miércoles, 5 de marzo de 2014

Cristina frente al Congreso, en un año plagado de desafíos



“Cristina tendrá un gran escenario popular para recibirla. Será la foto que ella quería, para demostrar que el modelo está vivo y que puede lograr una supervivencia de diez años más”, comentó uno de los jefes territoriales del Conurbano que coordina con el resto de los intendentes una movilización multitudinaria para mañana. A menos de un dia la Asamblea Legislativa, que marcará el comienzo del año parlamentario, está todo listo para que Cristina Kirchner tenga su fiesta perfecta. Los denominados barones del Conurbano, expertos en estas lides, han sido los grandes costureros, sabiendo que el éxito de la misma les garantizará la promesa de una lluvia de recursos para poder gobernar sus distritos y concretar las obras que faltan, de cara al 2015, algo esencial para que la oposición no les mueva el piso.No obstante el camino que le queda transitar a la jefa de Estado, no será fácil, sobre todo en lo que tiene que ver con garantizar la momentánea paz en el circuito económico y evitar el impacto en los bolsillos populares.
La primera puntada de la movida, se dio en la trastienda de la cumbre del Pj en Santa Teresita, donde se coordinaron acciones para garantizar que los ejércitos estén plenos para el desembarco. Lo cierto es que la escenografía está casi lista, faltan solo detalles de última hora.En las escalinatas del Congreso, sobre la avenida Entre Ríos, ya está armado un palco con vista a la plaza. En las galerías que rodean el recinto de la Cámara de Diputados todos los lugares fueron asignados. Por los pasillos del tercer piso transitaron esta semana los dirigentes de las principales agrupaciones de militancia kirchnerista, que ya articularon su presencia en la plaza.

Pero nada quedó librado a la improvisación.Todos los detalles se coordinaron desde la Casa Rosada. Hasta las tomas que hará la televisión pública, pasaron bajo la atenta mirada del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Además, según se comenta en los pasillos de la Casa Rosada, funcionarios y dirigentes oficialistas trabajaron para que el discurso de Cristina Kirchner esté enmarcado en una fuerte demostración de apoyo a la Presidenta, tanto dentro como fuera del Congreso.
La estrategia que han tejido los alfiles K, consiste en mostrar la primera postal callejera del oficialismo unificado, tras la derrota de Octubre, algo que no se vio en la concentración del 10 de diciembre, cuando casi no participaron columnas de los intendentes. “La expectativa es reunir unas 100.000 personas, para regalarle a la Presidenta una plaza llena”, señaló un alto dirigente. Se comenta además en voz baja que uno de los intendentes que más está obligado a mover en esta instancia, es el matancero Fernando Espinoza. Todas las miradas estarán puestas en él y encima puede ser el momento indicado en que logre posicionarse como candidato a suceder a Daniel Scioli en la Gobernación.

Anque el discurso de Cristina está bajo siete llaves, se cree que habrá anuncios relevantes para garantizar la incipiente paz en los mercados cambiarios .Se apuntará al respeto de los precios máximos, con duras advertencias hacia los grupos hegemónicos. Además la jefa de Estado llamará a la cordura en las negociaciones paritarias, preparando la mesa frente a docentes y estatales que están que trinan y para evitar de que vuelva a dispararse la inflación.En síntesis, el cuadro festivo y de respaldo popular a la jefa de Estado, operará como contrapeso de la agenda de los temas delicados que abordará, tras la devaluación del peso y el sinceramiento de la inflación por parte del Gobierno.
Otra de las particularidades que tendrá el acto, es que desde Presidencia se ha pedido que todo se desarrolle en un marco de concordia que transparente la mejor foto de la convivencia política en esta nueva etapa fundacional del modelo.Si bien cada 1° de marzo la Presidenta habla ante un público favorable, este año se redoblaron los esfuerzos para que no haya sorpresas desagradables. El presidente de la Cámara baja, Julián Domínguez, fue el encargado de garantizarle al jefe de la bancada radical, Mario Negri, que no habría agresiones a la oposición de parte de la militancia kirchnerista. Hay que señalar que el jefe de los diputados radicales había advertido que si resultaban blanco de cantitos y abucheos abandonarían el recinto. Lo que se busca desde el oficialismo es evitar actos unilaterales que le resten protagonismo a la Presidenta, en una sesión en la que estará cara a cara con algunos de los presidenciables de la oposición, como Sergio Massa, Hermes Binner y Julio Cobos.
Más allá de que el Gobierno intentará que no haya “desbordes” en las barras, se prevé que la Presidenta juegue de local en el recinto de la Cámara de Diputados, donde la militancia la recibirá con una lluvia de papelitos. Eso sí, los diputados kirchneristas juran que este año no habrá cotillón de batalla.

Los preparativos de la ceremonia incluyen un cuidado especial de la figura de Cristina Kirchner. Las imágenes de TV serán tomadas sólo por los canales oficiales. La fotografía que registrará la entrada de la Presidenta al recinto, tendrá su correlato en la Plaza del Congreso.El plan operativo incluye también que tras hablar ante la Asamblea Legislativa, Cristina Kirchner salga a la calle por la escalinata de la avenida Entre Ríos, para hablarle a la militancia. En este escenario, inaugurará réplicas de esculturas de Lola Mora, parte del plan de remodelación edilicia que lleva adelante Domínguez. Aunque nadie se atreva a firmar por estas horas una consigna unificada del despliegue de fuerzas, algunas agrupaciones hablarán de “diez años más de gobierno popular”.

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