miércoles, 18 de marzo de 2015

Domínguez calienta motores para pelear en la Provincia


Por Jorge Joury

 En medio de la incipiente paz que firmaron en las últimas horas sciolistas y randazzistas, luego del virulento fuego cruzado de acusaciones, un nuevo jugador está presto a salir por el túnel en el escenario bonaerense. Tiene que ver con que Julián Domínguez, el actual presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, dejará sus aspiraciones de presidenciable y bajará a la Provincia con la intención de sentarse en el sillón de Dardo Rocha. Trascendió que fue la propia Cristina Kirchner quien habló con el hombre de Chacabuco y le dio el visto bueno para sumarse al pelotón de aspirantes.”Cristina quiere unas PASO potente”, comentan en los pasillos de la Casa Rosada. No obstante, el propio Domínguez por ahora lo niega y ratificó que será candidato a la primera magistratura.
En fuentes confiables se asegura que Domínguez dio la señal de su desembarco en territorio bonaerense, hace poco menos de un mes cuando apareció en el Vaticano para una reunión a solas con el papa Francisco. Al parecer, el Santo Padre lo había llamado, atento a la histórica relación que tienen, para que le dé un panorama sobre la situación política en el país y el impacto provocado por la muerte del fiscal Alberto Nisman.

UNA SEÑAL DEL NUEVO RUMBO

Los observadores políticos leyeron entre líneas entonces que el solo hecho de que Francisco lo recibiese fue un anuncio de que se bajaba de la candidatura presidencial, ya que el Papa había mandado a decir que de aquí en más no atendería a postulantes a la primer magistratura. Quienes fogonearon ese encuentro fueron el embajador Eduardo Valdez, hombre de gran llegada a Bergoglio y el publicita oficial del peronismo, Enrique Pepe Albistur. Valdez es un dirigente justicialista porteño, de muy buena muñeca para armados  de alto nivel. Ha instalado un fuerte corredor político entre el gobierno argentino y El Vaticano. Aunque él lo niegue, en los corrillos del poder aseguran que Valdez, es un jugador clave en la influencia del Papa Francisco para lo que tiene que ver con la definición política argentina de 2015.
Otra hecho que alimentó las versiones sobre una posible mudanza de Domíguez a la Provincia, comenzó a ganar terreno en los últimos días luego de una cena en el Congreso Nacional. Allí el presidente de la Cámara de Diputados convocó a 16 intendentes del FpV. A ellos les pidió el respaldo ante el cambio de rumbo. La reunión, fue el correlato de una recorrida por la adversa Primera Sección electoral, donde visitó a precandidatos kircheristas en distritos dominados por el massismo. “No hay que calzarse ningún traje, hay que trabajar mientras la Presidenta ordena nuestro espacio”, dijo Domínguez en esa línea.

EL EFECTO CASCADA

La posibilidad de que Domínguez se ubique en las gateras entre los precandidatos a gobernador puede tener implicancia en todos los niveles de la interna del oficialismo.  Podría complejizar la que protagonizan al menos seis nombres que buscan ocupar la boleta oficialista para la gobernación: Patricio Mussi, Diego Bossio, que viene levantando significativamente en las encuestas, Fernando Espinoza, Cristina Álvarez Rodríguez, Santiago Montoya y ahora Carlos Castagnetto. Frente a los intendentes enrolados en la mesa del “grupo de los 30”, que pertenecen a municipios chicos y medianos que se reúnen periódicamente en San Vicente, Domínguez fue categórico: “Si quieren que baje a la Provincia, denme un respaldo”, disparó en la cena del Congreso.
Estaban, entre otros otros, Mario Secco de Ensenada, Enrique Slezack de Berisso, Gustavo Walker de Pila, Diana Argüello de Lobería, Gustavo Arrieta de Cañuelas, Daniel Di Sabatino de San Vicente, Marcelo Racciatti de Lezama, Raúl Basualdo de San Miguel del Monte, Juan Carlos Caló de Las Heras, Alberto Gelené de Las Flores, Juan Antonio Delfino de Suipacha, Juan Carlos Gasparini de Roque Pérez, José Inza de Azul, y Gustavo Cocconi de Tapalqué.El único alcalde de distrito grande presente fue, Julio Pereyra, de Florencio Varela, quien como presidente de la poderosa Federación Argentina de Municipios (FAP) es considerado una suerte de nexo de los jefes comunales con los distintos precandidatos. El planteo fue bien recibido por los alcaldes, como una “señal de madurez”. “Si está el pedido de la gran electora –por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner- todos debemos estar dispuestos a ceder posiciones”, coinciden los jefes territoriales que se sienten contenidos y escuchados por el poder central.

UNA PESADILLA PARA SCIOLI

La novedad del posible desembarco de Domínguez fue tomada con cautela en la carpa naranja. Por un lado le saca al ex motonauta un competidor presidencial, pero por otro, avisa que Randazzo, hoy recargado en la contienda con el sciolismo, no se baja en la competencia por el título mayor. Hoy Randazzo y Domínguez son socios estratégicos y podrían convertirse en una pesadilla en las Paso para el bonaerense.
Aunque no se lo reconocerá por ahora oficialmente, trascendió que Domínguez mandó a bajar carteles, tapar pintadas y desarmar equipos, para articular otro plan, en el nuevo horizonte.
Es probable que en los próximos días, como muestra de su relación con la Iglesia, si Domínguez dá el puntapié inicial camino a la gobernación, reciba el saludo de los obispos bonaerenses como una muestra de apoyo. Mientras tanto, en los pasillos de la Casa Rosada se da por sentado que CFK, por sugerencia de Carlos Zannini, quiere unas PASO potente para demostrar que el FPV tiene cuadros para ganar las elecciones en primera vuelta, más aún en Buenos Aires, donde se disputará la madre de todas las batallas.

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