jueves, 18 de septiembre de 2014

Desafíos de un peronismo en ebullición y con futuro incierto


Por Jorge Joury


Daniel Scioli siente que le patearon el tablero, pero salió a negar en las últimas horas que Máximo Kirchner haya deslizado la posibilidad de una re-reelección de su madre. Lo resumió como una falsa interpretación de un mensaje con alto contenido político. Con su característico tono conciliador, el gobernador calificó de motivador el discurso, “para los que tenemos la responsabilidad de que el futuro de la Argentina no sea volver a empezar, sino que se crezca sobre los logros”. No obstante, en los pasillos de la residencia de la calle 6 sospechan que el heredero del modelo no será Scioli. Tampoco Domínguez, Rossi, Randazzo o Kicillof. Máximo por ahora cambió la geografía y ya hay encuestadoras que se anotaron para medirlo como presidenciable. Es más, en Balcarce 50, algunos lo imaginan como la nueva versión de Néstor. Lo cierto es que todo formaría parte de una nueva estrategia del estado mayor kirchnerista, para seguir ocupando el centro de la escena y que no se diluya la figura de Cristina en estos últimos meses de gestión. Pero, parte del plan tiene la mirada puesta en enero. Si en esa fecha el Gobierno lograra desatar el nudo con los fondos buitre y sale a conseguir crédito barato en el exterior, aplacaría la fiebre de las reservas y podría mejorar ostensiblementela la situación económica. En ese contexto, en el último tramo de Cristina si se consiguiera cambiar el ánimo del electorado, tal vez permitiría al Gobierno salir a la cancha rejuvenecido con un candidato ultra K. Son todas especulaciones de pasillo, pero nadie se anima a pronósticos certeros.

HAY EUFORIA EN LOS CUARTELES K

Con viento a favor y los bolsillos aliviados de la gente, algunos se entusiasman en la Rosada con la eventual candidatura de Máximo. O en todo caso no dan por perdida la batalla por la re-re de CFK. Aníbal Fernández en las últimas horas fue el que disparó las alarmas : “Si es necesario, hay que refomar la Constitución para darle otra oportunidad a Cristina”. También el diputado Carlos Kunkel se sumó al operativo clamor y desafió a los legisladores de la oposición a que digan “si están dispuestos a enfrentar en las urnas a Cristina”, rechazando el argumento de que la re-reelección no está permitida en la Constitución, al sentenciar que “si no se puede derogar ninguna ley, disolvamos el Parlamento”.
Aunque los escenarios hoy parecen más una expresión de deseo, que una posibilidad cierta en el camino de la legalidad institucional, nada, por descabellado que sea, debe ser descartado en el imaginario político. Scioli entonces, siguiendo el consejo de sus primeras espadas, pero lejos de los extremos de llegar a la ruptura como le propuso De la Sota, deberá barajar y dar de vuelta con otro discurso de tono más duro.

RENOVADO PACK ELECTORAL

Alejándose de su manual para esquivar los cruces, el mandatario bonaerense, cambió el rumbo y comenzó a hilvanar frases picantes para generar contrapuntos con sus máximos rivales.
Su figura está instalada y asociada a la “previsibilidad” y el “diálogo”. Son sus caballitos de batalla, junto a la visión positiva hacia el futuro. Pero lo que ahora intentará corregir su equipo de comunicadores es que parte del electorado y la dirigencia política aproveche esta metodología como su punto débil. La sensación que deja es de falta de carácter y definiciones. La misma Elisa Carrió en las últimas horas desató una tormenta en la carpa naranja, al compararlo con “la nada misma”, aunque reconoció que tiene imagen positiva.
La táctica de comparación con Sergio Massa y Mauricio Macri fue diseñada por sus estrategas, sobre todo, para marcar la diferencia de lo que consideran que es gestionar la provincia de Buenos Aires y un municipio.
Ese giro simbólico, junto con un renovado pack electoral, va enlazado con otro objetivo que, en una disputa cabeza a cabeza, se le vuelve más imperioso acarrear cuanto antes a todo el peronismo detrás de su candidatura, para sumar capital político concreto al proyecto presidencial.
Scioli, al igual que el ala más tradicional del PJ, cree que la fragmentación puede derivar en una derrota a manos de Mauricio Macri. “Los respaldos van a llegar a fin de año”, se ilusiona uno de sus asesores, mientras se trabaja en construir alianzas y en repatriar al cordobés Juan Manuel de la Sota, que cada vez está más cerca de Massa.

SCIOLI ENDURECERA EL DISCURSO

En el marco de la pirotecnia electoral, habrá más ironías sobre sus rivales, en un mapa parecido a frases como: “Las bicisendas son muy lindas, pero hice 4000 km de rutas”. “Una cosa es administrar el Puerto de Frutos y otra, los 26 de la provincia” o “Son alcaldes, yo gobierno un país dentro de un país”. Siempre mechadas con su perfil más pacífico y sus clásicas citas del papa Francisco, como “El verdadero poder es el servicio”.
Scioli está encima de cada detalle de campaña, pero se recuesta sobre un engranaje comunicacional muy aceitado, donde el publicista Ernesto Savaglio es uno de los más escuchados. Es quien hace unos cinco años impulsó el color naranja como sello y creó la marca Buenos Aires Activa. El creativo sostiene que “la característica de Daniel es el consenso y que haya unión. Después de tanta división, alguien tiene que ayudar a acomodar las piezas”, sostiene.
A once meses de Las Paso y después del misilazo de Máximo, Scioli percibe que se le viene el almanaque encima. En política ese plazo es un suspiro.

LA PESADILLA DE MACRI

Obsesivo de las encuestas, comprende que hoy el escenario es de triple empate y con paso seguro al ballotaje. Hace horas sus colaboradores le acercaron una medición de 2.400 casos que realizó Mariel Fornoni, directora de Management & Fit. Al bonaerense le cayó como un balde de agua fría, ya que se advierte el crecimiento sostenido de Macri a diferencia de otros candidatos. Los motivos se asientan con que puede mostrar su gestión en la Ciudad de Buenos Aires, al igual que los resultados de su administración, que además se derraman en términos electorales sobre la provincia de Buenos Aires. Aunque no ha podido poner un pie firme en el conurbano, si se considera la buena perfomance en Córdona, Santa Fe y Mendoza, el jefe de Gobierno porteño podría hacer frente a la tan mentada falta de poder territorial.
De los tres en disputa, el ex presidente de Boca se muestra como el opositor más puro al oficialismo, lo cual a un sector de la opinión pública que quiere el cambio, le garantiza un giro de 90 grados.No obstante, Fornoni advierte en su estudio que Scioli es quien tiene una intención de voto más estable. El hecho se explica por la capacidad de capitalizar el voto kirchenrista en una elección que se percibe como plesbicitaria.

UN SALTO QUE PERJUDICA A MASSA

De lo que tomó nota Scioli y también señaló Mariel Fornoni, es que el posible salto de Martín Insaurralde a las filas de Massa, está mal visto por el electorado. A tal punto, que desdibujó el perfil opositor del ex intendente de Tigre: “Tiene discurso opositor, pero un contenido que deja duda”, explicó la politóloga. Esta hipòtesis abriga la esperanza del gobernador de poder retener en sus filas al diputado de Lomas.
En opinión de la directora de Management & Fit, la gran paridad existente entre Macri, Scioli y Massa, sumado al margen de error de los sondeos, hace imposible realizar afirmaciones tajantes, sin quedar expuesto a ser desmentido por la realidad en los próximos meses. “Hay que seguir de cerca hacia dónde van virando la intención de voto”, concluyó. Fornoni también indicó que ahora su consultora comenzará a medir el comportamiento de la opinión pública en relación a Máximo Kirchner, quien aparece como el nuevo jugador en el tablero electoral.
Mientras tanto, en los laboratorios naranja el equipo comunicacional de Scioli, liderado por Juan Courel, trabajan a sol y a sombra en la estrategia de campaña.
Desde el último mes, en algunos actos se proyecta al inicio un video actualizado con referencias a su historia de vida, su carrera deportiva y postales políticas. Y se está preparando un tema musical con eje en los “sueños” y “la gran Argentina”.

MERCHANDISING DE CAMPAÑA

Sin rastros de la liturgia peronista, hay merchandising de campaña listo para esta etapa. De mates a porta tarjetas SUBE y hasta su incipiente agrupación de juventud, a tono con su premisa de mantenerse alineado con Olivos, genera un cancionero acorde. “Comenzamos con Néstor, seguimos con Cristina, ahora con Daniel Scioli, esto no se termina”, entona su corriente sub 35, sobre la base del tema “Todavía cantamos”, de Víctor Heredia. Una especie de continuidad con cambios aplicada, por ahora, a la música.
Con la lógica de “menos es más” y sin la necesidad de tener que apelar al apellido, el nuevo emblema es un fondo naranja con la única leyenda de Presidente. Además, será omnipresente en los actos de Scioli la frase “Hacia la gran Argentina”, como se denominaba la lancha con la que competía en la categoría off-shore.
El cantante bailantero Pocho La Pantera le “regaló” a Scioli el tema musical “Dani corazón”, que sonó en algunos actos del gobernador. El hit oficial se está preparando y alude a los “sueños” y a la “gran Argentina” a la que el candidato se refiere casi invariablemente en sus apariciones públicas.
Como hemos comentado anteriormente desde esta columna, Scioli también comenzó a apelar a caras de famosos, con el objetivo de sumar votos. El “Chino” Tapia, en San Miguel; Sergio Goycochea, tentando por el sciolismo en Vicente López, pero aún con un signo de interrogación; Mariano Dalla Libera, en Malvinas Argentinas; Marcos De Palma, en Arrecifes y el humorista Pachu Peña en Santa Fe, integran la grilla que promete ampliarse.

EN LA ANTESALA DE UN CAMBIO

Lo cierto es que el peronismo ingresó en una de sus clásicas fases de ebullición que preceden a un cambio real del poder. Pero ahora se avecina una transición que tiene varias particularidades, y que ha envuelto a presidenciables, gobernadores, intendentes y aspirantes varios en un clima de confusión, que mezcla altas dosis de desconcierto con cautela. Nadie tiene certezas y todo fluye. Cualquiera puede terminar alineado con cualquiera. Y lo peor, todos sienten que pueden perder el poder. La irrupción de Máximo K en la postal electoral, ha confundido a todos. Algunos creen que es una estrategia para mantener a Cristina en primer plano, para no dar sensación de retirada. Pero otros sospechan de una jugada más profunda para sacar otro conejo de la galera. Nunca se sabe.
Uno de los intendentes de peso territorial en el conurbano y con olor a pólvora de varias elecciones encima, me comentó: “Estamos todos relojeando cómo se acomodan las piezas. Por ahora, no va a haber definiciones masivas. Nadie se quiere inmolar y cada uno va a ver el juego que más le conviene”. Y encima, como corolario, se potenció el factor Mauricio Macri, creciente en las encuestas y todavía con caudal para sumar a sectores radicales. Algunos creen que si el peronismo no define su liderazgo se expone a una derrota. Ya le pasó. Y eso atemoriza más.

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