lunes, 9 de marzo de 2015

Scioli suma a Insaurralde y abre puertas a más retornos


Por Jorge Joury – Hacía justo 7 meses que no se veían las caras. Aquel 4 de agosto del año pasado, en la sede del BAPRO en la capital federal, Daniel Scioli y Martín Insaurralde compartieron un té con pastafrola, con un sabor amargo. El por entonces aún diputado del FpV visitó al gobernador bonaerense, que supo ser su padrino político post-derrota electoral, pero dejó una estela de incertidumbre sobre su futuro político. Amagó y amagó con irse al Frente Renovador, tratando de ganar estrellato, pero nunca concretó la partida definitiva.

Es que MI estaba por entonces en el mejor momento de su juego mediático, pero con el paso del tiempo la foto fue quedando amarilla. Las dubitaciones de Insaurralde tuvieron que ver con que Massa fue bajando en las encuestas, se le acotó el carretel de alianzas en el interior del país y hasta su propia tropa mostraba estado de rebelión si el lomense se asomaba por el Tigre. Lo cierto es que ayer Daniel Scioli y Martín Insaurralde volvieron a compartir un escenario, tras los intensos coqueteos con el massismo que tuvo el lomense durante gran parte del 2014 y en el verano del 2015.
La excusa para la foto conjunta fue el acto de egreso de los primeros 300 efectivos de la Policía Local del Municipio, donde además participó el ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados, quien ofició de enlace para el comienzo de la vuelta del lomense a las filas del Frente Para la Victoria.
En los últimos días, tras las constantes idas y venidas de Insaurralde, asomó la posibilidad de que finalmente se quede en las filas del kirchnerismo, algo que ayer pareció percibirse. Para este decisión fue trascendental el papel que jugó Granados, quien se reunió con MI durante el fin de semana que pasó y casi que lo convenció que “tiene que jugar dentro del FpV”. Las dos opciones que por ahora están en los planes de Insaurralde son disputar la Gobernación bonaerense o buscar un nuevo mandato como intendente de Lomas de Zamora bajo el sello del oficialismo y esperar el próximo turno para aspirar al Sillón de Dardo Rocha.
La foto con Scioli es una gran señal de acercamiento entre ambos políticos y muchos son los que observan que la relación que supieron plasmar durante la campaña de las elecciones legislativas del 2013 puede volver a tomar forma en una nueva etapa electoral definitoria.
MIRANDO HACIA EL FUTURO
En ese sentido, las palabras para leer con resaltador que Insaurralde dijo sobre la parte final de su discurso, con un Scioli que lo miraba atentamente, quizá tengan que ver con la decisión de su futuro político : “Ojala podamos soñar juntos una Argentina y una Provincia más segura”.
En el estado mayor naranja se frotaron las manos con la señal del lomense, ya que lo consideran virtualmente subido a la campaña. Reconocen que “Daniel sabe esperar y actúa en el momento justo”. Será por ello que el “operativo retorno” que se montó con la venia del ex motonauta y donde Granados jugó un rol preponderante, le permitió al gobernador colocar la foto que le faltaba en su álbum.
Quienes conocen al ministro de Seguridad, saben de sus dotes de mediador. Surgido en la vieja escuela de los barones del conurbano, es un jugador hábil en el manejo de los códigos y debilidades de sus pares. Durante el acto en Lomas de Zamora, el ex intendente de Ezeiza mostró además otra de sus cartas como para ir desentrañando el futuro de Insaurralde. Dijo que “MI” “nunca se fue” del FpV. “Soy intendentista”, disparó Granados, en referencia a su predilección por un intendente a la hora de suceder a Daniel Scioli. “Yo creo que tenemos muchos compañeros, soy amigo de todos, el que esté mejor posicionado y tenga el mejor reconocimiento de la gente… Yo soy intendentista: Quiero que un intendente sea el próximo gobernador”, afirmó.
ABRIO EL JUEGO PARA TODOS
No obstante, para no generar asperezas, Granados aseguró que “le gustan” los candidatos Patricio Mussi, Fernando Espinoza y Martín Insaurralde, tras lo cual agregó el nombre de Julián Domínguez, que fue alcalde de Chacabuco. “Me gustan los intendentes para ser candidatos por supuesto acompañando al espacio al que pertenezco hace 12 años que es el Frente para la Victoria” remató, en la previa del acto como para ir calentando la cancha.
Hay que reconocer que el encuentro Scioli-Insaurralde se produjo a partir del puente que estableció Granados y que apunta a un nuevo acercamiento no sólo de MI, sino también de varios intendentes ex PJ que hoy militan en el massista Frente Renovador, pero que ahora no descartan apoyar la candidatura presidencial de Scioli. Entre otros figuran Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas), Luis Acuña (Hurlingham) y Humberto Zúcaro (Pilar).
A FUEGO LENTO DESDE PINAMAR
Los trascendidos hacen mención que Granados venía fogoneando el encuentro de Lomas desde Pinamar, al compartir con Insaurralde algunas charlas en la placidez de la costa verde. Como viejo lobo de mar, Granados le marcó al lomense la caída en las encuestas de Massa, un repertorio que se agota en fuegos de artificio, además de alertarlo sobre la explosiva interna renovadora que podía llevárselo puesto. Y como frutilla del postre le marcó que la gran final será entre Scioli y Macri. También le aconsejó que si se queda en el FPV y aunque no logre llegar a la gobernación, en el último de los casos puede ir por otra intendencia, ya que por su juventud, aún le queda tiempo para llgar al sillón de Dardo Rocha.
Paradójicamente, mientras se registraba la foto MI-DOS, Cristina Fernández de Kirchner compartía un acto con el ministro de Interior y Transporte Florencio Randazzo, uno de sus preferidos, por la llegada de las nuevas formaciones de trenes chinos para el Roca. Lo que se dice, otra secuencia pre-electoral de una interna que también en el oficialismo muestra alta temperatura.
SEÑALES DE UN HISTORICO
Para ir deshojando la historia que está por venir, conviene recordar lo que dijo hace pocos días un histórico del peronismo, Santiago Carasatorre, ex reemplazante de MI en la intendencia de Lomas: “Estamos dentro del Frente para la Victoria y no nos vamos”.
En la gobernación celebraron la foto entre DOS y MI como impacto mediático pero no dio para descorchar champán. Igual abren la puerta de una reconciliación: “Daniel quiere la unidad y a todos tirando del mismo carro hacia la victoria”.
Aunque MI, sigue siendo competitivo, no tiene equipo donde jugar ya que Scioli más allá de sus guiños y contención, no está en condiciones de darle garantías respecto a que pueda meterse en el pelotón de candidatos. La bandera verde para competir muestra además un costado más complejo. Habrá que ver qué dice Cristina Kirchner, que ya apostó una vez por Insaurralde y terminó decepcionada.

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