lunes, 30 de marzo de 2015

El paro del martes y un timbre de alerta para los candidatos


Por Jorge Joury
El último paro nacional del 28 de agosto pasado, liderado por el titular de la CGT, Hugo Moyano y el sindicalista gastronómico, Luis Barrionuevo, le costó al país, unos 2.500 millones de pesos en lo que tiene que ver con las pérdidas en la producción, una sangría enorme para la economía nacional. El martes próximo la fotografia se repetirá, aunque tal vez con mayor impacto. La huelga convocada por los gremios del transporte contra el Impuesto a las Ganancias será nacional y multisectorial y con la adhesión de las centrales opositoras. Así lo confirmaron los sindicatos organizadores y también la CGT  de Hugo Moyano, que además prometió desde abril intensificar un plan de lucha de mayor envergadura con otra protesta esta vez de 36 hiras.
Pablo Micheli, jefe de la CTA combativa, también mostró cavilaciones, pero al final también será de la partida. Así, los piquetes en puntos de acceso estratégicos estarán garantizados.
En el Gobierno se trabaja a contra reloj en la búsqueda de opciones para frenar la medida. Se reconoce la legitimidad del reclamo, pero el jefe de Gabinete Aníbal Fernández argumentó “lo difícil que es tomar una medida de ese tipo, ya que cada vez que se sube el nínimo no imponible, se cierra una puerta a aquellos que están por ingresar al trabajo registrado”.
El paro será fuerte”, aventuró un jerárquico de la CGT cercana al oficialismo. Con intenciones de ratificar su gen, agregó: “No vamos a ponernos en contra porque es un reclamo por mejoras para el bolsillo del laburante, más allá de que hay ingredientes políticos”.
Desde el Gobierno, a través de diversos interlocutores, se enviaron señales. Se intenta contener a la tropa de gremios alineados con CFK con promesas de que habrá modificaciones de fondo en Ganancias durante la campaña electoral. La maniobra oficial prevé modificar por ley el impuesto. No sería un mero anuncio presidencial para elevar las escalas del mínimo no imponible. Habría algo más. Y algunos sindicalistas ya lo saben.
La lectura que se hace por estas horas en los circulos políticos, es que el reclamo gremial está más dirigido al próximo gobierno, que a las actuales autoridades. Los gremios quieren marcar la cancha, comprometiendo con una propuesta seria y firme a los partidos. Una suerte de mensaje subliminal para el próximo inquilino de la Rosada.
No creen que Cristina dé el brazo a torcer en forma inmediata, aunque evalúan que de haber una modificación en Ganancias, la anunciará más cerca de las Primarias de agosto.
De todas maneras en la CGT de Moyano se endurecen. Se pone como excusa que “el gobierno nos empuja a la protesta” . Preparan además su artillería pesada  para contratacar el 15 de abril. Allí convocarán al Comité Central Confederal, máximo órgano resolutivo, para disponer una nueva huelga, pero en este caso con movilización a la Plaza de Mayo y eventualmente por más de 24 horas.
En lo que será el primer gran desafío sindical del año para la Casa Rosada, el martes se alterará el normal funcionamiento de los servicios de los colectivos urbanos, ómnibus de larga distancia, vuelos internacionales y de cabotaje, ferrocarriles, y se paralizarán la actividad portuaria y el comercio exterior. Pero ahora, con el respaldo de las centrales obreras, habrá otros servicios afectados. No habrá atención al público en los bancos y no abrirán las dependencias estatales en las que ATE tenga representación. Tampoco funcionarán la recolección de residuos, el transporte de carga y no abrirán las estaciones de servicio de combustible, entre otros rubros ligados al comercio.
La reivindicación por el impuesto que pesa sobre los salarios unifica la postura en el arco gremial. Agrupa en un mismo sector a oficialistas y a opositores. Es así, a pesar de que desde el Gobierno se mantiene el rechazo a modificar en el corto plazo el tributo o elevar las escalas del mínimo no imponible de Ganancias. Con las últimas modificaciones impositivas, concretadas en agosto de 2013, Ganancias es tributado por el 10,2% de los trabajadores registrados (955.527) y el 0,7% de los jubilados (39.641), según informó la AFIP. En diciembre pasado, Cristina Kirchner desactivó un paro de transportistas al eximir de Ganancias el medio aguinaldo. Fue un anuncio pasajero que ayudó a descomprimir el clima de fin de año, pero tratándose este de un ciclo electoral, las impaciencias se potencian.En la lectura fina, lo que queda en claro, es que el paro del martes también se mete en la campaña.

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