lunes, 25 de agosto de 2014

Carrió sumó otro “novio” y el culebrón de UNEN, quema


Por Jorge Joury


Algunos vaticinan un final abierto y para alquilar balcones. Es de esperar capítulos para el asombro. Lo cierto es que la novela del divorcio entre Elisa Carrió y Fernando Pino Solanas recién comienza. Pero suma nuevos personajes. Esta vez se incorporó al staff en calidad de nuevo “novio”, como ella suele llamarlo, el senador radical Ernesto Sanz. La trama se torna apasionante en materia de infidelidades e intrigas. Es por estas horas, la comidilla obligada en los pasillos de la trastienda política. Fiel a sus arranques místicos y en otra de sus postales de la crucificción, Carrió no está dispuesta a arrugar. Continúa desfilando por todos los medios para pedir entre otras cosas que : “Recen por mí para que no me lastimen”. Por lo que se ve, la diputada, que siempre garantiza rating a quien la invite, tiene patentizado el episodio del lunes pasado, cuando abandonó el acto de su espacio y dejó a Pino Solanas escupiéndole el asado frente a una posible alianza con Macri. “Me reí para descontracturar, pero me sentí muy usada y lastimada por alguien que me fue a buscar para ser senador, lo ayudé a llegar y al otro día me pegó como un macho cruel. Eso no se hace”, aclaró Lilita.

HAY CULPAS DE PELICULA

En el entorno de Carrió le pasan la pelota de lo ocurrido a Pino. “Estuvo un mes en los festivales de cine europeos y cuando volvió no se le ocurrió mejor idea que decir que estábamos amesetados”. La frase pertenece a un colaborador directo de la líder de la CC y fue pronunciada a modo de justificación después de que la diputada se retirara de un acto mientras daba un discurso Fernando Solanas, en una acción que puso en evidencia las diferencias internas que existen en la alianza UNEN sobre los acuerdos políticos necesarios de cara al 2015 electoral.

Carrió ya blanqueó que trabaja para sellar un acuerdo con Mauricio Macri, el alcalde porteño que aparece bien posicionado en las encuestas de intención de voto para la Presidencia de la Nación. Pero Solanas y otros referentes de este entramado de ocho fuerzas políticas no peronistas insistieron en que la construcción de la alianza debe dejar al margen al líder del PRO. Y la UCR, el partido que vértebra a la coalición, acordó con esa línea en boca de los mendocinos Julio Cobos y Ernesto Sanz.

EN TREN DE VICTIMIZARSE, REPARTE PALOS

Más cerca de la actuación, que de una respuesta política, Carrió sabe victimizarse. Cuando quiere, sus sentencias suenan como chasquidos :”Me siento despreciada. Me tratan de gorda, chancha, loca. Estoy cansada. La educación me frena a decir más cosas. Soy una mujer y estoy sola. Me duelen la humanidad y los argentinos. No me cansa luchar contra el poder. Lo que me agota son las miserias y la mediocridad”.

A la defensa de Carrio se sumó luego el radical Ernesto Sanz, quien muchos ubican como un potencial candidato a vicepresidente de Macri. “Al menos 10 candidatos a gobernadores del radicalismo quieren abrir las puertas en sus distritos a alianzas lo más amplias posibles y eso hay que contemplarlo”, argumentó.

“UNEN es un espacio de diversidad y quien no entienda esto de arranque, probablemente, erre el bizcochazo a la interpretación”, remarcó el titular de la UCR, y agregó que a nivel interno “siempre va a haber debate, a veces más fuerte, a veces menos fuerte”.

Distinto opinó el socialista Hermes Binner. A su entender, Carrió “se equivocó” al retirarse de improvisto durante el acto del lunes. Y aunque afirmó que el episodio quedó “en el pasado”, cerró la puerta de FAUnen al PRO. “Nosotros pensamos diferente, no dejaríamos abandonados los hospitales o las escuelas como están hoy” en la ciudad de Buenos Aires, advirtió Binner, tras enfatizar que “no va” ningún hipotético entendimiento electoral.

Sanz olfatea que hay quienes están poniendo fichas para que el frente se disuelva. Pero para muestra, sobra un botón: sólo hilachas han quedado del duelo de artillería entre Carrio y Pino. Una grieta profunda en la interna del Frente Amplio UNEN, pese a que varios de sus dirigentes salieron a desmentir una crisis. Y como viene sucediendo hace varios meses, los rumores de un acuerdo con el PRO, de Mauricio Macri, instalan un tema que genera división e incomoda a un amplio sector del espacio.

SE REAVIVA EL FUEGO ENTRE SANZ Y COBOS

Pero en la interna hay balas de todo calibre. Otro de los que peló cartuchera y mandó fuego graneado fue Julio Cobos. El mendocino le reclamó por carta al titular del partido, el senador Ernesto Sanz, a que convoque a la Convención Nacional para definir de una vez “los alcances y el contenido de la política de alianzas”, una jugada de precandidato a otro de cara a la carrera del 2015. Concretamente, lo que pretende Cobos es que el órgano de mayor jerarquía política del partido ratifique el acta constitutiva del FAU que la UCR suscribió, junto con otros siete partidos, el 22 de abril último, en la presentación del frente en el teatro Broadway.

Más allá de la formalidad y la dinámica partidaria, el pedido de Cobos -que reedita su vieja rivalidad con Sanz- es una movida estrictamente política. Molesto con lo ocurrido el lunes y con la actitud posterior de Sanz, Cobos decidió jugar fuerte en el tablero. Quiere forzar una definición del senador sobre un posible pacto con Pro. Le cayó mal que Sanz minimizara el desplante de Elisa Carrió a “Pino” Solanas y, más aún, que se mostrara distendido y sonriente con la jefa de la Coalición Cívica.

“¿Qué pasó? ¿Se puso celoso porque Lilita lo eligió a Ernesto y no a él?”, murmuraron, entre risueños y molestos, cerca de Sanz. La ironía se explica por los tuits que Carrió y Sanz intercambiaron después del encuentro. Ella habló de él como “mi nuevo novio”. Él le devolvió un “belleza y felicidad”. Todo un lenguaje de revista del corazón.

Más allá de las ironías, en el Comité Nacional trataron de bajarle la fiebre al planteo de Cobos. “La convención tiene claro el rumbo y los límites del frente. No vamos a meter la interna de UNEN en el partido”, aportaron cerca de Sanz. Pero hubo quienes le pusieron fecha al misterio. La presidenta de la Convención Nacional, Lilia Puig de Stubrin, añadió que la próxima reunión del cuerpo está prevista para fines de septiembre o principios de octubre y que, “seguramente”, la conformación de alianzas para 2015 formará parte del debate.

Y SI FALTABA ALGUIEN, APARECIO RICARDITO

No obstante, hay que decir que el pedido de Cobos fue respaldado por Ricardo Alfonsín. El hombre de Chascomús le aportó pimienta a la formalidad del mendocino. “Tiene razón Julio Cobos. Llegó el momento de que sean las instituciones las que hablen”, advirtió en un comunicado. “Sólo así pondremos fin a la confusión que causan declaraciones que expresan posiciones absolutamente minoritarias”, añadió en un embate contra Carrió y Solanas a la vez.

Además de la foto con Carrió, comentan que a Cobos le cayó mal que Sanz no diera mayor trascendencia a la “escena” entre “Lilita” y “Pino”. No tiene dudas de que el desplante “les hace muy mal” al FAU y, en particular, a su campaña. “No podemos pedirle certeza, certidumbre y orden al Gobierno y no tenerlo ni transmitirlo nosotros. No podemos quedarnos a mitad del río”, lo escuchan repetir por estas horas frente a sus colaboradores. Además, Cobos tiene bien presente que la mayoría de las encuestas lo ubican por encima de los otros precandidatos del FAU y piensa hacerlo valer. En su tablero, el lote de cinco presidenciables se divide entre los “convencidos” de competir y los que están jugando otro juego. Se ubica, junto con Hermes Binner, en el primer grupo, y deja a Carrió, Solanas y Sanz en el segundo.

Ese mismo reparto imagina Margarita Stolbizer, jefa de GEN, uno de los partidos que rechaza de plano acordar con Macri. “Me parece que vamos a terminar con una competencia entre dos”, admitió, donde también criticó a Carrió. Tras aclarar que hablaba “en el terreno de la especulación personal”, aportó que en ese podio ve a Binner y a Cobos.Como se ve, en la incipiente bolsa de gatos del explosivo espacio, pocos apuestan a la convivencia, mientras Carrió no pare la mano. A todo esto, Macri observa desde lejos y le exclama a los suyos que esa pelea “es de ellos”. El líder del PRO se siente codiciado, pero lo que más le preocupa es que Cristina no le atiende el teléfono hace 50 días.Es evidente, que las parejas en la política son poco estables.

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