jueves, 19 de febrero de 2015

Los coletazos del caso Nisman sacuden la campaña electoral

Por Jorge Joury

¿Suicidio o asesinato? ¿Denuncia genuina u operación contra el Gobierno?. Aunque han pasado 18 días, todavía el estruendo y las dudas por la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman hacen crujir los cimientos de la clase política,  obligada a replantear sus estrategias para no quedar descolocada. En cambio, la opinión pública comienza a dar las primeras señales de reacción ante un hecho que podría marcar un antes y un después para los candidatos que aspiran suceder a Cristina Kirchner.
Si bien faltan nueve meses para las elecciones, los analistas son cautelosos, ya que la fotografía de hoy podría no ser la película de octubre. Los politólogos, encuestadores y expertos en opinión pública todavía no tienen certeza hacia donde impactarán los coletazos en la larga recta final hacia la Presidencia.
Por estas horas, las dudas se concentran en si habrá o no un costo electoral, principalmente para los candidatos oficialistas. Es el tema de discusión en el corazón de los laboratorios de campaña, cuyos asesores están empeñados en encontrar respuestas a través de las encuestas. Negar que ha habido daños, así como desconocer que el encuadre al que más ha perjudicado es al gobierno, suena poco creíble.
La muerte del fiscal es una tragedia nacional. Una responsabilidad que nos toca a todos, de un modo que ni imaginan los que rápidamente han colocado etiquetas de culpabilidad gubernamental. Ignoran que la gravedad que tiene este episodio compromete cálculos electorales. Es más, agita los odios y provoca las interpretaciones más descabelladas,  instalando el miedo y acercando al presente los fantasmas del pasado.
Frente a este marco, fiel a su estilo, la Presidenta ha retormado el centro de la escena. Si algo hay que reconocer, es que recuperar consenso ha sido siempre una empresa de mediano plazo en el oficialismo. El tiempo dirá si hay facturas dolorosas. Hoy por hoy existen elementos que hacen mirar con prudencia el desenlace electoral presidencial. El politólogo Eduardo Fidanza sostiene que “pese al impacto por la trágica muerte de Nisman, hoy en la gente no existe ánimo de un cambio profundo. El año arrancó con variables económicas importantes, ya sea por el aumento de la recaudación o el boom turístico y se observa una recuperación en el consumo, lo cual favorece al gobierno”.
Algunas consultoras admitieron que por lo que se observa, en términos electorales, el gran ganador de estos días es el “no sabe/no contesta”. Se trata ni más ni menos que de posturas especuladoras por parte de la ciudadanía ante la falta de certezas. Las primeras mediciones que van apareciendo a cuentagotas marcan  un descenso del Gobierno. Pero no es menos cierto que nadie de la oposición ha encontrado el camino para capitalizar el hecho.
Los observadores coinciden en que así como el oficialismo puede perder votos, en el primer desafío electoral de las PASO, es altamente probable que siga siendo un actor competitivo. Ni hablar, si hay una contienda interna entre los dos candidatos con más chances de consolidar ese espacio como Scioli y Randazzo.
Pero si el caso Nisman afectó al Gobierno, nada quiere decir tempranamente que represente una migración electoral automática hacia la oposición. El oficialismo ya ha dado muestras de haberse recuperado de golpes duros. Padeció reclamos masivos con marchas como el 18-A y 18-N por demandas asociadas a la institucionalidad como anticorrupción y justicia y logró salir a flote. En el escenario se patentiza que la visibilidad y chances de la oposición no se cristalizan por acciones propias. Sólo se da por un descenso de la performance del oficialismo en determinados momentos, que se convierte en la variable independiente que posibilita o no que la oposición se erija con temas relevantes. Así pasó tras 2009 y 2013 y habrá que ver qué sucede de ahora en más.
En palabras del politólogo Zuleta Puceiro: “Como sucede habitualmente, el Gobierno redobla la apuesta y hasta la triplica. Le tira la carga de la prueba a los referentes de la oposición, que intentan funcionar como fiscales o jueces. Esto demuestra la vulnerabilidad de la política para establecer acuerdos en defensa de las instituciones”. Para Fabián Perechodnik, uno de los directores de la consultora Poliarquía, “existe un riego de que la política no sepa dar una respuesta contundente ante un suceso tan grave”. Así lo explica: “Esta es una oportunidad para que la oposición exija un cambio de manera conjunta y todavía no lo ha hecho. Esa falencia puede impactar en la opinión pública de cara a las elecciones”.
EL CASO SCIOLI
Mariel Fornoni, titular de Managment & Fit asegura que la muerte de Nisman puede llegar a perjudicar al oficialismo, pero no al gobernador Daniel Scioli. La analista reconoce que el espinoso episodio le dio un corte abrupto a las campañas. ” La sensación en la gente es que la impunidad se pasó de la raya, por eso está tan involucrada. Nosotros hicimos una encuesta el primer día y el 98% de la gente decía saber de qué se trataba. Es un valor que no es muy habitual”.
En lo que tiene que ver de que manera el trágico episodio toca a los candidatos del oficialismo, Fornoni disparó que “hay que ver cómo decanta. Hay que esperar y medir. A priori, lo que me parece es que ayuda, por decirlo de alguna forma, a Scioli, quien no es visto como del entorno más cercano de Cristina. Justo lo agarra recibiendo un embate del oficialismo por su visita al espacio del Grupo Clarín. Me parece que quien haga una utilización política de este caso, quien pretenda sacar un rédito, va a caer en un error, porque la gente está muy sensible con el tema”.
Para la consultora Catterberg, la onda expansiva del caso excede a la Presidenta. “Produce un impacto negativo para la Argentina, que irá más allá de lo que queda de la gestión kirchnerista. Aumenta la desconfianza de los ciudadanos en las instituciones, incrementa la anomia social y la sensación de desprotección del Estado y de ausencia de justicia. Internacionalmente, el país agrega una mancha más a los juicios y prejuicios de los dirigentes e inversores”, se afirmó.
LO QUE ESTA POR VENIR
El año electoral es otro factor para tener en cuenta en el análisis. Suponiendo que la muerte de Nisman afecta al Gobierno, no quiere decir que represente una mejoría para la oposición opinan los entendidos. Por la ciudad de La Plata, las primeras espadas sciolistas articulan un plan para alejar al candidato de las polémicas en torno a la muerte del fiscal. Es evidente, que el gobernador, cautelosamente trata de desmarcarse del gobierno. Tal es así que si bien llamó a modificar los servicios de inteligencia, dejó en claro que sólo la Justicia debe dictaminar sobre el hecho, en clara oposición a la exposición de Cristina Kirchner en cadena nacional.Sus asesores de imagen sostienen  que no hay un cortocircuito con la Casa Rosada. “Scioli ya expresó su postura y dejó bien claro que la Justicia es la que ahora tiene que hablar y actuar. Su posición difiere de la de otros funcionarios del oficialismo porque es un gobernador y su rol es el de llevar tranquilidad a la sociedad”, dijo Jorge Telerman, el jefe de campaña. En el estado mayor “naranja” se optó por una agenda de trabajo para mostrar al gobernador activo en temas de seguridad, educación y obra pública. También le aconsejaron evitar las entrevistas sobre el espinoso suceso, para no quedar enredado en ninguna telaraña.”Scioli está tranquilo, pero preocupado al mismo tiempo, porque cree que el hecho al que más afecta es al oficialismo. No obstante, confía en que se llegue a la verdad”, reveló uno de sus colaboradores. El tiempo dirá. Por lo pronto, lo más dramático, según revelan las encuestas, es que más del 60% de la sociedad manifestó que descree que la justicia llegue a la verdad en el oscuro caso.

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