domingo, 2 de febrero de 2014

La rebelión policial, los saqueos y los cortes de electricidad, dispararon un nuevo debate

Poner límites a la policía y resguardar el orden jurídico frente a los violentos, serán iniciativas de pronto tratamiento.Además, la falta de inversión de las empresas energéticas ha reflotado la idea de reestatizar el servicio.


Por Jorge Joury

Al parecer en vísperas de que está agonizando el año y contra los cálculos apocalípticos que se hacían desde algunos sectores, en definitiva no tendremos un diciembre rojo. No olvidemos que motines, saqueos, argentinazos y cromañones siempre nos han pegado desde costado, justo cuando el año se está por despedir. Nos han dejado un disparador en la memoria, un acto reflejo. Algo parecido a una premonición latente para la catástrofe, que es aprovechada para usufructuar el espanto. Es público y notorio que un chispazo en diciembre, es suficiente para colocarnos cerca del incendio. Es el temor que han refrescado los motines policiales con sus abusos y saqueos. Y como si fuera poco, el pelotazo en contra han sido los
cortes de luz.

Si tenemos que hacer un balance hasta el momento de estos días de nervios, no se concretaron ninguno de los anuncios catastróficos que abundaron durante el conflicto policial. No se extendieron los saqueos y tampoco explotaron de manera abrupta los conflictos salariales. Tampoco se registró una escalada de situaciones violentas, ni réplicas sísmicas. Hasta ahora, los saqueos quedaron circunscriptos adonde
fueron organizados. Los gobernadores fueron claros: no se abrirán nuevas paritarias y los salarios se discutirán cuando llegue el momento de convocarlas, el año próximo. En vez de catalizador, la
acción salvaje del conflicto policial actuó esta vez como llamado de atención.Tuvo un efecto más atemorizador que convocante.

PARA LA REFLEXION
Hay que reconocer que la rebelión de los uniformados dejó numerosos muertos y heridos, además de cientos de comercios destruidos. Pero tuvo una consecuencia que los organizadores del conflicto no hubieran imaginado ni deseado. Porque sacó del punto muerto el debate sobre seguridad y generó consensos que semanas atrás hubieran parecido imposibles. En un artículo anterior mencioné el primer efecto concreto de esta circunstancia, que fue el envío de un proyecto de ley por el cual se sustituye el artículo 252 del Código Penal, incorporando penas específicas para aquellos miembros de las fuerzas de seguridad “nacionales, provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires” .También se incluye a “agencias estatales armadas que por su naturaleza tuvieren a cargo el cuidado de personas” que a sabiendas
abandonen injustificadamente actos de servicio o maliciosamente omitieren la prestación regular de la función a la quereglamentariamente están obligados”.

Debemos entender que el el conflicto policial, articulado con saqueos y abusos, encendió los censores de la opinión pública, destrabó ese debate y por primera vez se generó un fuerte consenso en la sociedad
con el foco puesto en las fuerzas de seguridad. También hay que decir que emergió la conciencia, entre los
diferentes gobernadores, de que estas fuerzas no pueden tener autonomía del poder político. Que no son un polo que negocian con el poder político, sino que están subordinadas a él y que son elementos no militarizados que requieren un seguimiento civil institucional permanente.

DEUDA PENDIENTE
Dentro de lo desagradable y oscura que fue la fotografía del conflicto, en definitiva la instancia sirvió para  disparar algunas ideas y que fueron abriendo un consenso hasta ahora muy general, pero que puede ser la base de estrategias de modernización y democratización de las fuerzas policiales si esos consensos se pueden cristalizar en proyectos concretos. Hay que reconocer que la reformulación de las fuerzas policiales constituye una deuda de la democracia y la única condición es que esos consensos tengan continuidad más allá del signo político de los gobiernos.Además, la ligereza de algunos jueces que dejaron rápidamente en libertad a los detenidos por los actos de vandalísmo, como ocurrió en Varela con los responsables de depredar un supermercado, despertaron la indignación social y la reacción de los intendentes que pidieron mayor compromiso y responsabilidad departe de los representantes del Poder Judicial.Esta será otra de las cuestiones a revisar para que la impunidad no tenga un efecto dominó.

Y como si fuera poco, más allá de la psicósis colectiva y cuando la película de terror de los saqueos se crolongaba, pero ya sólo en sustos, histerias y versiones, se hizo la oscuridad y comenzaron los cortes de luz, poniendo a la sociedad al borde de un ataque de nervios.

LA LUZ MALA
Si bien es cierto que los cortes hablan de mayor consumo, de que las personas tienen mejor calidad de vida, también desnudan la desinversión de las las empresas de servicios, que no mantienen una prestación acorde al progreso industrial del país.Para poner un ejemplo, muchas veces cuando una casa particular incorpora el aire acondicionado, tiene que cambiar el cableado. La realidad marca que Varela por ejemplo tiene que cambiar el cableado porque hay millones de nuevos electrodomésticos en los hogares. No es algo que se haga de la noche a la mañana, pero EDESUR tendría que haber iniciado hace tiempo la renovación progresiva del sistema de distribución eléctrica.Ya el año pasado durante el tornado las falencias quedaron
al descubierto por la falta de reacción frente a una situación de catástrofe, donde el gobierno municipal debió meter mano para paliar la emergencia, alquilando generadores entre otras medidas. Desde 2008 se rompió el record de consumo una decena de veces y en cada ocasión el sistema capotó.

Todo el servicio de provisión de energía eléctrica está subsidiado. La generación del fluido ha crecido y si en un pico de consumo no alcanza, se importa de manera circunstancial de algún país vecino. En definitiva, los cortes no fueron ni por asomo parecidos a los de 1989, durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Pero todos los años se repiten con los picos de calor, lo cual pone en evidencia la vulnerabilidad del sistema.Los rumores de reestatización del servicio, cada vez son mas fuertes. Tal vez este sea el camino para que se haga la luz de una vez por todas.

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