lunes, 30 de marzo de 2015

Con margaritos y “colgados” la UCR se puso en pie de guerra


Por Jorge Joury
Hay quienes comentan con ironía en la UCR que Ernesto Sanz se colocó el traje de bombero. El titular del radicalísmo por ahora no puede apagar el incendio y los efectos colaterales de la nueva alianza con el macrismo y la CC de Elisa Carrio. A lo que apunta, es a sofocar escenarios de tensión y ruptura que abren cada día más la grieta y que son generados por sectores que criticaron el acuerdo de Gualeguaychú.
Uno de los focos de discordia tiene que ver con que algunos de los heridos que dejó la Convención, ya están fogoneando la realización de un acto para confrontar de plano con Sanz.
En la trastienda de los boinas blancas, lo que se murmura es que los dirigentes que intervendrían son Gerardo Morales, Luis Naidenoff, José Cano, Francisco Torroba, Eduardo Costa, Julio Cobos, Ricardo Alfonsín y Ángel Rozas, entre otros. Una de las posibilidades que manejarían sería que Alfonsín sea el candidato a gobernador de Margarita Stolbizer, aunque por el momento no hay referencia precisa.
LA REBELION DE MORALES
El principal frente de tormenta donde los rencores se recrean de manera permanente, sigue estando en la vereda de Gerardo Morales, que proponía en la Convención un esquema de alianzas más amplio, que incluyera también a Sergio Massa, el Lider del Frente Renovador. No hay que olvidar que Morales cerró con el tigrense un acuerdo para impulsar su candidatura a la gobernación de Jujuy. Tanto él como Luis Naidenoff de Formosa, son los dirigentes de más peso que mantienen un discurso crítico contra la decisión adoptada por la Convención.
Morales no baja la guardia y salió a formular sus reclamos con estridencia.  Concretamente pidió en las últimas horas que el Comité Nacional radical autorice que las listas de diputados nacionales y a gobernadores vayan “colgadas” de la mayor cantidad de candidatos a presidente posibles, para que se mantenga “la estructura territorial del partido”. De no concretarse, la UCR quedaría al borde de la fractura.
El senador jujeño sembró dudas sobre cuál es la “letra chica de lo acordado con Macri. Es un tema que va a tener que precisar Sanz y obviamente cumpliendo compromisos que se han planteado en la Convención” de Gualeguaychú. Morales aclaró que en las PASO va a votar al candidato de la UCR, es decir a Sanz. “¿En las generales?, vamos a ver qué pasa”. Si gana Macri, de todas formas, aclaró que no será un gobierno de coalición: “Si no le toca a Ernesto Sanz ser presidente me parece que nosotros no tenemos nada que hacer en un gobierno del PRO”. disparó con bronca.
DEMOSTRACION DE FUERZA
Decididos a recuperar terreno después de la dura derrota en Gualeguaychú, los radicales con aspiraciones y posibilidades de gobernar sus provincias ensayarán una demostración de fuerza dedicada al presidente del partido y ganador de la convención, Ernesto Sanz.
Todavía con los ánimos caldeados por la aprobación del pacto electoral con Pro, los candidatos a gobernador preparan una reunión para el próximo lunes. La excusa formal será analizar la implementación del quinto punto del acuerdo aprobado en Gualeguaychú, que prevé autorizar a los postulantes a las gobernaciones a colgar sus boletas de las de más de un candidato a presidente. Esta cláusula apunta a preservar las alianzas distritales con el Frente Renovador de Sergio Massa.
Morales es el que está organizando el encuentro. Ya convocó a José Cano (Tucumán), Eduardo Costa (Santa Cruz) y Luis Naidenoff (Formosa), que como él son candidatos a gobernador de sus provincias y tienen acuerdos con Massa. También invitó a Ricardo Alfonsín y al chaqueño Ángel Rozas, que, aunque no competirán, siguen de cerca los armados en sus provincias y no quieren saber nada con el macrismo.
Además de servir para el análisis del nuevo escenario electoral, la reunión está pensada como un mensaje de los derrotados de Gualeguaychú a Sanz. “Si va a haber libertad de acción, queremos que sea en serio”, dijo uno de ellos. Hacía referencia de esta manera  al acuerdo entre Sanz y Mauricio Macri para armar listas únicas de candidatos a legisladores nacionales. Algunos radicales, como Morales, temen que ese límite lleve a Massa a quitarles apoyo y a poner candidatos propios que, aun cosechando pocos votos, pongan en riesgo sus posibilidades.
Sanz ratificó la semana pasada que las listas únicas son “innegociables”, por lo que el debate promete durar. Ello, siempre y cuando Jujuy, Formosa y Santa Cruz no desdoblen sus elecciones, una posibilidad todavía abierta. Mientras el calendario en esas provincias siga siendo una incógnita, los radicales que aspiran a gobernarlas seguirán en pie de guerra. De hecho, la idea es que de la reunión del lunes salga un pedido formal a Sanz para que convoque al comité nacional de la UCR, que preside.
YA NO SOS MI MARGARITA
Contener a Morales no es la única preocupación de Sanz. También tiene un ojo puesto en la estrategia presidencial de Margarita Stolbizer, que pretende ir en auxilio de los heridos de Gualeguaychú, que están dispuestos a romper con la estructura orgánica del partido centenario porque Macri les huele a rancio. La dirigente, para diferenciarse, viene avanzando con acuerdos con sectores de centroizquierda con el objetivo de recrear el Frente Amplio Progresista. En esa dirección, ya está virtualmente cerrada la candidatura a diputado por la provincia de Buenos Aires del secretario general de la CTA disidente, Pablo Micheli. En ese frente, en el que ya están el socialismo, el GEN y Libres del Sur, se busca también incluír a  Unidad Popular de Víctor De Genaro, pero las internas que mantiene con Micheli, podrían ponerle un freno. Stolbizer además  tiene a sus “margaritos” enfocados en el armado del acto del 9 de abril, con el que lanzará formalmente su candidatura presidencial y que tendría por escenario el barrio de San Telmo.
Stolbizer reconoce que “todos los días” recibe llamados de dirigentes radicales que podrían apoyar su precandidatura presidencial, porque no se sienten representados en el acuerdo electoral entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica. Paradójicamente quienes han reaccionado frente a esto son, por un lado, los grupos más juveniles y, por otro, la gente más antigua del radicalismo, que dicen que si Raúl Alfonsín viviera, no soportaría una alianza de esas características a la que califican de “rejuntado”.
TENSIONES Y FUGAS
El Gobierno observa con beneplácito la situación y elabora la teoría de que en cualquier momento la bomba de tiempo se puede activar dejando escombros a su paso, como ocurrió con UNEN. El radicalísmo además se debate en un marco de tensiones, que puede provocar fugas como fue el caso del ex intendente de Trenque Lauquen, Juan Carlos Font, quién ratificó que mantiene firme su posición de alejarse de la conducción del partido.
Otro dato a tener en cuenta es que después de que  Macri sentara las bases de que gobernará el que triunfe en la interna,  Sanz, se mostró concesivo, aunque le sonaron las alarmas, ya que teme que su nuevo socio le termine fagocitando su propio espacio. Fue por ello que puso firma y aclaración al manifestar que quien gane “tiene el derecho a conducir”, pero también “la obligación de integrar” a los perdedores. Más claro, hay que echarle agua para comprender que el reparto para los radicales tendrá que ser equitativo.
Si bien es cierto que la nueva alianza potenció la candidatura de Macri, también le trajo una serie de problemas que deberá  zanjar. Entre ellos se cuentan los acuerdos locales y el reparto de lugares en las listas. El jefe de Gobierno porteño le preocupa quedar asociado al recuerdo oscuro de la Alianza que encabezó el ex presidente Fernando de la Rúa y que terminó en 2001 en forma catastrófica.
LOS AMARILLOS EN GUARDIA
Por esa razón, el líder del PRO advirtió en forma tajante que su vicepresidente no será un radical, como se había mencionado a comienzos de este año. En el estado mayor amarillo se debaten distintas posibilidades para completar la fórmula presidencial. Un sector peronista de la conducción del PRO –que integra el ministro de Gobierno, Emilio Monzó– avala la posibilidad de que el compañero de fórmula sea Carlos Reutemann, algo que Macri no ve con desagrado. Sus declaraciones de los últimos días lo mostraron cerca del ex piloto de F- 1, aunque ambos indicaron que todavía no hubo un ofrecimiento. Esa posibilidad no despierta mucha alegría en el ala de los llamados “macristas puros”, como el secretario general Marcos Peña. Al consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba tampoco lo convence el perfil peronista y con un pasado turbulento en Santa Fe. Le sabe a “vieja política”. Ellos prefieren, en cambio, una fórmula “PRO pura”, que ya no la podrá integrar Gabriela Michetti, quien le dijo que no a Macri y se lanzó a la interna por sucederlo. Tampoco parece poder ser María Eugenia Vidal, a quien Macri ratificó como su candidata a gobernadora bonaerense. Se barajan distintos nombres dentro del PRO, como el de la dirigente rosarina Anita Martínez. Otra alternativa sería algo intermedio: alguien confiable, propio, pero con un perfil más político. Mencionan a Diego Santilli, Rogelio Frigerio o Sergio Bergman. “Olvidate. Va a ser mujer y, preferentemente, del interior. O bien Reutemann. O, en última instancia, Sanz”, desmiente uno de los integrantes de la mesa chica del PRO. La discusión dentro de la conducción del macrismo sigue abierta y las negociaciones con los radicales recién empiezan. En ese cóctel de mezclas ideológicas, que augura un final explosivo, no hay que olvidar a Carrió, que siempre se anota en la contienda cuando percibe olor a pólvora.

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