jueves, 19 de febrero de 2015

Las dos postales del 18-F


Por Jorge Joury -

Resulta difícil encontrar el punto de equilibrio para definir una expresión multitudinaria como la del 18-F, sin caer en subjetividades. Más aún, cuando se convoca para homenajear la figura del fiscal Alberto Nisman ​. Su trágico y aún inexplicable final, es lo que nos convoca a todos​ desde el lugar de la sensibilidad​. Pero es necesario que sea la expresión más acabada del dolor. No puede haber otro tinte que no sea condolerse por la desaparición de un hombre que dedicó gran parte de su vida a investigar el atentado a la AMIA, uno de los peores actos terroristas a nivel mundial y cuyas heridas, a más de 20 años, aún sangran en la piel de la sociedad.

Despolitizar una movilización como la que se pondrá en marcha hoy, resulta casi imposible, por más silencio que se haga. Más aún, cuando ya hay misiles en el aire. Especulando si habrá 300, 400 o 500 mil personas. Qué importa,​ no marca de qué vereda está la verdad. De​ lo que se trata es de honrar la memoria de un hombre de la justicia que no sabemos si se suicidó, lo indujeron a ello o lo mataron. En sí, lo que se verá, aunque sin palabras, no es ni más ni menos que un acto, que desprovisto de discursos, está etiquetado por la presencia de hombres de la política, que después darán cuenta de sus puntos de vista recorriendo todos los medios, con la pretensión de llevar agua para sus molinos. Más allá de ​fogonear​ la búsqueda de la verdad, es un hecho que mucha dirigencia se ha sumado con la idea de que el país vea la postal de un ​oficialismo​ debilitado, algo que le no le hace bien a la democracia. A los gobiernos se los​ vence​ en las urnas y con mejores propuestas​. Algo que ​por el momento​ est​á​ faltando en la oposición, que no encuentra mejor camino que subirse al tren de la tragedi​a, para detenerse en la estación que más le convenga.​
El ​Gobierno​ lo ha entendido como un​ desafío​. Es por ello que fiel a su estilo, la Presidenta doblará la apuesta para ​echar por terra​ la teoría del “pato rengo”. Articuló para ello un contraacto en Zárate, provincia de Buenos Aires. Allí han sido invitados funcionarios de todo nivel, legisladores y militantes. La jefa de Estado lo deslizó el fin de semana cuando sorprendió con una cadena nacional junto al Lago Argentino en la provincia de Santa Cruz y mencionó que prefería hacer gestión. Por eso el Gobierno planifica la celebración de la puesta en marcha en su totalidad de la Central Atucha II que fue bautizada como Néstor Kirchner, en Zárate.
La hora del encuentro será previa a la concentración que podrán en marcha los fiscales como homenaje a la memoria de Nisman . Se espera que no solamente concurra el Gabinete, sino también otros funcionarios y legisladores, además de las columnas de militantes que est​án ​presente​s habitualmente​ durante los anuncios.
No obstante, a la jefa de Estado la embargan las preocupaciones. Sabe que el momento es delicado, cargado de ​intrigas subterráneas​ y ​podría convertirse en ​terreno fértil para cualquier jugada de consecuencias imprevisibles. Será por eso que ordenó varias medidas de seguridad, preocupada por los efectos que el caso Nisman está teniendo sobre el último año de su gestión. Incluso dicen que pidió a sus primeras espadas que bajen el tono de la confrontación, para que la jornada se desarrolle “en paz”. CFK tiene en claro que algunas movidas han enrarecido el ambiente. Una de ellas es la encuesta difundida por la consultora Polldata, que asoma más​ como​ una invitación a la marcha, que la opinión genuina de un pueblo. Indica que el 80% de los argentinos está de acuerdo ​en salir a las calles ​este 18 F.​ Es saludable que el pueblo lo haga. No obstante, habría que ver de qué manera se hizo la pregunta, ya que difícilmente alguien se niegue a expresarse frente a un suceso como el que involucra a Nisman. Desde el oficialismo no son pocos los que salieron a criticar la movilización y la intencionalidad política de los convocantes y participantes, aunque son muchos también los que evitan expresarse en público. Entre ellos se encuentra el propio gobernador y precandidato presidencial Daniel Scioli, quien no estaría en desacuerdo con la participación espontánea, pero sí con la de dirigentes políticos. El muestreo señala también que la muerte del fiscal Alberto Nisman melló la imagen presidencial y que el 63,9% de los argentinos consultados desaprueba al gobierno nacional, algo que aún el resto de las encuestadoras no muestran, ya que no se conoce todavía la verdad en el misterioso hecho ocurrido en las Torres Le Parc de Puerto Madero.
La Presidenta fue la primera en acusar recibo de la caída de su imagen, que atribuye a operaciones para desestabilizar su gobierno. Sin embargo, según las instrucciones que ​impartió​​ a sus funcionarios, no ignora que el costo político sería mayor en caso de ocurrir algún otro incidente durante la marcha o con los involucrados en la causa Nisman. Por eso pidió custodia para quienes actúan en la investigación de su muerte y en su denuncia. Es el caso del fiscal Gerardo Pollicita, que cuenta con custodia las 24 hs, desde que se hizo cargo de la causa que llevaba adelante Nisman. Esta semana se hará lo propio con el juez Daniel Rafecas.
Respecto de la marcha, la Presidenta planteó una lectura preocupante: la posibilidad de que hubiera infiltrados que generen incidentes y agraven la situación. Tal vez la hayan alertado que podría haber grupos que aprovechen el marco de la masiva movilización para agravar el clima social y político, lo cual sería condenable por donde se lo mire.
Junto a sus funcionarios Cristina Fernández dispuso entonces algo que en público difícilmente admitirá: un operativo reforzado de seguridad. Más allá de la Metropolitana de Macri, que aportará 450 efectivos, habrá presencia de la Policía Federal, Policía de Seguridad Aeroportuaria, Gendarmería y Prefectura, desplegadas en todo el territorio, ya que las marchas replicarán a lo ancho y lo largo del país.
La orden expresa es que los efectivos no estén armados y que no respondan ni generen provocación alguna. El control estará concentrado en la Jefatura de Policía con la presencia de la ministra Rodríguez, de Berni y de los jefes de todas las fuerzas a su cargo.
​Es de esperar ​que los sonidos del silencio suenen en paz​. Q​ue se deje constancia de que los argentinos, más allá de las diferencias ideológicas, estamos de acuerdo en afianzar la democracia. No hay otra manera que dirimir el futuro en las urnas y consolidar las instituciones. Por el momento es necesario ser reflexivos, cautos y no condenar a nadie en la vista previa, para que la justicia pueda avanzar lejos de cualquier efecto contaminante y llegar a la verdad. Lo ha pedido hasta la propia ex mujer de Nisman.

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