martes, 18 de febrero de 2014

La sombra de un dirigente de La Cámpora en la cumbre del PJ en Santa Teresita




Por Jorge Joury

La conducción del PJ bonaerense aunque algo aturdida,  reaccionó inmediatamente frente a la sonora fuga hacia el massismo del histórico y controvertido intendente de Merlo Raúl Othacehé. Aunque Hebe de Bonafini salió con los tapones de punta y dijo que “Massa se lleva la basura”, rápidos de reflejos los caciques del conurbano abrieron el paraguas. Al igual que los gobiernos nacional y bonaerense, pondrán ahora en marcha una movida en procura de contener a los jefes comunales que son seducidos por el Frente Renovador. Su presidente, el matancero Fernando Espinoza, decidió desempolvar la estructura partidaria y la convocó para el sábado próximo.
Santa Teresita, como en otras oportunidades, será el escenario en que se trazará la nueva estrategia pejotista. Allí, además de conformar las comisiones clave, se buscará formalizar un respaldo al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. La  movida pretende oficiar de dique de contención frente a las olas que se registran en las agitadas aguas del peronismo, ya que la salida de Othacehé podría convertirse en el camino que tomen otros jefes comunales que mantienen vínculos con el Frente Renovador. Frente a este panorama, en fuentes partidarias trascendió que Espinoza tentará a varios jefes a que ocupen lugares de relevancia en el Consejo partidario, aunque sin descuidar los gestos hacia la Casa Rosada con el ofrecimiento de espacios apetecibles para dirigentes de La Cámpora, lo cual  presagia algunas nubes de tormenta en el horizonte partidario.
OTTAVIS EN EL OJO DE LA TORMENTA
Ciertos rumores recogidos en las últimas horas dan cuenta de que Espinoza buscaría conformar algunas mesas de trabajo que dejaría en manos de los camporistas. Ya se habla, por caso, de que el ministro Axel Kicillof estaría al frente de la mesa Económica; Andrés “Cuervo” Larroque  en la  Política y en la de Juventud desembarcaría José Ottavis (foto), una figura resistida por la mayoría de los caciques del conurbano. Lo consideran díscolo, confrontativo, soberbio y poco componedor para una circunstancia como ésta, en que habrá que tejer muy fino, usar la persuasión, la inteligencia y los buenos modos para evitar más fugas de intendentes hacia el espacio de Massa.
“Ottavis es como una piedra en el zapato”, ejemplificó uno de los históricos de peso en la estructura partidaria. En ese marco, otros se inclinaron por recordar el carácter fuerte de Ottavis, que en su momento fue denunciado ante la justicia  por su ex mujer, Laura Elías, que lo acusó de violencia de género y de llevar una vida de lujos, como pasearse por puerto Madero en autos de alta gama.
UN PASADO QUE NO AYUDA Y UNA JUGADA RIESGOSA
“Nos quieren sentar junto a nosotros a un tipo como este, que no sabe lo que es pisar el barro del conurbano. El perfil de estos individuos sin historia partidaria y con presente de ostentación, provoca rechazo en la gente y nos juega de pelotazo en contra”, advirtió en voz baja otro de los jefes territoriales. El vocero advirtió que “la jugada es riesgosa, ya que el escándalo de la pareja tomó en su momento demasiado estado público y aún está fresco en la memoria de la gente, ya que hasta fue tapa de revistas”.
La reflexión del informante no está lejos de la realidad. Si uno recorre las crónicas periodísticas y el expediente que se tramita en el Juzgado número 26 de capital federal, la fotografía que aparece es la de una relación altamente conflictiva que derivó en la tormentosa separación del  matrimonio . Veamos las declaraciones de Laura Elías su ex y las frases más fuertes con que le disparó en su momento a Ottavis:
“Fui víctima de violencia de género durante mi matrimonio”.
“Los golpes comenzaron durante mi embarazo”.
“Antes solo era violencia verbal y psicológica”.
“La violencia física se iba haciendo cada vez más fuerte”.
“La comunicación con éste señor es muy difícil”.
EL DIFICIL CAMINO DE ESPINOZA
Ottavis y  Laura Elías se divorciaron en 2006 y desde ese momento la relación entre ambos ha recorrido caminos de denuncias, violencia y una disputa judicial por la tenencia del hijo –que hoy está en manos de Ottavis-. Elías denunció violencia de género, un sospechoso incremento en el patrimonio de su ex e irregularidades en su candidatura a diputado provincial. Desde hace un año y tres meses, Elías no puede ver a su hijo por una decisión judicial que, sorprendentemente, no estipula ni siquiera un régimen de visita mínimo entre el menor y su madre.

Aunque Ottavis niega todo, Elías hizo pública su denuncia en los principales medios nacionales y desde ahí, ha sufrido amenazas y pintadas intimidatorias para que no siguiera hablando. Laura Elías, no duda al denunciar que existen influencias políticas del joven diputado ultrakirchnerista sobre las decisiones de la justicia: “Claramente hay un componente político,  una situación de abuso de poder por parte de él”, dijo.
Esta cuestión familiar y la difusión pública que tuvo el caso, para algunos de los intendentes bonaerenses, es motivo más que suficiente como para ver en Ottavis una personaje para la discordia. Pero más allá de esta cuestión, los observadores sostienen que la cumbre de San Teresita, tiene como componente un gesto de acercamiento de Espinoza hacia el kirchnerismo, luego de aparecer durante algunos meses muy pegado al gobernador Daniel Scioli.
LA ESTRATEGIA PARA EVITAR MAS FUGAS
“En el kirchnerismo dicen que Espinoza es presidente del PJ por Scioli”, sostienen fuentes partidarias, quienes indicaron ahora que el matancero estaría buscando un despegue del armado del mandatario provincial, pero sin alejarse demasiado, con la mira puesta en 2015.
“Espinoza quiere jugar fuerte y ser candidato, por eso ahora le está haciendo gestos al kirchnerismo”, evaluaban. En los últimos días, por caso, se puso al frente de un operativo de control de precios en su distrito, en sintonía con el pedido de monitoreo que realizó la Presidenta. Pero la convocatoria de Espinoza pone en foco, como se dijo, al otro objetivo sustancial, que es contener a intendentes que miran con simpatía a Massa. Las versiones apuntan a Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Stella Giroldi (Campana), entre otros.
En el marco de la nueva estrategia,  tal vez algunos de ellos sean depositarios de cargos de relevancia en la arquitectura pejotista. La movida de Espinoza procura también salir al cruce de los reproches por la “falta de contención” hacia los intendentes. De hecho, fue uno de los sindicados como responsable, junto a los gobiernos nacional y el bonaerense, de no haber podido, o sabido, evitar el portazo de Othacehé. Pero más allá de estos matices, se sostiene que otra de las cartas difíciles  que Espinoza deberá jugar es la de Ottavis. El dilema es cómo hará para frenar el malhumor de los caciques bonaerenses.

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