lunes, 9 de marzo de 2015

Adiós a un calentón, Sofovich, la maquina de producir éxitos


Por Jorge Joury – Querido y odiado a la vez por la farándula, no se puede negar que la muerte de Gerardo Sofovich, a los 77 años impacta fuertemente en el corazón del mundo del espectáculo. Tuve la suerte de conocerlo durante una visita que realizó a Diario Popular. Digo esto porque detrás de la cáscara dura de Gerardo, se escondía un hombre sensible y exquisitamente culto.


Recuerdo que vino a la redacción porque quería hacer un diario y el dueño de la empresa lo mandó a verme. Voy a contar la anécdota, que pertenece a mi fuero íntimo, porque después de tántos años considero que prescribió. Sofovich me preguntó cómo armar un medio gráfico y yo le retruqué: ¿Por  qué meterse Gerardo en algo que  no conoce?. Usted sabe de TV, de cine y de teatro. Esto es distinto, cuesta mucha plata imponer un diario. Es un negocio complejo, le dije, aunque iba contra los intereses de la empresa que quería imprimir su diario. Me miró fijo y disparó : “yo pago bien, quiere venir conmigo”. Así era Gerardo, si él no tenía la llave de un producto, la compraba cueste lo que cueste. Le dije que nó y como todo cabrón, hizo el diario y fracasó. Lo tuvo que cerrar, porque su único impacto fue fotografiar a  Graciela Alfano sin bombacha, en un cruce de piernas que tuvo en su programa de TV.
Lo cierto es que hoy en su mundo nadie podrá negar que fue un generador permanente de trabajo y una máquina de fábricar ídolos. Muchos hoy le deben el lugar en que están, a la varita mágica de este hombre, que tenía un olfato especial para el éxito y  la virtud de sobrevivir a todos los escándalos que se le cruzaron por el camino. Su vida estuvo signada por las desgracias y las adicciones. Sin embargo Gerardo siempre fue detrás del triunfo y se consagró como uno de los hombres más exitosos. Con su aire de tipo serio, testarudo y de carácter explosivo, cosechó pocos amigos. Sofovich era muy seguro de sí mismo, inteligente y muy culto como lo demostró en los programas de preguntas y respuestas. Bastaba con ver su sonrisa irónica para comprender que él sabía más que todos y le gustaba que se notase. “El éxito para tener plata es hacer el primer millón, luego los negocios vienen solos”, solía decir en la década del 70 cuando ya tenìa avión propio para viajar a Las Vegas y distrutar de una noche de casino. Cacho Rubio siempre decía que Gerardo era “el rey de los bacanes. Le gustan las mujeres bellas, el buen vino y el tabaco”. Su relación más tormentosa que con Sofía Oleksak, con quien se juró amor eterno en el 2009 . Pero, después  de siete años de amor, duraron casados apenas un poco más de siete meses. La gran fiesta de casamiento fue en Señor Tango y se vieron muchas caras conocidas saludando a los novios como Mirtha Legrand, su hija Marcela Tinayre, Susana Giménez, Florencia de la V y Mauricio Macri. Pero toda esa alegría no bastó para ponerle un punto final amigable cuando la relación mostró que estaba llegando a su fin en diciembre de ese mismo año. Ella presentó una millonaria demanda de divorcio y él le contestó con otra.
EL OJO CLINICO DEL EXITO
Quienes estuvieron muy cerca de él lo califican como un gurú del sentimiento popular. Tenía un tercer ojo y una gran intuición para crear proyectos exitosos. En los `70 marcó un antes y un después en al pantalla chica. Tal vez haya que bucear en los años de su niñez para comprender por qué Sofovich mostraba un corazón de piedra. No es para menos, a los 7 años tuvo un accidente en un tranvía, cuando intentó salvar a su hermano Hugo y perdió una de sus piernas. En otro tramo de su vida y cuando el éxito lo alcanzaba luchó contra la adicción a las drogas de Gustavo, su único hijo y más tarde con la enfermedad de quien fue el gran amor de su vida, su mujer y compañera por treinta años, Carmen Morales quien enfermó de Alzheimer. Convivió con ella durante 30 años, desde 1965 hasta 1995. En 1968 tuvieron a su único hijo, Gustavo, quien le dio una nieta llamada Tatiana.
Paradójicamente, en materia de salud Gerardo también marcó un récord. Tenía 15 stent. Estaba invadido de  angiplastias coronarias y reconocía con orgullo que su corazón era a prueba de balas. Su antipatía lo llevó en muchos casos a disputar varias peleas mediáticas, siendo el blanco de la mayoría de los periodistas que lo denostaban porque pegarle daba rating. Sin embargo, detrás de aquel hombre de perfil pétreo, se escondía una personalidad sufrida.
NO LE TEMIA A LA MUERTE
A través de numerosas entrevistas que se le realizaron en los últimos tiempos, Sofovich se encargó una y otra vez de ratificar que no le temía a la muerte. Luego de su última internación y su agioplastía N° 15, aseguró  que “no vio luz ni esas cosas”, pero admitió que tuvo sensaciones “raras”. “Tuve una intimidad con ella, pero no le temo”, declaró en aquella. “El hombre desde que nace está coqueteando con la muerte o es un esclavo del miedo a ella, que es lo que crean las religiones, que son un placebo contra el miedo único, irreversible e imposible de superar”, planteó en aquel entonces. En esa última internación admitió “sentir” que se moría. “Antes que me internaran fumé mi último cigarrillo”, había confesado. En esas oportunidad, dio detalles de sus días de internación por insuficiencia respiratoria. “Sentí que me moría. Es increíble. No vi ni la luz ni nada. Es imposible definir la sensación”. Luego, volvió a hacer uso de su sentido del humor: “Sigo sin tenerle miedo a la muerte. Tuvimos un momento de intimidad”, bromeó. Los primeros días de noviembre de 2014, había prometido “dejarse de jorobar” y nunca más tocar un cigarrillo.
A una periodista le aseveró: “Dije se acabó y se acabó . EL hábito de fumar, claro que lo sentís, pero es una decisión vital de ganas de vivir. Ya no puedo jorobar más. Tengo ganas de vivir”.
Lo cierto es que de madrugada, como a él le gustaba, se fue de esta vida uno de los hombres más emblemáticos del mundo del espectáculo. Productor, actor, autor, periodista, animador, fue uno de los más importantes creadores de figuras de los últimos 40 años en el mundo del show nacional. El conductor murió en la Clínica Suizo Argentina, aproximadamente a las 5 de la mañana.Su hijo Gustavo Sofovich confirmó la triste noticia en declaraciones televisivas, pero no quiso dar más detalles.La causa de su muerte fue una hemorragia digestiva masiva. Había sido internado el sábado por la noche.
UNA CARRERA BRILLANTE
Para recorrer la historia de este peso pesado del mundo del espectáculo, hay que remotarse a principios de la década del 60 trabajando. Allì empezó como guionista y director de televisión junto a su hermano Hugo Sofovich, otro creador incomparable. En la grilla de éxitos se destacan Operacíón Ja Ja, Polémica en el Bar. Allí supo juntar a grandes cómicos como Fidel Pintos, Alberto Olmedo, Javier Portales, Jorge Porcel, Julio de Grazia, Vicente La Russa, Mario Sánchez, Adolfo Garcia Grau, Mario Sapag, Rolo Puente . Otro de los impactos llegó con  Juan Carlos Altavista interpretando a Minguito y luego la célebre Peluquería de Don Mateo.
Fue un prolífico director y autor cinematográfico. Aunque algunos críticos calificaron a la mayoría de sus películas como chabacanas, Gerardo como director y autor cinematográfico batió con sus films récords de recaudación. Sus principales figuras en casi todos sus películas fueron Alberto Olmedo y Jorge Porcel junto a las vedettes Moria Casán y Susana Giménez.
Como conductor de televisión, comenzó en 1973 con un progama periodístico denominado La Dos Campanas. Luego en 1990 incursionó con Semananueve, y  desde 1987 hasta la actualidad puso su sello con La noche del domingo. En el 2007  condujo Sin límite SMS -programa de entretenimiento- y el magazín A la manera de Sofovich, ambos por canel 9.  Además se dio el lujo de integrar de manera polémica, el jurado del Bailando Por un Sueño, el programa de Marcelo Tinelli. Además produjo diversas obras teatrales en Buenos Aires, Mar del Plata y fue uno de los primeros en desembarcar en Villa Carlos Paz.
SU ULTIMO ESCALON
Fue uno de los descubridores de Florencia de la V y se animó a ponerla en el escenario en años hostiles para el travestismo. Con ella y Nazarena Vélez encabezó varias obras de teatro. Sin embargo, Una familia poco normal, una de las mejores comedias de su carrera, fue protagonizada por Moria Casán, que llevó a que sea un éxito durante toda la temporada de verano. Durante el  2009 se produjo la desvinculación -supuestamente definitiva- con Nazarena Vélez y Florencia de la V,  lo que dio mucha tela para cortar en los programas dedicados al mundo del espectáculo.El domingo 25 de septiembre del 2011 se despidió de su programa La Noche del Domingo y su carrera en TV. Luego hizo  “Sofovich hace memoria,” por Crónica TV, un programa en donde se recordaba todos sus éxitos en cine y televisión. No obstante a principios del 2014 volvió a la televisión de la mano del productor Martín Kweller, como jurado destacado en el programa “Los 8 escalones”, por el Trece y con la conducción de Guido Kaczka. Y allí, ancló su rica historia, un puntaje que hoy no se discute, si tuviéramos que calificar su vida.

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