lunes, 8 de septiembre de 2014

Fantasmas en el conurbano y lacena que retumbó en la Rosada


Primero la que alertó fue Cristina. Lo cierto es que los rumores sobre intentos desestabilizadores, similares a los saqueos ocurridos en diciembre del año anterior, empezaron a deambular por el conurbano. Frente a un posible escenario de tormenta social, Scioli abrió el paraguas. “La cercanía del fin de año y los vaivenes de la economía hoy son caldo de cultivo de algunos sectores”, sostienen las primeras espadas del mandatario. Creen que “se hace necesario construir una valla de contención social lo más rápido posible y dotar al Gran Buenos Aires de una fuerte cuota de efectivos de Gendarmería, para evitar eventuales contratiempos fogoneados por sectores interesados en sembrar el caos”. La sorpresiva declaración de alerta del gobernador tiene su orígen en datos que le acercó el intendente de La Matanza. Fernando Espinoza lo alertó de una movida que concejales de la oposición llevan adelante en su distrito. Es más, habló de manera terminante de un “intento desestabilizador”.
En base a esas informaciones, el gobernador denunció en las últimas horas que hay “acciones que está llevando un dirigente” –al que no identificó- para “arengar a la gente con la idea de que salga a las calles contra la Presidenta, contra mí y contra un intendente”, de un distrito que tampoco precisó. Las acciones a las que alude el mandatario bonaerense, según fuentes cercanas a la gobernación, tienen que ver con una campaña para juntar de firmas que en algunos distritos, entre ellos La Matanza y Lanús, llevan adelante concejales del Frente Renovador para que los vecinos apoyen, o con su firma, o sin ella, el regreso de los Gendarmes. Además, desde el PJ bonaerense encendieron aún más las alarmas y detallaron que “en los últimos días se registraron llamados a teléfonos de casas particulares de municipios, incitando a la ciudadanía para que realice protestas contra el gobierno por la falta de seguridad”. Habrá que ver qué dirección toma este fuerte rumor y qué precauciones se adoptan a nivel distrital.

UN CONCLAVE QUE ENCENDIO ALARMAS

Daniel Scioli tuvo un fin de semana agitado. Recibió una lluvia de llamados telefónicos desde varios frentes. Tienen que ver con las olas que levantó una cena que organizó el jueves por la noche, en La Plata, donde gobernadores y referentes del PJ compartieron sus preocupaciones por las derivaciones sociales y políticas de la actual situación económica. Y además, plantearon un escenario traumático para el cristinismo. “No podemos decir que está todo bien, pero tampoco decir que está todo mal”, sostuvo el sábado el mandatario bonaerense, con un ojo puesto en la Casa Rosada y tratando de atenuar el impacto de la versión que provocó un verdadero terremoto.
Por lo que pudo saberse, en Balcarce 50 sonaron todas las alarmas, al tomar estado público las conversaciones que Scioli mantuvo con sus invitados: los mandatarios kirchneristasGildoInsfrán (Formosa) y Eduardo Fellner (Jujuy), quien también ostenta la presidencia del PJ nacional y el opositor José Manuel de la Sota (Córdoba), además del operador peronista Juan Carlos “El Chueco” Mazzón, un hombre de fuerte opinión en la mesa chica del cristinismo.
Se había hablado también de la presencia del sanjuanino José Luis Gioja, pero fue puesta en debate por su tropa, que recordó que el mandatario cuyano no salió el jueves de su provincia, donde compartió actividades con la ministra de Industria, Débora Giorgi, y el diputado nacional Remo Carlotto. Lo que más le dolió al ejército cristinista, fue que se difundiera, que la agenda del encuentro pasó por el duro informe que llevó De la Sota sobre la crisis económica y sus consecuencias para las provincias. “El Gallego”, que es como una piedra en el zapato para CFK, alertó sobre la posibilidad de miles de despidos en la industria automotriz y un hipotético escenario de estallido social en Córdoba. Otro de los ítems que erizó la piel ultra K fue la urgencia de los caudillos provinciales por unir al peronismo y así escapar a una eventual derrota nacional. Pero, sobre todo, para evitar perder el poder en sus propios distritos. Como lo hizo Scioli el jueves por la noche, desde La Plata no ahorran esfuerzos para plantear que quien se beneficiará frente un peronismo dividido es el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri quien podría quedarse con el sillón de Rivadavia en una probable segunda vuelta.
El escenario más temido por las primeras espadas de Scioli es que sean Massa y Macri quienes en definitiva terminen dirimiendo el ballotaje por la Presidencia. Mazzón trató de calmar los ánimos y se constituyó en el principal impulsor de la unidad total del peronismo. Según fuentes confiables, propuso un esquema en el que Scioli compita en elecciones primarias de 2015 contra Massa y De la Sota, todos bajo el mismo frente. “Hay que unificar todo, sin esa unidad no se gana”, dijo a sus interlocutores. Pero los memoriosos recuerdan que ese axioma tiene una contracara: “Las veces que el peronismo se dividió perdió las elecciones”. Los operadores de Scioli, sostienen que el ex motonauta avala la teoría de que la unidad del peronismo empieza por el Frente para la Victoria e incluye a antikirchneristas como De la Sota y el sindicalista Hugo Moyano, pero no a Massa. El mandatario bonaerense sabe que cuenta con el aval de varios de sus colegas del interior, que lo ven como la continuidad del proceso kirchnerista, pero con diálogo. Con esos apoyos, el sciolismo se siente seguro de poder superar a cualquier rival que le presente la Casa Rosada en las primarias.

CON EL PJ

Scioli además el sábado asistió a la reunión del PJ bonaerense, devolviendo gentilezas a su presidente, Fernando Espinoza que también participó del acto naranja en el Teatro Argentino de La Plata. El encuentro tuvo por escenario a Punta Alta, a muy pocos kilómetros de Bahía Blanca donde el oficialismo acaba de perder al intendente Gustavo Bevilacqua que se fue al massismo. Allí, el PJ bonaerense buscó brindar una imagen de unidad. Pero hay que destacar que hubo abundancia de mensajes políticos hacia adentro y afuera del oficialismo.
El propio Scioli aprovechó para descargar munición gruesa contra sus dos competidores principales, Sergio Massa y Mauricio Macri. “Yo gobierno un país dentro de un país, con todo el respeto a los otros dos alcaldes que van camino a competir contra mí”, dijo con cierta ironía. Pero luego, hizo equilibrio en relación al gobierno nacional. “No podemos decir que está todo bien, pero tampoco que está todo mal”, dijo, y advirtió que en 2015 deberá abordarse una “agenda de desarrollo” porque, de lo contrario, será “volver para atrás”.
Entre otras cosas planteó que “el tiempo que se viene no es para dirigentes sin experiencia o que no generan previsibilidad y no transmiten tranquilidad, porque hay asignaturas pendientes” como la “soberanía energética y el desarrollo agroalimentario”, apuntó al subirse a su slogan de “continuidad con cambios”.
En el acto quedó de manifiesto una vez más el respaldo del Gobernador al intendente de La Matanza y titular del PJ bonaerense, Fernando Espinoza como posible aspirante a la Gobernación. “Lleva adelante” su responsabilidad partidaria “conduciendo el municipio más grande del país” y “dándole un cambio al partido, poniéndolo en sintonía con la fuerza transformadora del peronismo”, apuntó. “No es lo mismo gobernar La Matanza” que otros distritos “mucho más pequeños, con todo el respeto a otros municipios, porque las realidades son distintas”, aclaró en otro gesto de apoyo al matancero, que tras el acto reconoció que le gustaría ser gobernador. Luego del cónclave diversas fuentes estimaban que si se termina consolidando la postulación de Espinoza, podría ser acompañado en la fórmula por Cristina Alvarez Rodríguez, la ministra de Gobierno de Scioli y vicepresidenta partidaria.

EL PLAN NARANJA

Además, la semana que pasó fue rica en movidas políticas. Hay para destacar que desde el sciolismo comenzaron los mensajes de cara al 2015. Van dirigidos principalmente a Balcarce 50. La idea es que algunos de los lanzados a la carrera presidencial compitan para las PASO en Provincia, teniendo en cuenta la eventual fuga de Martín Insaurralde hacia el Frente Renovador. Los movimientos tienen que ver con la falta de una figura fuerte que aglutine la simpatía de la ciudadanía. El que llevó la voz cantante del Plan Naranja destinado a que llegue a los oídos de CFK, fue el diputado nacional Mario Oporto. El ex ministro de Educación de Scioli, fue el encargado de repartir los telegramas invitando a hombres puntuales de lo más alto del poder K a desembarcar en territorio bonaerense. Oporto hizo un llamado “a los presidenciales que pertenecen a la provincia de Buenos Aires, como el senador Aníbal Fernández, el titular de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez y al ministro Florencio Randazzo.Si alguno de ellos no es candidato a presidente, tiene calidad suficiente como para ser candidato a Gobernador”, afirmó Oporto.

EL ESCENARIO

La situación tiene que ver con la indefinición del intendente en uso de licencia de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, lo cual genera un escenario complejo dentro del PJ. Al parecer el diputado nacional le habría confiado a sus íntimos que recién definiría su situación después del verano. No obstante, se sospecha que está construyendo en el más absoluto secreto, un armado con una treintena de intendentes chicos de la provincia de Buenos Aires para arrastrarlos al FR, lo cual podría generar una dolorosa sangría para el FPV. Hoy por hoy, el diputado del signo de interrogación es el candidato que más mide para gobernar la Provincia, un caudal electoral heredado, en parte, de su última contienda electoral y, a su vez, por su importante presencia actual en los medios.
Aunque el peronismo cuenta con una generosa plantilla, las primeras espadas sciolistas señalan que en la plantilla de anotados para la gobernación aún nadie mueve el amperímetro con fuerza como para confrontar con Insaurralde. Tanto el intendente de La Matanza y titular del PJ Bonaerense, Fernando Espinoza, el vicegobernador Gabriel Mariotto, el titular de la ANSES, Diego Bossio, y el intendente de Berazategui, Juan Patricio Mussi, no logran todavía despegar en las encuestas. El que encendió una luz de esperanza, fue el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, al que la consultora Arescole dio crédito como para vencer a Insaurralde en las preferencias del electorado. Pero hay que señalar que él mismo se ocupó de negar cualquier aspiración electoral. Sin embargo, habrá que ver si se lo pide Cristina. Pero todo apunta a que la Presidenta recién definirá el juego político si se concreta la mudanza de Insaurralde al FR. Hay que reconocer que Berni, también es del paladar de Scioli y lo apoyó cuando el secretario de Seguridad habló de deportar a los delincuentes extranjeros que operan en el país.

RANDAZZO Y DOMINGUEZ

Otro de los que por el momento cerró la puerta de buscar una candidatura bonaerense, es Florencio Randazzo. “No se pongan contentos, no voy a ser candidato a gobernador; voy a ser candidato a presidente”, remarcó en julio pasado, después de que circulara una encuesta que lo posicionaba con chances para el sillón de Dardo Rocha.
En lo que tiene que ver con Dominínguez parece llevar adelante una agende nacional con su propuesta de trasladar la capital hacia el norte, lo qu en su momento recibió la bendición de CFK. Incluso, hay quienes consideran que esa propuesta lo aleja de una eventual aspiración bonaerense.
Es distinto el caso de Aníbal Fernández. El ex jefe de Gabinete de la Nación y actual senador nacional del Frente para la Victoria padece de falta de estructura para ir hacia un contienda de esa magnitud. Es más, hay hasta quienes dudan de que su anunciada aspiración se plasme en la realidad.El nuevo plan sciolista apoyado en las declaraciones de Oporto, a criterio de los observadores apunta a que la propia Cristina Fernández de Kirchner tome el lápiz y filtre algunos candidatos. En los pasillos de la residencia de la calle 6 sospechan que la Presidenta va a esperar si se concreta el pase de Insaurralde al FR. Recién en ese caso bendeciría a Scioli y le ordenaría a Randazzo bajar a Provincia para dar la batalla bonaerense.
En los laboratorios naranja tienen claro que lo que viene en materia electoral, es uno de los grandes desafíos de las últimas décadas. Intuyen que si no se logra unidad y coherencia partidaria, será la más dura de las contiendas. Los candidatos oficialistas son los más expuestos, ya que están atados al rumbo económico de los últimos meses de gestión de CFK. Pero el tiempo de las grandes apuestas, aún está lejos y el almanaque de lo imponderable puede cambiar el escenario de manera abrupta.

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