por grupos locales que controlaban todos los eslabones de la cadena a partir de la obtención desde el exterior sólo de la pasta base de cocaína. Incluso la banda conocida como Los Monos, 36 de cuyos integrantes fueron procesados recientemente en Rosario, se había transformado en proveedora de drogas de grupos menores en Buenos Aires. Al frente de esa investigación estuvo el fiscal de Cámara Guillermo Camporini, quien comentó que se siguieron pistas de más de 60 potenciales integrantes de ese clan narco. Y aquí nos enfrentamos a una realidad que pone los pelos de punta.
El fiscal Camporini la describe de la siguiente manera : “una organización que tiene una estructura de mando, soldaditos, encargados de búnkeres, vínculos con las barras bravas del fútbol, de donde toman mano de obra, y complicidad policial. Esa última cuestión es muy importante para el funcionamiento de estos grupos. En la causa de Los Monos, de los 13 policías procesados, diez lo están por ser directamente integrantes de esa asociación ilícita, con el rol de dar protección o aportar datos sobre investigaciones en curso”.

EL NUCLEO DURO EN EL CENTRO DE LA ARGENTINA
La proliferación de la droga en nuestro país, hizo que el Departamento de Estado norteamericano le manifestara al gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, sobre el “núcleo duro” del narcotráfico asentado en el centro de la Argentina.”Estas particularidades del narcotráfico en la Argentina marcan una clara diferencia con lo que sucede en otros lugares desde el punto de vista de la salud pública. Acá el mercado de consumo es el barrio y la lógica de negocios hace que la mayor oferta de droga busque la ampliación de los consumidores. Y entonces éstos son captados como parte de la estructura. Hay que debatir rápido cómo dar una respuesta territorial”, dijo el ex ministro bonaerense Claudio Mate, que acaba de publicar “La epidemia impuesta”, un libro sobre las adicciones en la Argentina en los últimos 25 años.

Desde la óptica militar, José Spadaro, comandante general (retirado) de Gendarmería, señaló que “hay que ejecutar con control judicial operaciones de búsqueda continua de fuentes del narcomenudeo, impidiendo que se consoliden territorios fuera del control del Estado. Ésa es una acción inmediata a realizar para neutralizar la rentabilidad local del negocio de la droga”.

Sobre la mayor circulación de cocaína en el mercado local ligada a la aparición de grupos focalizados con poder de fuego, Horacio Calderón, especialista en contraterrorismo y crimen transnacional, dijo: “Se observa un crecimiento de las redes de venta de drogas al menudeo en todo el país. Eso es un muy claro indicador de un importante incremento de la circulación de estupefacientes ilegales hacia mercados del exterior por territorio argentino durante los últimos años, pero que también incluye cantidades importantes que se destinan para consumo doméstico”.

CON EL SELLO DE LAS BANDAS CRIMINALES COLOMBIANAS

Hay que señalar entre los factores más preocupantes de esta dramática fotografía, que el narcomenudeo agrava esa situación con el reclutamiento de menores en todos los escalones narcos, como vendedores y como sicarios. Los observadores sostienen que “se observa el surgimiento de grupos al estilo de las Bacrim [bandas criminales] colombianas. Eso es consecuencia de la marginalidad social en la que viven muchos jóvenes y niños, de hechos de violencia criminal organizada que no dan respiro a la sociedad y de un alto grado de corrupción que conecta a funcionarios públicos de todos los niveles con las mafias domésticas y extranjeras, por otra parte interconectadas.”



Para que se tenga una idea de las temibles presencias de mafias extranjeras en nuestro país, podemos citar los primeros indicios claros de los narcos mexicanos. La primer pista apareció el 18 de julio de 2008, cuando se descubrió un inmenso laboratorio clandestino donde se fabricaban drogas sintéticas en una lujosa quinta de Ingeniero Maschwitz. Allí fueron detenidos un argentino y nueve narcos mexicanos que, según se informó entonces, habían elegido el Gran Buenos Aires porque los precursores químicos necesarios para la elaboración –sobre todo, la efedrina– eran más fáciles de conseguir y más económicos que en su país. Detrás de ellos, se sabría poco después, estaba la sombra de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el hombre más buscado del mundo, que acaba de caer y que se atribuyó entre 2 y 3 mil muertes. Pero lo grave, es que llegó a decirse que estuvo algunos días en la Argentina y que en el marco más íntimo, se lo apodó por su poderío como “el rey de la efedrina”.

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