miércoles, 18 de marzo de 2015

Entre la tregua en el FPV y el escenario más temido


Por Jorge Joury

En la gobernación las primeras espadas sciolistas archivaron las armas y celebraron la tregua momentánea con los randazzistas. El motivo es un obligado cambio de escenario. Con los ojos bien abiertos, ahora las miradas se posaron en Gualeguaychú, donde este sábado puede ser un día clave para el futuro marco electoral. No es para menos, si  la Convención Nacional del radicalismo decide alinearse junto al PRO, el candidato del Frente para la Victoria deberá comenzar a pensar en la posibilidad de un riesgoso balotaje.
En el estado mayor naranja, hasta ahora confían en que Scioli será el triunfador en las PASO. Se cuelgan de las encuestas que sostienen que el gobernador tiene chances de imponerse en la primera vuelta, al obtener 40 puntos y más de diez de ventaja sobre el segundo. Pero estos cálculos se realizan  sobre la base una oposición dividida en tres  partes: el macrismo, el massismo y los radicales como eje de UNEN.
Sin embargo, este escenario puede modificarse sustancialmente y generar un verdadero tsunami en el FPV, si los radicales deciden este sábado aliarse en bloque, sin fracturas, con el PRO. Sería de un gran impacto mediático y obligaría al oficialismo a barajar y dar de vuelta.
El titular del partido y precandidato presidencial Ernesto Sanz quiere que el postulante de la UCR compita con Mauricio Macri en las PASO; el jujeño Gerardo Morales pretende una gran alianza que incluya además a Sergio Massa y Julio Cobos es renuente a sumarse a cualquiera de las dos ententes en pugna.
Por el lado de los punteros radicales se estima que Sanz tiene mayoría en la Convención Nacional, por lo cual logrará  la precandidatura presidencial y la alianza con el PRO. En ese caso, el senador mendocino deberá confrontar con Macri en las PASO.
El ganador de esas primarias debería vérselas luego en  la general con el candidato triunfante del FPV y con  el Frente Renovador.
En suma, el probable terreno de batalla para la elección presidencial se sintetizaría en un enfrentamiento entre los tres candidatos con mayor intención de voto: Scioli, Macri y Massa. Los analistas también evalúan que si
Cobos y los alfonsinistas acatan la eventual decisión partidaria de encolumnarse con los jugadores reunidos por Macri, Sanz y Elisa Carrió,  esa coalición le disputaría con posibilidades el primer puesto a Scioli. El peor escenario para el ex motonauta sería un balotaje, donde el voto “anti” podría aglutinarse y dificultarle una victoria que hoy parece probable.
Otro escenario negro que olfatean los barones del conurbano, aunque hoy poco probable, es que Massa, si sigue en caída en las encuestas, también termine dentro de la alianza, pero para disputar la gobernación, aprovechando que ninguno de los candidatos del FPV no han explotado aún  de la manera que se esperaba para asegurar como bastión la estratégica provincia de Buenos Aires.
“Hay que bajar un cambio, juntarse cuanto antes y encolumnar al peronismo hacia la victoria mostrando unión hacia afuera”, comentó a tambor batiente un avezado jefe territorial del conurbano, quien aconsejó “dejar de lado egoímos personales y bajar el tono de la confrontación”. Fue el mensaje que le hicieron saber a Randazzo en una reciente reunión a la que asistieron una docena de  caciques de peso territorial en la Tercera Sección Electoral. El cónclave se celebró el martes por la noche en la sede del Frente Nacional Peronista en San Telmo, que regentea Julio Pereyra, presidente de la Federación Argentina de Municipios.
Los intendentes además consultaron al ministro sobre el tema que más los inquieta y que está relacionado con el armado de las listas. Le anunciaron que estaban “unidos” para resistir la puesta en marcha de colectoras que puedan hacer peligrar la victoria en sus territorios. Además solicitaron autonomía en la confección de la tira de concejales y que se les permitiese pegar sus boletas a las de los diferentes precandidatos en la primaria del FPV.
Randazzo mostró una actitud díscola con Scioli. Les aclaró a los jefes comunales que el representa la continuidad del modelo y que sus pensamientos son incompatibles con los del gobernador. Además señaló que una interna potente fortalecerá a los dos.
No obstante, en  la residencia de la calle 6 pusieron en marcha el alto el fuego. A tal punto que la ministra de Gobierno bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez, tiñó la bandera naranja de blanco. Y para que queda claro le reclamó al randazzismo volver con sus cañones sobre el Gobierno Porteño, considerando que “el verdadero adversario está fuera del FPV y es Mauricio Macri”.
En la ciudad de las diagonales festejaron la mediación de CFK que mandó a los candidatos a bajar los decibeles. Fue una suerte de caricia, después de tensas jornadas que reavivaron el temible fantasma que la mandataria evaluaba la hipótesis de no permitirle al gobernador participar de la futura interna del FpV.
“Es imposible. No pensamos responder esa locura”, confiesan en los laboratorios sciolistas. Pero ello no disipa
el miedo por ahora infundado que circula por el torrente sanguíneo del PJ, que cuenta con dos apoderados K, cuyas firmas validarán las alianzas para las PASO: el diputado Jorge Landau y el Secretario General de la Presidencia, el camporista Eduardo “Wado” De Pedro.
Uno de los que saltó sin red al vacío ante esta posibilidad fue el gobernador mendocino Francisco “Paco” Pérez, representante del equipo naranja, quien manifestó  que Scioli será candidato en octubre “con o sin la bendición de Cristina”.
En el campamento naranja tratan de bajar la fiebre partidaria. Creen que el final de la película hay que buscarlo en la historia reciente del FPV : “Cristina y Néstor siempre fomentaron que Scioli compita”, disparó uno de los hombres de la mesa chica del gobernador en tono conciliador.

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