domingo, 30 de marzo de 2014

El suicidio de la TV en el drama de Nazarena Vélez





Por Jorge Joury | Los desgarradores gritos de Nazarena Vélez : ” Te amoooo…”, despidiéndose de su esposo y tomados detrás de una puerta de la casa velatoria, por la mayoría de los canales de TV. Una prolongada agonía de casi un minuto de aire. Principalmente América, que arrancó en el noticiero del mediodía. Y luego la misma película de terror con su correlato en Intrusos. Dejaron en claro que cuando se trata de vender, los carroñeros no tienen límites. Simplemente el fondo gris de una puerta del velatorio y el graff con el título: “Nazarena aferrada al cajón”, fueron la síntesis de que por el rating se vive y se mata, así de simple: SIN ANESTESIA.

La falta de ética en el tratamiento de la información sobre los suicidios volvió a abrir la polémica de cara a qué y cómo comunicarlo a la población. Las propias redes sociales fueron además una suerte de picadora de carne donde convergieron todas las miserias humanas. Tanto de los que estaban por marcharse del mundo y dejaban la herencia de su discurso, como de quienes hacían un culto de la truculencia en la interna familiar, nunca tan despiadada y cloacal a la vez. Así, de esta manera conductores y periodistas armaron su “festín de sangre”, mutando a la pequeña pantalla en una gran morgue dedicada a millones de espectadores. Como en el circo romano.

EL CIRCO DE HOY Y EL TRATAMIENTO EN EL PASADO

Algunos se justificaban, señalando que para entender el dolor hay que hablar de las internas. Y de paso, cañazo, aprovecharon para poner sobre el escenario cuestiones de dinero y rencillas, en vez de resaltar el valor que en estas circunstancias se debe asignar a la vida. Es para evaluarlo con seriedad. Sin duda que el suicidio se trata de un tema sensible y que repercute con un fuerte impacto en la sociedad. Pero de la manera en que se lo pone hoy en el escenario, resulta temerario. Se le fabrica al televidente la dependencia por lo macabro, cuando lo que se necesita de parte de todos los eslabones que participan de la cadena informativa, es un abordaje responsable y maduro.

Aún hoy en plena era de sobreabundancia y democratización informativa a través de los medios tradicionales y las redes sociales, en los manuales de estilo de los grandes pediódicos del mundo persiste la contraindicación de publicar información sobre suicidios dirigida hacia el gran público para no desatar una especie de “efecto contagio” en la población.

En la década del 60 al 70 los padres del periodismo responsable, de los que algo supe aprender, habían establecido una suerte de manual de estilo para el tratamiento de estos casos. Existían recomendaciones para no ofender al círculo familiar, evitando detalles truculentos y sin justificar, de ninguna manera, la conducta de la víctima. Y si la víctima no era una persona pública socialmente, directamente no se publicaba nada.

En las décadas posteriores, la investigación científica corroboró aquella intuición y demostró que la excesiva difusión pública de este tipo de hechos tiene un efecto contagio entre personas con patologías mentales que las predisponen a la imitación. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud de la Nación publican en Internet guías y manuales para periodistas y comunicadores. Esas recomendaciones podrían resumirse en una advertencia: “Coberturas continuas generan actos repetitivos”. Numerosas investigaciones científicas lo corroboraron.

Por lo que se pudo ver en el caso del esposo de la actriz y productora teatral Nazarena Vélez , buena parte de los medios argentinos involucionaron varias décadas. Mañana y tarde, hasta el hartazgo, varias cadenas de noticias se centraron en los detalles de la trágica muerte de Rodríguez, cuya decisión de quitarse la vida se produjo, como en la mayoría de los casos, en medio de una profunda depresión.

ENTRE LO REAL Y LO NOVELESCO, TODO VALE

En el oscuro mar de conjeturas, entonces la pestilencia más grande salió a flote. Lo real y lo novelesco se pelearon por el primer lugar en el podio. Que la víctima había recibido recientemente una condena en suspenso en un juicio por un delito económico. Que esto además había afectado la relación con Vélez. Qué Rodríguez tenía que recibir una herencia. Qué Nazarena lo maltrataba y lo empujó hacia la drástica determinación, como dio a entender una hermana de la víctima. Todo afloró despidadamente desde el fondo de la colectora televisiva.

América, canal de TV del grupo Manzano-Vila en sociedad con la familia De Narváez, levantó gran parte de su programación. Prácticamente no tuvo otro tema en pantalla. Algo similar ocurrió con la señal de noticias A24. También C5N (señal de noticias del empresario Cristóbal López) centró su cobertura en el caso. Y TN (Grupo Clarín) hizo también buenas mediciones durante la mañana, franja en la que prestó más atención al episodio.

Por lo que pudo saberse, Jorge Rial, especialista en frituras escandalosas y que había dedicado su programa en radio La Red (del mismo grupo Manzano-Vila-De Narváez), logró picos de casi 15 puntos de rating en su clásico de la TV, Intrusos. Es decir, sólo en el área metropolitana de Buenos Aires, un millón y medio de personas tuvieron que dejar entrar a la muerte de manera novelesca en sus hogares . También Canal 9 (del empresario mexicano Remigio González) modificó la programación habitual para introducir una edición especial de Implacables, un programa de rumores de la farándula.

LAS REDES SOCIALES EN LA CRESTA DE LA OLA

Paralelamente la historia explotaba en las redes sociales, donde un ejército de caníbales se lanzaron a consumir las frases del preludio de la muerte de Rodríguez.”Me mandé una cagada, llamá al 911 y mandalos a Uriarte 2327 23 B Capital”, fue el último mensaje que la víctima envió a un amigo.

Entre los psiquiatras la idea de la difusión de los hechos no es tan terminante. Ellos creen que la gente tienen el derecho a saber y a estar informada con precisión. Pero atención, que aclaran que nos se debe ahondar en los detalles íntimos de los diferentes métodos y técnicas de suicidios existentes para evitar ideas y fantasías al respecto. El tema se pone más espeso cuando se trata de personas famosas: porque el impacto de la noticia es aún mayor y el interés de la población por los detalles de la misma también, como ocurre en el caso Rodríguez.

Respecto a la drástica determinación de quitarse la vida, el médico psicoanalista Andrés Rascovsky, sostuvo que: “En algunos casos, una persona puede tomar la decisión de suicidarse si existe una transmisión generacional educativa, es decir, que una generación le transmita a otra ciertas experiencias traumáticas que ha vivido, lo que desde la infancia puede crear la internalización de la culpa”.”Hay factores que se generan en la infancia y otros en la adolescencia, pero que en la adultez pueden ser un factor desencadenante. Los duelos, las carencias, los fracasos o los sentimientos de culpa que provienen de distintas etapas y que se acumulan a lo largo de la vida pueden ir generando una predisposición. Son muchos los factores que influyen en una determinación como ésta y siempre habrá un factor desencadenante, pero las raíces más profundas seguramente siempre están en otras escenas que se pueden rastrear en un proceso psicoanalítico”, manifestó el doctor Rascovsky.

EL DERECHO A UA INTIMIDAD DEL GRUPO FAMILIAR

“El suicidio es un hecho muy doloroso, que tiene un aspecto privado y otro social. El aspecto privado alude al derecho a la intimidad y el respeto a la situación que vive el grupo familiar y de referencia”, expresó María Matilde Massa, directora de Salud Mental de la Nación . ” Por eso, invitamos a todos los medios de comunicación y a la población en general a reflexionar sobre el tratamiento que le damos a la información que se construye alrededor de problemáticas tan complejas centradas en la muerte de una persona”, agregó Massa.

También hay que decir que hay diversos estudios que fueron recopilados por el Departamento de Salud Mental y Toxicomanías de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que demostraron que en la prensa escrita, las historias altamente publicitadas parecen tener el mayor impacto en la población vulnerable. El especialista en Seguridad y abogado, Luis Vicat, a quien entrevisté en mi programa radial (Te lo digo en serio, que va de 8 a 10 por la Fm local 97.7) hizo hincapié sobre algunas precauciones a tomar en materia informativa cuando se trate de famosos.

” Es importante no reproducir las fotografías de la víctima.No informar sobre el método empleado y sus detalles.Tampoco la escena del suicidio para evitar comportamientos imitativos, ya que investigaciones han demostrado que la cobertura por parte de los medios de comunicación tiene mayor impacto sobre el método de suicidio adoptado”, señaló Vicat.

Los especialistas sostienen que el suicidio no deberá describirse como un método para enfrentar problemas personales tales como bancarrota, incapacidad de aprobar un examen o abuso sexual y los informes deberán tener en cuenta el impacto sobre las familias y otros sobrevivientes en términos del estigma y el sufrimiento psicológico.

Habrá que tener en cuenta además, el no glorificar a las víctimas de suicidio como mártires y objetos de adulación pública porque puede sugerir, a las personas vulnerables, que la sociedad honra el comportamiento suicida. Lo correcto es poner el énfasis en lamentar la muerte de la persona o describir las consecuencias físicas de los intentos de suicidio para que actúen como elemento de disuasión.

LAS ESTADISTICAS METEN MIEDO

Las estadísticas apuntan en el trazo más fino que en el mundo, un millón de personas por año se quitan la vida y, en su mayoría son adolescentes, ya que muchos transcurren esa etapa de la vida con períodos de fantasías suicidas.

En las vísperas de un suicidio estas personas presentan comportamientos diferentes a los habituales, como sensibilidad extrema, llantos inesperados, estados de angustia elevados, aislamiento, encierro, conversaciones reiteradas en torno al tema de quitarse la vida o apatía con respecto a sus intereses habituales.



Para el investigador Luis Vicat en el caso del marido de Nazarena” es típico en estas personas que no aceptan la crisis que atraviesan, se trate de una pérdida, de una enfermedad terminal propia o de un ser muy amado, de un derrumbe económico. Se les hace impensable vivir de otra manera y, por más sonrientes, exitosos y divertidos que se muestren en el exterior, tienen estructuras muy débiles. Son frágiles, carecen de la posibilidad de enfrentar la adversidad. Tienen instalada una profunda depresión, una gran desesperanza y una carencia de sentido del seguir en el mundo”.

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