miércoles, 18 de marzo de 2015

El PRO, con números bajos y sello caído en la Provincia


Por Jorge Joury

En el bunker macrista ruegan que en los próximos días la Justicia Electoral de la Provincia les autorice la conformación de un nuevo partido político, que en los hechos, reemplazará al caído sello del PRO. Es que los tiempos se acortan para las Paso y encima los números de las encuestas no acompañan a la candidata a gobernadora Maria Eugenia Vidal. Sucede que por descuido o falta de experiencia electoral, el viejo partido amarillo con siglas negras, perdió la personería bonaerense, al no haberse presentado en las dos últimas elecciones. Ahora deberá dejar pasar una votación para intentar retornar con sus viejas insignias.El descuido lo habíamos anticipado desde esta columna el 7 de octubre del año pasado, en un comentario que llevaba como tìtulo: “Suicidio del Pro para dar la batalla de Buenos Aires”.
Mientras tanto, de cara a la convención nacional del radicalismo del sábado, que deberá definir si acuerda o no con el PRO para las presidenciales de octubre, Mauricio Macri empieza a intensificar su presencia en la provincia de Buenos Aires, territorio donde se dirimirá gran parte de la suerte del sucesor de Cristina Kirchner a partir del 10 de diciembre próximo.
Con agenda confirmada para el sábado en La Matanza, el distrito más populoso del conurbano bonaerense, y con previa escala el día anterior en Bahía Blanca, el jefe de Gobierno porteño le ha encargado de manera urgente a sus primeras espadas que se aboquen a la búsqueda de un sello partidario con el que se presentarán primero en la cotienda electoral de agosto y luego en la de octubre.
La búsqueda, de un nuevo nombre, si bien no hace peligrar la participación del PRO en la provincia de Buenos Aires, le trae un dolor de cabeza a las aspiraciones de Macri. No solo porque “Propuesta Republicana” no va a recibir los fondos que la Justicia Electoral designa a cada partido, sino porque, según reconocen desde el macrismo, la caza de un sello partidario para participar en las PASO de agosto le podría significar al jefe de Gobierno porteño una negociación que tendrá su precio y que no estaba prevista en sus planes originales.
En relación a la interna partidaria, si bien Macri oficializó la candidatura a gobernadora de María Eugenia Vidal, que ya ha recorrido gran parte de la provincia, hay otra opción en puerta que ha levantado polvareda. Tiene que ver con que el ministro de Gobierno, Emilio Monzó, fogonea al recientemente llegado de las filas del massismo, Gustavo Posse, intendente de San Isidro. La idea es proyectarlo en una supuesta interna con la vicejefa de Gobierno porteño. Esa hipotética primaria va a depender, en parte, de un eventual acuerdo entre el PRO y la UCR, que quedará sellado o no en la convención radical del próximo sábado.
Las perspectivas son buenas. Hay fuertes rumores de que una posible alianza entre el PRO, el GEN, la UCR y la Coalición Cívica en la provincia de Buenos Aires avanza rápidamente. A tal punto que ya se habría acordado el sello que llevarían en los próximos comicios: “Juntos por Buenos Aires”, misma denominación que el neo bloque que se conformó en la Legislatura bonaerense, integrado por los diputados Héctor Gay, Santiago Nardelli y Orlando Yans. Según versiones extraoficiales, la idea es que en las listas de candidatos a legisladores la mitad pertenezca al PRO y la otra a los aliados.
Posse, surgido de las entrañas del radicalismo, sabe que María Eugenia Vidal casi no mueve el amperímetro en muchas zonas del conurbano bonaerense, donde el peronismo tiene bastiones inexpugnables.
Las encuestas le adjudican a Vidal apenas un 7% de intención de voto. La estrategia sería planificar una interna con dos boletas, una por el PRO y otra por el radicalismo. Aunque aún no está nada definido.
Una de las variantes es que la del  PRO, esté compuesta por Mauricio Macri, precandidato a presidente y Vidal para gobernadora. La segunda podría estar conformada  por un radicalismo bonaerense que se preparaba para jugar su escudería con Ernesto Sanz como aspirante a la Casa Rosada y Posse a la gobernación provincial.
El talón de Aquiles para ese armado, tiene que ver con una decisión de Posse, que ya habría planteado su negativa terminante para compartir boleta con el radical mendocino. “Gustavo quiere estar en la boleta con Macri, y competir con Vidal, pero dentro de una interna amplia que incluya al radicalismo, pero no al aparato de la UCR”, deslizaron con cierto fastidio desde la jefatura de Gobierno porteño.
Los paladares negros del PRO se sienten invadidos por Posse y se negaron de manera contundente a que les marquen la cancha. “Posse es radical y debe disputar desde ese espacio”, respondieron. La salida más pacífica entre ambas posiciones, para que la sangre no llegue al río, sería la creación de un nuevo frente que, “contendría a otros partidos en calidad de socios”.
Mientras el PRO define sus cuitas internas, en la otra orilla de la General Paz, observan expectantes los avezados intendentes del PJ con sus territorios blindados. Es evidente que al macrismo que crece a nivel nacional, le espera una titánica tarea  en una zona que se presenta como desfavorable y que además tiene la contudencia de poder definir una elección. Buenos Aires volverá a ser una vez más: “la madre de todas las batallas”.

No hay comentarios: