jueves, 27 de noviembre de 2014

El juego de la sucesión y el plan para ablandar a Scioli


Por Jorge Joury
Hay quienes sostienen que Daniel Scioli tendrá que colocarse los guantes y posicionarse en el centro del ring con la guardia bien en alto. Nuevamente, en el tramo final de la campaña, las presiones vendrán desde las propias entrañas del FPV. Quien lo expondrá de aquí en más a la mejor defensa, será Cristina y el propio Máximo Kirchner, que jugarán fuerte a coquetear con Florencio Randazzo. Es probable que el capítulo se desarrolle como en el boxeo, es decir empezar a las trompadas y terminar en un abrazo. La estrategia es ablandar al exmotonauta y al final del camino, después de algunos cimbronazos, bendecirlo a cambio de negociar con él en las mejores condiciones para el armado de las listas. En la óptica de los analistas, el juego de domar al mejor jugador para la carrera presidencial,  promete ser zigzagueante. Algunos pronostican guerra fría, acompañada de una palmada y luego un palazo. La tendencia quedó al descubierto en aquel acto en Santa Cruz. En su viaje a Río Gallegos, se asegura que Randazzo y Máximo tuvieron una charla muy jugosa. El hijo de CFK le habría confesado que de aquí en más, tomará las riendas de las decisiones políticas de fondo en el kirchnerismo. En esa dirección, le habría reconocido al ministro que contaba con todo el apoyo para dar la pelea contra Scioli. Tal vez será por eso que Randazzo salió a decir en su visita a Mar del Plata que “pareciera que algunos tienen la intención de bajarme de la carrera presidencial”. El ministro no identificó a quien se refería, pero por las dudas ratificó: “no voy a ser candidato a gobernador de Buenos Aires, no pretendo ser más ministro y tampoco quiero ser jefe de Gabinete”.

EL SELLO DE CRISTINA
Con la reaparición en público este martes de la Presidenta en un acto el hotel Sheraton, la foto de cómo será la movida, se repitió. Entre los funcionarios que siguieron el discurso -aunque no ubicado en el estrado principal- estuvo Daniel Scioli.  La mandataria entonces también le dio aire a dos contendientes internos del Gobernador: su colega entrerriano Sergio Urribarri y el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. La presentación de Randazzo, a través de una videoconferencia, tuvo dos datos para la lectura fina. El primero tiene que ver con que inauguró las nuevas formaciones del ramal Tigre del ferrocarril Mitre, en tierras del candidato presidencial opositor Sergio Massa. El segundo fue que, sugestivamente, estuvo a su lado la diputada ultrakirchnerista Diana Conti, aunque no quedó claro si al múltiple ministro le agradó esa compañía. Como sea, la Presidenta dio muestras de que sigue abriendo el juego de la sucesión.
En la Gobernación tomaron nota rápidamente de la maniobra. Interpretaron con suspicacia estos movimientos. “Daniel lo sabe. No lo asusta, ya que se considera un sobreviviente del Titanic. Siempre ha sido fiel y es consciente en que ser un soldado de Cristina, tarde o temprano le arrimará los votos de esa cantera”, dijo uno de sus voceros. Su comando de campaña, timoneado por Jorge Telerman y Juan Courel, apunta a que Scioli triunfe en primera vuelta. Un balotaje contra Massa o Macri lo podría hundír, por el voto “anti”. Los observadores sostienen que hoy podría decirse que la candidatura de Scioli es un hecho difícil de sortear para el paladar K. Lo que aún no está claro, es en qué términos convivirán Montescos y Capuletos. Para el sciolismo sería aceptable que Cristina reinara, pero no gobernara. En tanto que para el kirchnerismo Scioli debería aceptar que su llegada al gobierno no significará conquistar el poder. Lo que se dice, un choque de planetas es el que se avecina, en el que se enfrentarán no sólo intereses, sino sobre todo percepciones contradictorias.
La estrategia de aquí en más en la Gobernación, es acomodar las naranjas en el cajón, no hacer olas  y centrarse en la gestión, para  evitar un cortocircuito con la Casa Rosada. Por lo menos hasta que pase el verano. Lo que se dice, ponerse lejos de cualquier chispa que pudiera reavivar el fuego hostil que supo haber con el kirchnerismo duro.
Sospechan que los dardos de Florencio Randazzo tienen algún guiño de más arriba, y hasta es lógico que Cristina tenga otra carta ante cualquier imponderable. “No le queda otra”, aseguran en el entorno de Scioli cuando se les pregunta por los juicios negativos del ministro del Interior, pero no salen a responderle. La orden  de las espadas de la calle 6, es evitar todo tipo de confrontaciones, mucho más si las mismas pueden despertar la ira de la Presidenta.

EL HURACAN CARRIO
Elisa Carrió es la que más temores alienta en que Scioli pueda triunfar en primera vuelta. De allí que arremete contra viento y marea para que la oposición no peronista se una en un frente. La Constitución dice que un candidato puede ganar si obtiene 40% de los votos y 10 puntos de ventaja sobre el segundo. La otra alternativa que fue delineada con Menem y Alfonsín en el pacto de Olivos, es que obtenga más del 45 por ciento de los sufragios.
Scioli juega a llegar al 40% especulando que el relativo caudal que todavía retiene Cristina Kirchner se trasladará automáticamente en su favor. El mandatario solo piensa en poner un pie en la Rosada. Aunque la Presidenta lo quiera cercar políticamente. “En el poder y con el lápiz rojo en la mano toda esa historia puede cambiar”, auguran sus consejeros. Tal vez por esa razón, el gobernador ni se inmutó con los movimientos de La Cámpora en los cinco actos con que los precandidatos celebraron el día de la militancia. Fue claro que las fichas de la organización de Máximo, el hijo, se dirigieron sobre Florencio Randazzo. Al ministro del Interior y Transporte le montaron el escenario de Río Gallegos, donde fue acompañado por Eduardo De Pedro. El diputado camporista es uno de los jóvenes con más frecuente llegada a Cristina, pero también se ha floreado últimamente con Scioli.
El ultrakirchnerismo, a través de esos gestos, intentaría equilibrar la balanza en la interna del FPV. Allí, por su popularidad de arrastre y la protección del pejotismo, prevalece claramente Scioli. El empuje camporista a Randazzo respondería a la necesidad de recortar, al menos, esa diferencia. Para que Scioli no disfrute, de ningún modo, de sensación de libertad de movimiento.

LOS CACIQUES
El dato es que los caciques del conurbano cada vez se acercan más al bonaerense. Creen que es el único candidato oficialista que puede llevarlos a la victoria. Y por el lado de la oposición, aunque no lo digan en voz alta, lo ven a las puertas del balotaje. No obstante, el fenómeno Scioli es un verdadero misterio, ya que la realidad económica no acompaña su suerte. El menú de bolsillos flacos que reclaman un bono de fin de año, tampoco lo favorece. La economía está estancada, con una caída del PBI de -1,5/- 2% para el año según las estimaciones. Se observa retroceso en el nivel de empleo y avance de la desocupación en el tercer trimestre. Además es clara la caída del poder de compra del salario (hasta 10 puntos) y del consumo y una inflación que cerraría el año en más del 35%, en un cálculo benévolo.
Sin embargo, en la residencia de la calle 6 en La Plata, el comando de campaña asegura que el gobernador dice que a partir de enero las cosas van a cambiar y que habrá un acuerdo con los fondos buitre.Por ello apuesta a que la situación se revertirá y podrá obtener un triunfo en primera vuelta. Algunos creen que es demasiado optimista, pero no contradicen sus vientos de bonanza. Scioli fue madurando el pronóstico en paralelo al acercamiento de La Cámpora. Intuye que ellos terminarán reconociendo que él es la única carta del oficialismo que puede garantizar la continuidad del proyecto. Pero como señaláramos anteriormente, todavía falta un trecho para dar por hecho ese apoyo.

SE PARECEN EN ALGO
Scioli tendrá que digerir otros mensajes que aparecen en el camino.”Yo no veo ninguna definición de los compañeros de La Cámpora”, sostiene Emilio Pérsico, secretario de Agricultura familiar y uno de los responsables del Movimiento Evita, que promueve a su vez la candidatura de Jorge Taiana. Aunque el Evita está familiarizado hace tiempo con el gobierno bonaerense, Pérsico sorprende con una frase que ni el propio Kirchner se hubiera animado a pronunciar: “Tengo mucho respeto por él y ha respetado a ultranza el FPV. El problema es que representa un sector que es minoritario del frente”.
Mientras las movidas van y vienen, los tres principales mosqueteros velan las armas y se miran con desconfianza. En ese escenario, quedará para el análisis de los sociólogos un comportamiento que los caracteriza. Si hay algo que pone en igualdad de condiciones a Scioli, Massa y Macri, es la relación psicológica que mantienen con la Presidenta. Respeto sería poco. Todos le temen y resulta curiosa de leer esa subordinación en un cierre de ciclo de 12 años de gobierno en donde no se ve que prevalezca el concepto de cambio.
Algunos dicen que Scioli recién en el tramo final de la carrera buscaría diferenciarse de CFK, aunque no de manera abrupta.Sabe que la Presidenta tiene un 30% de intención de voto y con un 10% más de remo propio, ganaría en primera vuelta. En el caso de Macri, nunca ha perdido la cordura frente a la investidura presidencial. Y Massa aún tiene un pie en el kirchnerismo, esperando también rascar algo en el fondo de la olla. Como se observa, por el momento, a pesar de estar en la cuenta regresiva, se da un fenómeno muy extraño:  todos los caminos conducen a Cristina, la gran electora.

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