lunes, 10 de febrero de 2014

Marzo será el mes clave, donde ya hay 7 anotados en el PJ para suceder a Cristina en el 2015


En las últimas horas los ministros Rossi y Randazzo dejaron bien en claro que la presidente va a continuar hasta el 2015. Las declaraciones, que en principio causaron asombro, no tienen otro objetivo que el de descartar de plano una salida anticipada, como se fogoneó desde algunos sectores. Es más, luego de la aparición pública de Cristina tratando de poner paños fríos a los problemas económicos de la devaluación, del tironeo para contener la tendencia alcista del dólar y del aumento de los precios, se ha revitalizado en el oficialismo la idea de ir pergeñando un candidato con miras al 2015. 



Por Jorge Joury

Y Rossi y Randazzo, no es mera coincidencia,que sean dos de los anotados.Comentan en los pasillos de la Casa Rosada que la irrupción de Cristina hace horas, tomando la iniciativa de subirse al ring para formular duras críticas a los especuladores, ha revitalizado a la tropa que se veía algo fatigada, incluido el propio Capitanich.”Vamos a dar batalla”, se le escuchó decir a uno de los ministros. La versión fuerte de las últimas horas es que se ha recreado la idea de edificar un candidato presidencial hiper propio, alineado sin disimulos con el modelo. Lo que ocurre es que Scioli no es del paladar K y sus últimas movidas en el tablero, como invitar al economista Miguel Bein, hoy enfrentado con el gobierno y volverse a fotografiar con De la Sota, han caído como una balde de agua fría.. En esa lógica las primeras espadas del poder apuntarían a un hombre al que se le encomendaría la
misión de enfrentar al gobernador, tarea difícil por cierto, en una elección interna bajo la modalidad ya conocida de las Primarias.

En este marco hay que decir que Scioli ya trabaja abiertamente en su postulación presidencial y su candidatura está instalada con un alto nivel de aceptación. El gobernador, si bien es cauto, cada tanto muestra gestos diferenciadores, pero sin llegar a la ruptura con la Presidenta. Su sentido común le dice que las finanzas no están bien y necesitará de nás ayuda del gobierno central, para ir sorteando el camino hacia el 2015.Sobre todo la primer prueba de fuego que tendrá que pasar con los salarios docentes y donde espera que el gobierno nacional de la primer puntada. Scioli tiene en claro que en estos dos años deberá mostrar la mejor de sus cinturas, tratando de sufrir el mínimo desgaste.

En cambio, en el entorno del gobernador los catalejos apuntan a los movimientos de Sergio Massa, el candidato a vencer .Scioli cree que la pelea será con un hombre que irá por fuera del PJ. Ya no le preocupa tanto Jorge Capitanich, de quien cree que lo terminará arrastrando la corriente por el proceso de desgaste que ha sufrido. En los rincones de la Gobernación los asesores del ex motonauta comentan que poco a poco la foto se le va poniendo amarilla al chaqueño, que en diciembre pasado puso un pie en el Gobierno con todas las fichas puestas para ser el “delfín” cristinista para el año que viene. Los gurúes que huelen bajo las alfombras de la política, coinciden en analizar cómo aquella notable alta imagen inicial devino en rechazo, luego de varios anuncios desacertados y algunos cortocircuitos serios en el equipo de gobierno, especialmente con el joven Axel Kicillof.

Hay quienes sostienen que la premisa es que quien no esté anotado en la carrera presidencial para marzo, quedará fuera de carrera, ya que falta menos de un año para instalar una candidatura y para vencer a Scioli habrá que remar en el dulce de leche, porque hoy por hoy, es el mejor posicionado en las encuestas. Y en tren de anotados, el que abrió el fuego fue el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, quien está dispuesto a dar la madre de las batallas dentro de la Cuarta Sección Electoral con el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. El primero, es de Chacabuco y el segundo, oriundo de Chivilcoy.

Domínguez, de buen olfato para provocar títutlos en los diarios apuntó a la cabeza de Scioli, marcándole la cancha al señalar días pasados que “el gobernador no me representa”.Aunque también aclaró sin decirlo, que está dispuesto a plantarse en la batalla por la presidencia.Aparentemente lo que se comenta es que Domínguez tiene la bendición de Cristina, quien se lo llevó a la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos (CELAC) y lo elogió en público por su gestión al frente del ministerio de Agricultura . Se le atribuye a Domínguez como dato de peso a su favor, una muy buena llegada al Secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, el
hombre fuerte del Gobierno. Y por si fuera poco, también Domínguez tiene acceso al Papa Francisco, fruto de un pasado ligado a los jesuitas.

Pero la lista sigue. A Sergio Uribarri, el gobernador de Entre Ríos, Cristina lo subió al avión que aterrizó en Cuba. Otro de los que está en el podio, es el flaco Randazzo, al que Cristina le da cuerda, siempre y cuando se ocupe del problema del transporte público, el órgano más sensible que incomoda a la gente. Dicen que si Randazzo logra coronar una buena gestión, tendrá el camino libre para sus apetencias.Pero no es fácil, sobre todo porque siempre está latente el recuerdo de la tragedia de Once.

En la grilla de largada, aunque no tan bien posicionados, aparecen además Agustín Rossi y hasta el senador Aníbal Fernández, que tienen sus fichas en el sueño presidencial, aunque con posibilidades más remotas. A todo esto, Scioli trabaja en su postulación al sillón de Rivadavia. como la hormiguita. Cada tanto regala gestos diferenciadores que incomodan al poder, aunque siempre evitando la ruptura con Cristina. Hace horas al poner en funciones a sus nuevos ministros, el gobernador le ratificó su apoyo, aclarando que “estamos a su lado más que nunca” Pero en materia política, siempre hay un Plan B. Tanto para Randazzo como para Domínguez, en caso de no sumar el puntaje óptimo, siempre habrá un premio consuelo. Si quedan sin posibilidades de pelear una candidatura nacional siempre estará volver a pensar en una postulación a la gobernación bonaerense con los colores
kirchneristas. La realidad será la que marque el peso de cada uno, aunque algunos tengan que cuidarse más de no exponerse al sol, que por estos tiempos quema con más virulencia.

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