domingo, 30 de marzo de 2014

Varela se levanta frente a la ola de asaltos y muerte



Por Jorge Joury | Hoy negar que la inseguridad y el narcotráfico son hermanos, sería no reconocer la realidad que nos aqueja. La mayoría de los crímenes que nos desvelan, tienen un sesgo violento con nombre y apellido. Se mata de la manera más sanguinaria, para comprar una dósis de Paco o de cocaína. Florencio Varela no está ajena al concierto de desgracias que vienen de esa raíz. Son la postal más cruda de este conurbano salvaje, que ahora acaba de anotar otro récord. En apenas 72 horas se registraron cuatro homicidios y los casos elevan a 20 el número de asesinatos en lo que va del mes, lo que agudiza la trágica tendencia en materia de inseguridad que arrecia en la Provincia, luego de la merma temporal de crímenes que hubo en enero.

Todas estas circunstancias han generado movidas en la comunidad. A tal punto que este viernes 28 los varelenses se movilizarán hasta la jefatura Distrital de Policía, porque “nos cansamos de que nos roben y nos maten”. Así es la letra gruesa de un volante que circula en la vía pública y que abre todo tipo de comentarios en las redes sociales, además de mostrar un hartazgo social frente al drama. La gente quiere soluciones de fondo y no parches.

La convocatoria invita a toda la comunidad a sumarse portando velas, para salir a las 17.30 desde la plaza San Juan Bautista. En este marco, los intendentes han abierto bien los ojos y reforzado la seguridad hasta donde pueden, ante la falta de efectivos, para evitar que sectores violentos se infiltren en el reclamo justo de la ciudadanía, para generar puebladas y alterar el orden público.

LA BANDERA DEL DUELO FLAMEA EN LA MAYORIA DE LOS HOGARES
El investigador Luis Vicat, especialista en Seguridad, a quien entrevisté en mi programa radial (“Te lo digo en serio, que va de 8 a 10 por la Fm local 97.7) sostiene que ” la gente está harta de tánta violencia. Hoy es difícil encontrar un hogar que no haya sido víctima de la inseguridad o que no tenga a algun ser querido que llorar. La bandera del duelo flamea en casi todo el Conurbano y obliga a pensar de que todo lo que se está haciendo en materia de prevención, no sirve. Las calles están plagadas de armas en poder de los civiles. Y lo peor es que se venden como caramelos o se alquilan en las cuevas de la delincuencia. Hay que adoptar un política de Estado, sinó vamos camino a una fractura social”.

Otro de los que advirtió sobre la mano negra del narcotráfico, pero esta vez en la toma de tierras en Florencio Varela, fue el propio intendente Julio Pereyra. Aunque no lo dijo en voz alta, el jefe comunal cree que hay presencias extrañas que han desembarcado en el distrito, para “sembrar hechos de intranquilidad que llevan a los vecinos a vivir con miedo”. El asesinato de la jubilada Blanca Troncoso, a quien le destrozaron la cabeza a golpes para robarle algunas de sus pertenencias, dejó la huella inequívoca de la metodología feroz que utilizan los adictos bajo el sindrome de abstinencia. Por lo menos en esa dirección va la investigación, que apunta a por lo menos tres jóvenes de la zona donde se perpetró el homicidio.

UN FIN DE SEMANA ENSANGRENTADO
Pero vayamos a las frías estadísticas de las últimas horas en el Conurbano.Tres de las muertes ocurridas este fin de semana largo. El sábado, alrededor de las 6 de la mañana, un vigilador privado fue ultimado de un balazo en el abdomen tras forcejear con un “motochorro” que asaltó una estación de servicio de la localidad bonaerense de Villa Centenario, partido de Lomas de Zamora.

Otros dos “motochorros” fueron responsables del asesinato de Agostina Brega (28) un día después. Pese a entregar todo cuanto pedían los delincuentes, la docente recibió un disparo en la espalda en la puerta de su casa de la calle D’Oliveira 4045 de Villa Pineral, partido de Tres de Febrero.

El crimen de Brega, quien vivía con su esposo, su hijo de cuatro años y su madre, conmocionó a esa localidad, cuyos vecinos organizaron una manifestación para reclamar a las autoridades por la inseguridad.
En el partido de Almirante Brown, Gastón Hernán Nieva (30) llegó a su casa en Glew en su Volkswagen Bora nuevo poco antes de la medianoche del domingo, cuando fue interceptado por delincuentes en motos que le querían robar el vehículo, en el que además iban su hijo de 7 años, su madre y una tía.

Sin mediar palabra, comenzaron los disparos, uno de los cuales impactó en el pecho del hombre, que se ganaba la vida como repartidor de pollos. Pese a la herida, en un acto reflejo el hombre intentó escapar y pudo manejar unos 100 metros con su familia dentro. Sin embargo, perdió el control, se subió a la vereda y chocó con un árbol. Murió en el acto.

En Mar del Plata, Guillermo Marcelo Koiv se desempeñaba como taxista y el lunes a la madrugada intentó defenderse de un robo, pero fue asesinado a golpes y balazos. Un tiro le dio en la pierna derecha y otro en el pecho.Tras el crimen, hubo piquetes en los accesos a la ciudad por parte de sus compañeros, que hicieron un paro al que adhirieron remiseros y colectivos.

BAJO EL SIGNO DE UN MARZO VIOLENTO
Es el signo de un marzo violento, ya que el saldo trágico que se registró en las últimas horas encuentra antecedentes inmediatos en lo que ocurrió en los últimos días en la provincia. El 19, en La Matanza, una mujer de 85 años murió de un infarto cuando ladrones entraron a su casa y le pegaron a su esposo. El mismo día, en Florencio Varela, Florencio Mamani, un quintero boliviano fue ultimado en un asalto de un tiro en el pecho por cuatro delincuentes que se llevaron 150.000 pesos de la venta de un camión.Un día antes, en la estación de trenes de Carapachay le robaron a un jubilado de 76 años que murió de un ataque al corazón. Le pegaron en la cabeza y le sacaron su celular. La víctima salió al andén y se desplomó.

También en Florencio Varela, pero el 17, la jubilada de 67 años Blanca Troncoso fue asesinada a golpes durante un asalto en el interior de su vivienda de la calle Misiones 1649. La mujer habría intentado resistir el robo y la ultimaron de la manera más despiadada.

Otro caso sucedió el 15 en Villa Ballester, donde un efectivo de la Policía Metropolitana fue asesinado en la intersección de Caseros y Bolívar, en el partido de San Martín. La víctima, Javier Hidalgo, salía de la casa de unos amigos y fue sorprendido por los delincuentes. El efectivo ya había mantenido anteriormente cruces con esos asaltantes, quienes habían intentado robarle su moto, sin éxito. Según trascendió, el efectivo había matado a uno de los ladrones en esa oportunidad.

VEINTE MUERTOS EN LO QUE VA DEL MES

En Villa Madero (La Matanza) el 14 de marzo mataron a Leonardo Paz, un aprendiz de chofer de 22 años que manejaba un colectivo de la línea 56. El hecho derivó además en un paro convocado por la Unión Tranviarios Automotor (UTA), en reclamo de mayor seguridad y en repudio por el asesinato.

Horas antes, el 13, un hombre fue ultimado de un balazo en Ezeiza por dos asaltantes que quisieron robarle la moto. El mismo día hubo otros dos crímenes, ambos aparentemente por la voluntad de los asaltantes de llevarse los vehículos de las víctimas: fue en Quilmes y en Lomas del Mirador.

En la misma fecha, en Lanús, asesinaron a un kinesiólogo cuando entraba a su casa. Tenía 36 años. y lo sorprendieron cuando guardaba su camioneta, acompañado por su madre. Y en Moreno, también el 13 de marzo, mataron a un camarógrafo de 37 para robarle la moto en una colectora del Acceso Oeste.

El 10, el requiem sangriento escribió su página trágica en La Plata, cuando mataron a cuchilladas a Anselmo Gómez (67) en su casa al intentar defender a su familia. El 8, en Remedios de Escalada, la víctima fue un comerciante que quiso defender a sus hijos de un robo. El 6 asesinaron de un balazo a un barman delante de su novia para robarle la moto en San Martín.



Veinte muertos en lo que va del mes en el territorio bonaerense y lo más dramático es que no hay culpables detrás de las rejas. Los intendentes están muy preocupados porque presienten que las protestas vecinales se les vienen encima de manera inexorable. Reclaman el envío de refuerzos ante el ministro de Seguridad, Alejandro Granados para contener la ola de inseguridad. Sabén que hoy los delincuentes están dispuestos a todo, sobre todo los más jóvenes, que han caído en la droga que cada vez se comercializa con mayor fuerza en los barrios. Allí están los kioscos del Paco o la venta de porros o cocaína, frente a la mirada de muchos que callan por miedo. Estos delincuentes precoces, pero hijos de la cepa más violenta de la sociedad, saben que sus vidas valen poco y están dispuestos a entregarlas en su afán por satisfacer su adicción. Y lo peor, es que cada vez lo hacen con más saña.

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