martes, 18 de febrero de 2014

Cómo nos roban con los precios y la manera de protegerse

 

Por Jorge Joury

Ayer hablando con una representante de una ONG que se dedica a cuidar el bolsillo de la gente, me comentaba que “hoy tenemos que memorizar los precios, como en las viejas épocas de crisis para evitar que nos roben y no concentrar las compras en un solo lugar. Ponía como ejemplo la botella de un litro de aceite Natura, que en un comercio estaba a 10,66 y en el otro a 15 pesos. Casi 5 pesos de diferencia entre un lugar y otro, a escasas cuatro cuadras de distancia. Lo mismo ocurría con una docena de huevos colorados. En un lugar costaban 16 pesos y en otro 14, siempre la misma calidad del producto. Creer o reventar No hay vuelta de hoja. Hoy más que nunca, los argentinos debemos desmalezar el bosque para preservar nuestra economía familiar. Y si de eso se trata. En las últimas horas la propia presidenta Cristina Kirchner hizo uso de la red social Facebook para reforzar el plan de precios cuidados que pretende mantener congelados los valores de artículos seleccionados de la canasta básica como medida para enfrentar la inflación.

Así, en su perfil de Facebook, compartió un video en el que se ve a una jubilada en el supermercado, con la lista de precios cuidados en mano. El video es acompañado con un texto: “estar unidos no significa pensar lo mismo en todo, estar unidos no significa no tener diferencias, pero nadie puede estar de acuerdo en que saqueen a los argentinos, después del esfuerzo que nos ha costado llegar a todos hasta aquí. Nadie, nadie. Por eso no importa el barrio, podés vivir en Villa Lugano o podés vivir en Recoleta, pero a nadie le gusta que le saquen las cosas o les pongan las cosas a lo que no vale, a nadie le gusta, yo te lo puedo asegurar, a nadie. Y tenemos que ayudar a que eso no suceda, porque hemos trabajado mucho, porque el Estado ha puesto mucho, no este gobierno, el Estado, los propios argentinos. Cuidar estos logros, en definitiva, es cuidarnos a nosotros mismos como sociedad”.

El video en cuestión es parte de una campaña más amplia que incluye, entre otras cosas, un corto en el que se ve a una familia en el supermercado comprando y verificando que los productos estén al precio indicado por el plan de congelamiento de precios. Al final, los videos cierran con el mensaje: “Si cada argentino cuida los precios, 40 millones de argentinos salimos ganando”.
Ahora bien, si la diferencia es tan sustancial entre un negocio y otro, quiere decir que hay quienes nos roban y especulan. Y están los otros que prefieren no interrumpir la cadena de ventas y ser cautos con las remarcaciones. Vale entonces la pregunta de quienes son los que nos saquean y quieren llevarnos al abismo de un pasado oscuro. En el marco del Acuerdo de Precios, la iniciación de las Paritarias y la reciente devaluación del peso, resulta interesante para comprender algunas cuestiones ir analizando la dinámica del no siempre bien ponderado sector supermercadista.

Para ello hay que decir que en el país existen alrededor de 8672 comercios, entre súper, hiper y autoservicios en general. No es difícil ponerles la lupa, ya que solo cinco cadenas concentran alrededor del 60% de la venta de “Alimentos y bebidas”, según datos del FAECYS y de las propias empresas. Entre las cadenas se destacan:

El grupo Carrefour, de origen francès: (absorbió a Norte, CasaTia, Eki, San Cayetano, LeaderPrice y Dia%). Posee más de 700 locales. El grupo chileno Cencosud posee Jumbo, SuperVea y Disco. Tiene casi 300 bocas de expendio. COTO de Argentina, posee 113 locales. El patagónico grupo “La Anónima”, posee además Quijote y Best. Tiene 112 locales desde el centro santafesino hasta Ushuaia. Y el grupo estadounidense de hipermercados Walmart: compró la francesa Auchan, posee Changomas y 61 locales en total.

Si sacamos del contexto otras cadenas fuertes regionalmente, el otro actor destacado que aparece en el concierto son los comercios de origen chino, que poseen 4683 locales y representan el 54% del total de los supermercados del país. Si bien no son formalmente una cadena, tienen su representación corporativa y operativa equivalente: la CASRECH (Cámara Argentina de Supermercados de Residentes de la República China) y CEDEAPSA (Cámara Empresarial de Desarrollo Argentino y Países del Sudeste Asiático).

A estos grupos, dueños de una descomunal vertiente de efectivo, la concentración económica les ha permitido asumir una posición dominante y ganar capacidad de negociación incluso frente a sectores productores de alimentos y bebidas, limpieza, etc., respaldados en la gran demanda a su disposición y en el caso de los cinco grandes grupos mencionados, gracias al espacio físico disponible en sus locales y depósitos. Hoy por hoy nadie está en condiciones de quejarse de que les ha ido mal en los últimos años. Es más batieron récord de ventas. El proceso de crecimiento económico y redistribución progresiva del ingreso iniciado en 2003, basado en el aumento de los niveles de empleo y trabajo, los nuevos jubilados/pensionados y la asignación universal por hijo y demás programas sociales, permitieron durante los últimos 12 años un aumento más que significativo del consumo interno. Ni siquiera el fenómeno inflacionario iniciado en 2008 y acelerado en el último año detuvo los índices de consumo.

¿Y entonces?. Uno se pregunta qué pasa que nos esquilman y nos derriten el salario. Por qué un kilo de azúcar arranca en Tucumán a 7 pesos y termina en 11 en Buenos Aires. Para que se tenga una idea esto tiene sus raíces en la concentración económica y por ende la imposibilidad de abastecer a la población por otros canales comerciales, lo que le permite a los supermercados repetir las conductas de otros sectores altamente concentrados, centrados en la especulación: el desabastecimiento, eludir los acuerdos firmados y el posterior aumento de precios. Estos factores que hemos enumerado, plantean un serio problema para el Estado, que ahora debe redoblar
esfuerzos para marcar a fuego y velar por su capacidad para controlar y sancionar estas conductas. Pero más debería poner en alerta y en acción a los principales perjudicados de la concentración económica: los consumidores y la población en general que debería cambiar de conducta y no comprarle a los ladrones..Están todos los mecanismos de la ley y es el Gobierno quien debe velar por nosotros frente a la fiebre especulativa. Pero también hace falta que los trabajadores, representados por los Sindicatos y demás Asociaciones, ejerzan un rol activo como consumidores responsables de que se cumplan los acuerdos, denunciando a través de sus organizaciones a los depredadores de nuestra economía familiar.. Incluso sería razonable que prioricen otros canales de comercialización tanto de las políticas públicas (carne, pastas, pescado Para Todos, el Mercado Central) como de la economía popular (ferias, mutuales y cooperativas de consumo). Ahora el empresario cárnico Alberto Samid está proyectando llevar los precios del Mercado Central a grandes ciudades. Comentan que el primer satélite se instalaría en La Plata, para lo cual cuenta con todo el apoyo del gobernador Daniel Scioli. En definitiva, la imposibilidad de sostener los acuerdos de precios implica el mayor perjuicio para la población que vive de su trabajo diario. Si nos retrotraemos en el tiempo, el pasado nos recuerda con varios episodios puntuales, que la concentración económica permite a los empresarios firmar cualquier aumento salarial solicitado en la medida que después lo recupera con el aumento de precios. Está claro que nunca pierden. Y aunque aportan dando fuentes de trabajo, poco colaboran para resguardar la tranquilidad de nuestros bolsillos.

No hay comentarios: