jueves, 19 de febrero de 2015

Las arenas movedizas del espía que se quedó sin red

Por Jorge Joury

Algunos sostienen que la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman, llegó para quedarse por largo tiempo. Acompañará seguramente el agitado año electoral y será una desagradable herencia para el gobierno que venga. Es que ya pasaron más de tres semanas y nada se sabe acerca de las razones y pormenores del hecho. Lo más relevante de las últimas horas, es que bala que causó la muerte del fiscal federal ingresó apenas por encima de la oreja derecha y con trayectoria ligeramente ascendente, según reveló un peritaje ordenado por la  fiscal Viviana Fein. El lugar donde quedó el orificio y el recorrido del proyectil son “compatibles” con una lesión autoinfligida y, según el análisis de los forenses, tiene entidad suficiente como para causar la muerte. Por los trascendidos, se sabe que el  disparo está localizado a unos dos centímetros por encima de la oreja, atravesó un hueso, dejó una marca conocida como “tatuaje” (que se genera por la combinación de la deflagración y el calor que desprende) en la piel y no tiene orificio de salida.
Este es el dato concreto de las últimas horas. Inexplicablemente por el tiempo pasado, nada se sabe aún de los resultados del exámen toxicológico, fundamental para determinar si en el cuerpo de Nisman existe alguna sustancia extraña. Mientras tanto, en los laboratorios mediáticos, las hipótesis para sostener el tema en las tapas juegan un rol preponderante. Hoy todo es valioso para sacarle punta a la historia de la cual el periodismo se ha convertido en el frente de mayor presión para llegar a la verdad. Más aún cuando el testimonio de las últimas horas que aportó la mucama le agregó otra cuota detonante a las dudas. La mujer, señaló que Nisman siempre le ponía traba a la puerta de servicio, la que llamativamente estaba sin ella el día del conmocionante episodio. A diferencia del destino trágico de Nisman, todo indica que Stiusso está cubierto por si algo le pasa. Ha hecho saber a través de mensajes de desconocido paradero, que tiene carpetas relacionadas con el entorno más íntimo del poder y hasta podría contarle las costillas a cada uno de los políticos, tanto del oficialismo como de la oposición.
Por lo pronto su foto más reciente, ya recorre el mundo. La publicó el diario Perfil este fin de semana, descorriendo el velo de misterio sobre el hombre más buscado de la Argentina, del que dicen que se presentará a declarar ante la justicia esta semana y puede destapar una olla que salpique para todos lados.
¿ Cuanto hay de cierto y de fábula, en torno a este personaje?.¿Personero de la CIA?. ¿Socio del Mossad?. Todo es posible en el mundo Situsso. El tiempo lo dirá. Mientras tanto, las historias casi cinematográficas, desgranarán en cascada como si todos lo hubiesen conocido. Si fuera así, Stiusso no se habría movido con tanta impunidad y sigilo, amenazando con descorrer a través del tiempo el telón íntimo de los diferentes gobiernos.
El hombre al que una conocida editorial le ofreció por estas horas a través de un SMS, escribir un libro con sus memorias. Sería algo así como la reencarnación  de James Bond, el conocido 007. Aquel personaje de ficción mundialmente conocido y creado por el novelista inglés Ian Fleming en 1952, año en que fue publicada su primera novela, Casino Royale. Allí  el autor se refiere a Bond como a un agente secreto encubierto, con licencia para matar, afiliado al Servicio Secreto de Inteligencia británico, actualmente denominado como M16. Bond vive aventuras desopilantes cargadas de misterio y suspenso. Jaime Stiusso, el espía más poderoso y temido del país, al que apunta el Gobierno en el caso Nisman, tiene un perecido asombroso  con el personaje que en su momento encarnara el actor escocés  Sean Connery. Es más, lo llaman Jaime por James Bond, pero su nombre real es Antonio Horacio Stiles, ingeniero en sistemas formado en la UBA. Este agente, al que el Gobierno jubiló en diciembre, conoce vida y obra de la SIDE, ya que ingresó en 1972, en el período de facto del general Alejandro Agustín Lanusse. Con el paso del tiempo, este especialista en informática de 61 años, nacido en 1953 en el partido de La Matanza, se especializó en telecomunicaciones y evolucionó como un experto en materia de pinchaduras telefónicas. Así fue como se convirtió en una herramienta muy útil para políticos y jueces. Hay quienes sostienen en el edificio de la ex SIDE, que está a escasos 60 metros de la Casa Rosada, que no hay nada que Stiusso no sepa sobre las intimidades de los actores del poder de turno.
RELACIONES PELIGROSAS
En una nota brindada hace poco tiempo a la revista Noticias, el ex agente reveló sus relaciones con los diferentes jefes de Estado “Yo laburé para todos los presidentes democráticos, para mí son todos iguales…  Andá a buscar a un presidente que se haya quejado de mí”, dijo. Para rodearse de un manto de inmunidad, ex hombre fuerte de la SIDE hizo saber que con todos los mandatarios el diálogo fue aceitado y fluido, hasta con los Kirchner. Pero el Gobierno hoy hace otra lectura. Le apunta a Stiuso como culpable o instigador de la muerte del fiscal Alberto Nisman Cree ver sus huellas, junto con las de Diego Lagomarisno, el colaborador que le entregó la 22 a Nisman. Esta presunciòn se asienta sobre una grilla de datos concretos que hablan de la influencia del ex jefe de Contrainteligencia de la SIDE en las últimas presidencias. Las sospechas sobrevuelan sobre los siguientes casos de los que han quedado serias presunciones aún no probadas:
– La causa de las armas se la armó Stiuso a Menem.
– Preparó el testimonio del arrepentido Mario Pontaquarto contra el gobierno de De la Rúa por los supuestos sobornos a senadores. Y destacan el testimonio de Pontaquarto, que reconoció haber cobrado un sueldo de la SIDE.
– Y ahora, articuló la denuncia de Nisman contra Cristina e instigó el final de la vida del fiscal.
LA CIA cree que la muerte de Nisman obedeció a una interna de la SIDE y a un pase de factura hacia la jefa de Estado, por animarse a remover la cúpula del organismo de inteligencia. No obstante, la jugada del Gobierno de relevar a Stiusso del compromiso de guardar sus secretos más preciados para que se presente a declarar ante la justicia, es altamente riesgosa. Pero no queda otra que ponerla en práctica para recuperar credibilidad. No olvidemos que es el hombre que trabajó codo a codo con Nisman en los últimos años y  hasta en las horas previas al desenlace y podría aportar datos relevantes en la causa.
LA PRUEBA QUE LO SEÑALA
Cuando Stiuso vaya a declarar esta semana, podría dictarle al secretario de la fiscalía, si quisiera, la historia secreta de la Argentina de los últimos veinte años. No obstante muchos dudan de su credibilidad, ya que los espías mechan verdad y mentira en dosis que sólo ellos conocen y a su conveniencia. El gobierno de CFK cree que este hombre de familia siciliana y cejas tupidas, pudo haber sido el autor intelectual de la explosiva denuncia de Nisman.
“Detrás de todo está Stiusso”, llegó a afirmar el secretario de la Presidencia, Anibal Fernández. La identidad del ex agente, quedó al descubierto  en 2004, cuando de manera conmocionante Gustavo Béliz quebró el secreto y terminó siendo desplazado del Ministerio de Justicia. Dicen que Stiusso le hizo la cruz y el ex fundionario debió exiliarse en Estados Unidos por las amenzas recibidas.
Ahora Stiusso, que tiene abogado defensor que le atribuye haber tenido 100 teléfonos, deberá explicar ante la fiscal Viviana Fein el motivo por el cual el nextel de Nisman tiene registro de una llamada suya la noche anterior a su muerte, según consta en la causa.
Las historias más temibles llegan hasta los umbrales de este oscuro individuo. Comentan que Stiuso podría hasta recitar de memoria la lista de periodistas a sueldo de la ex SIDE y la nómina de abogados que cobraban en ese organismo por defender a importantes acusados en los escándalos del menemismo.
Hay quienes sostienen que a muchos magistrados federales y fiscales los embargaba el miedo cuando escuchaban sus pasos por los pasillos de los tribunales de Comodoro Py. Las historias lo ubican ante los más audaces jugadas, como cuando abrazaba sin pudor a algún juez federal en las narices de alguien a quien él, Stiuso, había denunciado penalmente. Podría hasta detallar paso a paso quién era, en realidad, el fiscal Nisman, y si era Nisman o él quien ejercía la conducción de la causa AMIA.
LOS DEMONIOS ANDAN SUELTOS
En tren de conjeturas, hasta se cree que Stiusso podría contar la verdadera historia del atentado a la mutual judía el 18 de julio de 1994, un encubrimiento por el que están acusados los primeros investigadores de la causa. También podría revelar por qué las importantes pistas que, además de señalar a Teherán, tienen hilos conductores con Buenos Aires. Es más, se sospecha que hasta podría dar respuesta a por qué se extirpaban hojas del expediente principal para alojarlas en los centenares de legajos paralelos.
Algunos investigadores tienen la percepción de que Stiusso hinoptizó a Nisman .Hizo de él su propia construcción, lo mismo que con los gobernantes de turno. Tánto manejo de las cuestiones de Estado le dieron autonomía y así fue como el Gobierno finalmente lo jubiló. Fue un golpe muy fuerte para Nisman, cuyo poder emanaba de Stiuso. Nisman sabía que correría una suerte parecida y así se lo dijo a Fernando Oz, según narró el periodista de Perfil. Luego, el fiscal denunció al Gobierno y, tras su muerte, el Gobierno alentó fuertes sospechas sobre el eventual papel de Stiuso en el caso.
Ahora los fiscales preparan la marcha del 18-F, en un momento en que la confianza en las instituciones está devaluada. Muy pocos creen hoy que un día se resuelva uno de los  casos más importante de las últimas décadas. El “Señor de los Secretos” hoy es la llave maestra para sacarle el candado al paquete de misterios. Una carta que aparece como un desafío inexorable para la justicia, que tiene la enorme oportunidad de volver a las fuentes.

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