domingo, 2 de febrero de 2014

Siete de cada diez personas reflotaron el triste recuerdo de la "maldita policía" en los saqueos

El sondeo realizado en todo el país por el CEOP, señala que la mayoría de la gente cree que los uniformados organizaron su reclamo salarial en connivencia con el delito y algunos sectores políticos que apostaron a la desestabilIzación.

Por Jorge Joury

La reciente rebelión policial que dejó a la población en manos de Dios y puso al país al borde de un incendio, provocando pérdidas por 550 millones de pesos a los propietarios de unos 1900 comercios dañados, según la Cámara Argentina de la Empresa (CAME), ha disparado los sensores de la opinión pública. A tal punto que siete de cada diez argentinos consideran que “los policías no sólo dejaron librados al azar a los ciudadanos, sino que promovieron los saqueos”. Esta revelación surge de las conclusiones de una encuesta realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que conduce el politólogo Roberto Bacman, sobre un universo de mil personas entrevistadas en todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social.En el sondeo realizado por teléfono entre los días 15 y 17 de este mes, también es interesante poner bajo la lupa otras conclusiones, como que se considera que los saqueos fueron organizados, que participaron sectores políticos que quieren desestabilizar al Gobierno y hay una evaluación muy negativa de las policías provinciales, lo que contrasta con una buena imagen de la
Gendarmería.

Del trabajo realizado por Bacman queda claro que volvió a la memoria ciudadana la denominada "maldita policía", aquella que convivía con el delito, la extorsión y las coimas. Además surge implícitamente un
respaldo a iniciativas como la planteada por el senador Aníbal Fernández, quien presentó un proyecto de ley para penalizar a los policías que abandonan el servicio. El texto, que se tratará en sesiones extraordinarias y del que dimos cuenta en artículos anteriores, penalizará con multas y uno a tres años de prisión a los
efectivos que abandonan el servicio.Pero las penas trepan incluso hasta los ocho años de prisión cuando se pierdan vidas o se produzcan serios destrozos. Lo que se ve en el sondeo es que el 71,7 por ciento
de los consultados están de acuerdo con la siguiente frase: “Los policías no pueden extorsionar y tomar de rehén al resto de la sociedad, abandonando las calles a los delincuentes hasta que se cumplan sus exigencias salariales”.

FUE PLANIFICADO
También conviene señalar que especialistas en seguridad como León Arslanian se han expresado señalando que no ven con malos ojos que los policías tengan su sindicato como para tratar con las autoridades sus
reclamos salariales, pero que de ninguna manera se pueden permitir las huelgas porque dejan en estado de indefensión a la sociedad. Es interesante señalar que la palabra extorsión aparece de manera categórica en la encuesta. Es que cuando a la gente se le pregunta sobre el carácter de los saqueos, siete de cada diez personas le contestaron al CEOP que había vínculos entre los policías que no prestaban servicio y los que impulsaban los saqueos. Hubo policías detenidos en Tucumán y Entre Ríos, por ejemplo, a quienes se les
encontraron elementos robados en sus domicilios. Estos aspectos seguramente que han pesado en la opinión pública.

Del estudio además surge que el ciudadano común tiene claro que hubo una metodología en los hechos perfectamente articulada para sembrar el caos. Para los encuestados está claro que los policías pararon y al
mismo tiempo liberaron zonas, como sucedió en Quilmes. Ya sea mediante mensajes de texto y llamadas por celular ponían en marcha a pequeños grupos, que por lo general se movieron en motos o camionetas, haciendo punta en los saqueos. La sospecha quedó más que instalada en Córdoba, donde se cree además que contó con el apoyo del narcotráfico, pero se ve que abarca todo el territorio nacional porque los encuestados –en un 69,5 por ciento– sostienen que hubo vínculo entre policías y saqueadores.

METER MIEDO
Para la gran mayoría los hechos ocurridos en este diciembre rojo, fueron organizados para poner al país al borde de un ataque de nervios. De ninguna manera se los puede tildar de espontáneos. Casi ocho de cada diez personas consideran que detrás de los saqueos hubo una estructura.La convicción generalizada es que el puntapié inicial lo dieron los policías, pero luego se sumaron –según sostienen los encuestados– “sectores políticos que quieren desestabilizar al Gobierno”; “grupos de delincuentes organizados” y en la enumeración
casi no se observa la alternativa de que hubieran actuado personas necesitadas. En la encuesta del CEOP el 60% dice tener una mala imagen de la policía, en tanto que en la otra punta hubo un 80 por ciento de los
encuestados que manifestaron una opinión positiva de la Gendarmería, una fuerza que está menos mezclada con el quehacer diario y la gente la percibe todavía alejada de los arreglos que están en el trasfondo
de las actividades delictivas.

PRIORIDAD UNO
Lo cierto es que por los resultados que arroja el sondeo, la seguridad nuevamente se ha instalado en la cresta de la ola y ha hecho sonar las alarmas de la política. La mayoría de los encuestados coincide con los
expertos, en el sentido de que la seguridad no puede quedar en manos policiales, sino que debe haber un gobierno al que no le tiemble el pulso y un estricto control por parte de las instituciones. Por lo que
marca la encuesta, la señal de la opinión pública es directa hacia los gobiernos.De aquí en más, deberán meterse a fondo en el tema y no permitir que haya pactos secretos entre uniformados y delincuentes
Los últimos hechos han dejado una enseñanza: no se puede volver al pasado y a la denominada "Maldita Policía".

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