viernes, 28 de febrero de 2014

Atención, que se vienen los “caza ladrones” en los supermercados


Por Jorge Joury
A nadie escapa la reflexión de que uno de los grandes problemas a los cuales nos enfrentamos por estas horas los argentinos y en especial el Gobierno, es la inflación. El tema está en boca de todos, y mucho más cuando uno va al supermercado y ve que los precios suben indiscriminadamente. Y lo que más duele, son las trampas que han instalado algunas grandes cadenas para enmascarar precios y luego distraernos en las cajas metiéndonos la mano en el bolsillo. Frente a esta realidad, se está prepando un sistema informatizado, mediante un chip en los supermercados, que monitoreará los productos. Por ponerle un título, promete ser algo así como “el cazador de ladrones”.


Para controlarlos, y hacer cumplir el acuerdo de precios y terminar con esta película de terror, se va a implementar lo que técnicamente se denomina como el sistema Auditor Electrónico de Control de Precios y Abastecimiento (AEPA), que como máximo se va a estrenar en 3 meses. Parece ser que el desafío se disparó durante una reunión que mantuvieron el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich con empresarios de la industria informática.

EL NACIMIENTO DE UNA BUENA IDEA

¿Ustedes podrían conformar un sistema para que podamos controlar que no se estafe a la gente desde los puntos de venta y que esos datos lleguen a una base del gobierno como ocurre con la AFIP?, preguntó el chaqueño.Y la respuesta no se hizo esperar. Los fabricantes tomaron el guante y el modelo ya está siendo trabajado. Será industria nacional y ven en él un freno a la especulación. Se trata de un chip que estará en el lector de código de barras de las cajas registradoras, y enviará a la Secretaría de Comercio Interior los datos acerca de los productos.

Los posibles fabricantes deberán presentar 50 prototipos dentro de los próximos dos meses, dentro de los cuales estará el que se implemente. El costo de fabricación sería de aproximadamente 150 dólares cada uno, y no sólo se sabría el precio del artículo, sino también si respeta el acuerdo de Precios Cuidados y se podrá comparar con el mismo producto en otros comercios.

UNA PRUEBA DE LA ESTAFA AL BOLSILLO


Los ejemplos de estafa por parte de los supermercadistas abundan. Para prueba basta un botón. Días pasados en mi programa radial (Te lo digo en serio, que va de 8 a 10 por la Fm local 97,7) una vecina me contó un caso curioso, pero para tener en cuenta con la guardia alta. Dijo que fue a una conocida cadena y que vio en una de las góndolas los paquetes de un kilo de la yerba Amanda, sin precio. Le llamó la atención, porque ese producto está dentro del sistema de Precios Cuidados. Preguntó entonces a un repositor y el muchacho la mandó a controlar con la maquinita que lee el código de barras. El precio que allí apareció decía 27 pesos y monedas. Tomó entonces dos kilos y se dirigió a la caja. Atenta a lo que marcaba el empleado, lo que apareció en pantalla en el turno de la yerba fue que cada paquete figuraba a 41 pesos. Casi el doble.

Explicó entonces la mujer al borde de la indignación, que la máquina lectora de troqueles había cantado 27 pesos y monedas. Amenazó con ir a hacer la denuncia a Defensa del Consumidor. Rápido de reflejos, el cajero levantó un teléfono, hizo la consulta y colgó.”Señora usted tiene razón.Hubo una equivocación de nuestra parte y el precio es de 27 pesos y pico”, admitió en tono conciliador.

La mujer advirtió que “si yo me hubiera distraído colocando los productos en la bolsa y no observaba la pantalla, me estafaban y no me daba cuenta. Lo que hacen estos vivos es esquivar de colocar el precio en las góndolas y por si vienen los inspectores, tienen las maquinitas para medir el código de barras, donde allí si figura el precio consensuado con el Gobierno. Pero luego te terminan saqueando en la caja. Yo le digo a las señoras que abran bien los ojos y que caminen y denuncien estos atropellos”, señaló la entrevistada.

LA CULPA LA TIENEN LOS PROVEEDORES

Pero la historia no termina aquí. Ahora las cadenas de supermercados quieren evitar las multas del Gobierno o que se las acuse de no cumplir con los “precios cuidados”. Su idea es que la Secretaria de Comercio Interior ponga el ojo en los proveedores por los eventuales “faltantes”.

Carrefour y Coto, decidieron cambiar la estrategia y anticiparle a los clientes cuáles son los “precios cuidados” que están ausentes en sus sucursales.

Desde una semana, Coto le viene avisando a sus clientes cuando faltan marcas de aceites, de un dulce de leche, azúcar, tapa de tarta, una mermelada, las galletitas más conocidas y atún en la puerta de varias sucursales. Carrefour hizo lo propio con lechuga, aceite y pañales descartables en algunos puntos de venta.

Los carteles rezan : “los siguientes productos de Precios Cuidados no estarán disponibles en el día de la fecha por circunstancias ajenas a la empresa. Estas faltas de abastecimiento temporarias han sido debidamente constatadas y justificadas por la Secretaria de Comercio de la Nación. Sepa disculpar las molestias”, detalla la explicación de Carrefour, que luego puntualiza los “precios cuidados” que ese día no estaban en las góndolas. El texto que mostraba Coto es muy similar. También se encontraron “faltantes de stock” hasta en la flamante “canasta escolar”, con ausencias en bolígrafos, sacapuntas y tijera.Frente a este panorama, la moraleja es la siguiente : sino cuidamos los precios y denunciamos los abusos, el último que apague la luz.

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